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1469 palabras

A medida que los meses avanzaban, la relación entre Levi y Emma había evolucionado sutil pero significativamente. Aunque frente a sus compañeros de escuadrón y el resto de la Legión de Reconocimiento no mostraban cambios notorios en su dinámica pública, en privado su conexión había crecido y profundizado de maneras que solo ellos entendían.

En público, la disciplina y el profesionalismo seguían siendo las piedras angulares de su interacción. Ante los demás, su relación mantenía la fachada de respeto y camaradería que siempre habían mostrado. Sin embargo, cuando las puertas se cerraban y estaban a solas, surgía una intimidad que revelaba la verdadera naturaleza de su conexión.

Las miradas compartidas entre Levi y Emma hablaban de complicidad y entendimiento más allá de las palabras. En esos momentos privados, encontraban consuelo el uno en el otro, compartiendo risas, susurros y gestos que solo fortalecían su vínculo. La necesidad de proteger esa conexión especial se volvía evidente en la manera en que se cuidaban mutuamente, incluso en los detalles más pequeños.

En medio de la oscuridad y la incertidumbre que rodeaban su vida como soldados, Levi y Emma hallaban en su relación un refugio, un recordatorio de que no estaban solos en la lucha contra los Titanes. Los meses habían sido testigos de cómo se apoyaban mutuamente en los momentos difíciles y celebraban los triunfos juntos.

Aunque la formalidad continuaba siendo la norma en público, la intimidad compartida entre ellos era como un tesoro reservado para cuando las miradas indiscretas se desvanecían. Sus conversaciones en privado, las risas que compartían y los gestos de afecto eran capítulos silenciosos de una historia que solo ellos entendían por completo.

La Legión de Reconocimiento, aunque no expresaba abiertamente el conocimiento de esta conexión especial, intuía la complicidad entre Levi y Emma. Hange, con su agudo sentido de la observación, no dejaba pasar oportunidad para hacer comentarios ingeniosos y provocativos, agregando un toque de ligereza a la vida militar.

En la oscuridad de la noche, cuando las estrellas brillaban sobre el cuartel general, Levi y Emma encontraban consuelo el uno en el otro, manteniendo su vínculo como un faro en medio de la incertidumbre que la lucha contra los Titanes traía consigo. El paso de los meses no solo marcaba el tiempo en el calendario, sino también el crecimiento silencioso de su conexión, tejida en la trama misma de sus vidas como soldados.

***

La atmósfera en el cuartel general era un murmullo de actividad apagada, con solo la tenue luz de las lámparas que reflejaba sobre los papeles desparramados y la quietud de la noche. Levi y Emma, situados en un rincón apartado de la sala, estaban sumidos en la tarea incesante de revisar informes y documentos que parecían multiplicarse a medida que avanzaba la noche.

La luz débil delineaba las facciones de ambos, destacando líneas de cansancio en sus rostros. La tensión en el aire era palpable, una mezcla de la fatiga acumulada y la determinación de completar la tarea que tenían entre manos. El crujir de los papeles y el rasgueo de las plumas llenaban la sala, creando una banda sonora monótona para la noche de papeleo interminable.

Emma, con los ojos entrecerrados, luchaba contra el cansancio que amenazaba con abrumarla. Sus manos, marcadas por la tinta y las horas de trabajo, se movían mecánicamente sobre los informes. Levi, a su lado, continuaba su tarea con la característica expresión imperturbable que lo definía, pero sus ojos revelaban una preocupación velada.

Notando el esfuerzo de Emma, Levi detuvo por un momento su tarea y la miró fijamente. Aunque sus palabras eran escasas, la preocupación se reflejaba en su mirada penetrante. Emma, por su parte, agradeció la comprensión silenciosa y respondió con una sonrisa cansada, reconociendo la conexión que iba más allá de las formalidades militares.

MIDNIGHT RAIN. LEVI ACKERMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora