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Algún punto entre Bruselas y Ámsterdam, 2020
ᅳ¿Qué destino te hace más ilusión? ᅳpreguntó Enzo, mientras revisaba el itinerario de países en su teléfono.
ᅳItalia, sin dudarlo ᅳAurelia respondió al momentoᅳ. Llevo queriendo ir desde que era pequeña.
ᅳ¿En serio?
Ya estaban en el tren destino a Ámsterdam, donde pasarían dos días entre cuadros de Van Gogh y girasoles. Pero ahora tenían una hora y cuarenta minutos de viaje en tren por delante.
ᅳMi madre siempre me hablaba de su verano en la costa siciliana ᅳAunque su relación con su madre nunca fue la mejor, siempre le contaba historias de cuando era ella joven para que viera todo lo que podría alcanzar con un poco de esfuerzo y dedicación.
ᅳ¿También es artista, como vos?
ᅳSí. Tiene una galería en el centro de Madrid ᅳAdemás, era de su propiedad, ella decidían cuando y como cambiaban las exposiciones y cuando hacían fiestas. Era todo a lo que Aurelia aspiraba.
ᅳLo llevás en la sangre.
ᅳEso espero porque no se hacer otra cosa ᅳcomentó. Los dos se rieron un poco, aunque Aurelia pasó esa conversación un poco incómoda, pensando en si debería contestarle las llamadas a su madre.
ᅳMi padre era futbolista, imagínate lo que me dijo cuando le conté que quería ser actor ᅳSonrió un poquito.
Aurelia se quedó pensando unos instantes, para luego decir:
ᅳ¿Por qué es tan fácil decepcionar a los padres? ᅳElla se apoyó en la ventana, con algo de melancolía. Todo aquello le estaba dando ganas de llamar a su madreᅳ. Haces algo, dices algo; no haces algo, no dices algo y ellos ya te están dando esa miradita.
Aurelia había crecido a la sombra de esa miradita. Rodadas de ojos de su madre, suspiros pesados y tardes enteras en las que no se dirigían la palabra porque a Aurelia no le había salido bien un par de líneas en sus cuadros. Se refugiaba en la idea de que por lo menos su madre nunca había utilizado violencia física.
ᅳYo no creo que haya decepcionado a mi padre, al menos que yo sepa ᅳrespondió Enzo, tranquilamenteᅳ. A lo mejor no quería que fuera actor, pero no fue muy duro conmigo por ello.
A Aurelia le había molestado un poco aquella respuesta tan relajada, sin darse cuenta de que Enzo no tenía ni idea de su situación familiar.
ᅳAh, ya ᅳSintió un poco de envidia por Enzo, porque parecía tener una familia mínimamente estable y ya solo eso le jodía por dentro a Aurelia.
Ella no dijo nada más, dobló las rodillas poniendo los pies sobre el asiento y abrazando las piernas. Enzo notó que de repente había una pared de varios centímetros entre ellos y él ni se había dado cuenta. Vio como Aurelia sacaba el móvil y su libretita, le sacó una foto a lo que seguramente era el esbozo que había hecho y tecleó un par de palabras. Luego guardó todo y volvió a mirar por la ventana.
Enzo no dijo ni una palabra. Dejó que Aurelia decidiera cuando quería retomar la conversación y de que forma quería hacerlo. Llegaron un par de notificaciones a su teléfono, pero Aurelia las ignoró. Entonces, miró a Enzo a los ojos.
ᅳ¿Crees que soy pesimista? ᅳcuestionó.
A Enzo le pilló aquello por sorpresa, sabía que había algo más detrás de aquella situación. Algo le había ocurrido, pero aún no estaba seguro si era algo que lo incluía o era ajeno a él.
Vaciló un poco con la respuestaᅳ Un poco, pero no tanto como para ser algo malo.
Aurelia pareció aliviada, dejó de abrazarse las piernas, aunque siguió con ellas sobre el asiento. Allí Enzo se dio cuenta de lo volátil y manipulable que podía llegar a ser Aurelia. Hasta ese momento había conocido una faceta de Aurelia, de las cientas que tenía, no tenía ni idea de que estaba pasando por su mente pero estaba seguro de que era algo totalmente distinto de todas las emociones que había sentido en todo el viaje.
También, era tarde, llegarían a Ámsterdam a las dos de la mañana. Él estaba cansado, ella también, tal vez todo aquello había afectado a su estado de ánimo.
ᅳ¿Te importa que me siente a tu lado? ᅳdijo él, delicadamente.
Aurelia levantó la mirada y no hizo ningún otro gesto que retirar su mochila del asiento de su lado. Él se sentó, estuvieron en silencio bastante tiempo hasta que Enzo sintió como la cabeza de Aurelia se echaba sobre su hombro. Sonrió, triunfante, aquello era justo lo que quería. Con cautela, pasó su brazo por encima de los hombros de Aurelia y ella se acurrucó en su pecho, totalmente dormida. Inconscientemente, Aurelia buscó la mano de Enzo para entrelazarla con la suya.
Enzo por un momento se sintió impotente, pensó que podría haberle dicho mucho más y averiguar por fin que le rondaba por su cabeza. Se dio cuenta de que nunca había anhelado conocer tanto a una persona, incluso sus lados más oscuros, por dramático que sonara aquello. Pero realmente sentía que Aurelia tenía algo que el resto de personas no tenían. ¿Qué se supone que se hace cuando sientes que conectas con una personas después de pasarte años sin conectar con nadie? Él sabía que podía soltar cualquier frase y ella encontraría una forma de darle la vuelta y hacer desde una broma hasta un comentario filosófico.
La pregunta de Aurelia volvió a rebotar en su cabeza. ¿Era pesimista? Él sabía que sí. Se había dado cuenta de que Aurelia estaba en una etapa bastante extraña de su vida, no sabía que edad tenía, pero todo lo que ocurría entre los 20 y los 26 era bastante confuso. Lo sabía porque él mismo lo estaba viviendo. Muchas veces se replanteaba que hacía con su vida, si lo de hacer actor era factible o que se supone que haría si eso no salía bien. Era actor y punto. No sabía hacer otra cosa.
Él también se acabó quedando dormido y soñó con Italia, con su cita con Aurelia y con besarse con ella en uno de los puentes de Venecia. Fue el primer sueño que escribió en su libreta de sueños.
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NORA IS (S)TALKING . . .
ole la aurelia con sus mommy issues y enzo todo preocupado por ella lo amo
