Ya arreglada, vestida y con todo recogido me dirijo a la cocina a empezar a preparar la cena. Martina y Diego están subiendo las escaleras, Leti jugando en su habitación y Caleb preparando la mesa.
Suena el timbre.
-¡Hola chicos!
Caleb abre la puerta y se saludan. Oigo los pasos de Leti que corre también a saludarles, yo me seco las manos para salir de la cocina a saludar a mis amigos.
-¿Perdona? ¡Estás guapísima tía!-me dice Martina.
-Pues anda que tú.
La digo mientras avanzo hacia ella para darle un abrazo. Lleva un vestido azul de lentejuelas corto y los zapatos negros a juego con el bolso y el abrigo. Se ha hecho un peinado recogido y lleva un maquillaje muy elegante también.
Nos damos un fuerte abrazo y después le doy también uno a Diego. Él va más casual, unos vaqueros negros y un jersey blanco, deportivas negras y un abrigo.
Dejan los abrigos y el bolso en nuestra habitación. Martina y yo nos vamos a la cocina y nos cerramos la puerta para hacer la cena. Adoro cocinar y siempre quiero ser yo quien haga las cosas, aunque de vez cuando Caleb haga también ciertas comidas.
Los chicos se han quedado en el comedor hablando y cuidando de Leti.
Martina sirve dos copas de vino blanco para que mientras hacemos la cena se nos haga más ameno.
Mi teléfono empieza a sonar.
-¿Puedes mirar quién es?-le pregunto a Martina ya que no puedo cogerlo.
-Es tu madre...-dice.
-No lo cojas, no es buen momento ahora-digo.
-¿No piensas hablar con ella?-me pregunta Martina sentándose en la silla.
-Mmm si, supongo, no lo sé. Quizás en algún momento la llame, hoy no tengo ganas-la respondo.
-Te respeto, pero es tú madre, no quiero que te arrepientas. No me gusta meterme donde no me llaman, pero eres mi amiga y no quiero que pierdas lo más importante que una persona puede tener, una madre.
-Ya lo sé, pero hoy quiero pasármelo bien y solo eso, por favor.
Martina asiente con la cabeza. No tardamos mucho en encontrar otro tema de conversación. Me pide varias veces que salgamos de fiesta esta noche y aunque la idea no me haga mucha ilusión, creo que después de lo que Martina ha tenido que pasar por mi culpa y después de todo lo que me ha ayudado, se merece que por una vez, haga yo el esfuerzo de hacer lo que a ella le apetezca.
Acabo diciendo que si, pero la hago prometerme que solo será un rato, que iremos, nos beberemos un par de copas y volveremos a casa. Además mañana quiero levantarme pronto para poder colocar los regalos de Navidad al lado del árbol y para que Leti se levante con todo decorado y bonito.
Agradezco que Martina me haya podido comprar todos los regalos de Leti. Aunque por una parte esté un poco triste, porque no tengo ningún regalo para Caleb. Por una parte es normal, nunca hemos estado bien varios días seguidos, siempre estamos enfadados o siempre pasa algo, entonces nunca se me ocurre ir a comprar un regalo a una persona con la que estoy enfadada. Espero poder ingeniar algo para regalarle o tendrá que esperar un par de días a recibir su regalo. Que ese es otro problema.
¿Qué se le regala a una persona que nunca expresa lo que le gusta?
Es una caja de secretos y aunque cada vez conozco más cosas suyas, sé que siempre va a ocultarme cosas y nunca voy a conocerle del todo y eso, es horrible.
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Un golpe de suerte
Teen FictionCloe y Caleb son dos polos opuestos, dos mundos diferentes, dos vidas paralelas, sin nada en común. Cloe cambia su vida de la noche a la mañana cuando decide mudarse de Londres a casa de sus tíos de Barcelona, desde ese momento, todo lo que se le av...