Motril

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Llegaron a Motril a las 23:17h de un jueves y la hermana de Violeta, Cayetana o como ella solía llamarla, Tana y su novio, Pablo, las esperaban en el aeropuerto. Violeta había pedido a su hermana pequeña que la recogiera ya que no quería molestar a sus padres a esas horas, era menor de edad y por ese motivo también le había pedido que le acompañase su novio que era mayor de edad y tenía coche.

—¡Vio!— gritó Tana corriendo hacia su hermana para lanzarse a sus brazos.

Violeta tiró su mochila al suelo y pasó sus brazos por alrededor de la cintura de su hermana para abrazarla y levantarla del suelo. Chiara las miraba apartada con ternura, le recordaba a su relación con Jasmine, su hermana pequeña, en cuanto vio a Cayetana pensó que congeniaría con Jasmine.

—Tanita.

Cayetana se apartó de Violeta cuando creyó que ya se habían abrazado suficiente y miró a la chica que acompañaba a su hermana. Le había hablado de Chiara por teléfono, hablaban prácticamente todos los días, se lo contaban todo, Violeta prácticamente le obligaba, sobretodo cuando no estaba en Motril con ella pues quería que su hermana supiese que podía y debía confiar en ella a pesar de tener la tentación de ocultarle ciertos detalles o cuestiones por su vínculo familiar. Cayetana por su parte hacía lo mismo, a pesar de ser la hermana pequeña y sobretodo en los líos amorosos de su hermana, actuaba como la mayor, la chica ya sabía el lío de sentimientos que tenía la pelirroja con respecto a Chiara.

—Soy Tana.— sonrió mirando a la menorquina.

—Chiara.— imitó el gesto dándole un par de besos después.

Un chico alto, rubio, con algo de barba, posiblemente no se había afeitado en un par de días, tendría unos veinte años de edad y una bonita sonrisa, para que mentir, se acercó a las chicas. Cayetana se giró y dejó un suave beso sobre los labios del chico para después presentarlo. Violeta ya sabía de él, llevaba un año haciendo feliz a su hermanita y se había encargado personalmente de saberse hasta su DNI, pero Chiara no.

—Soy Pablo, encantado.— sonrió levantando la mano para saludar a la morena.

—Chiara.— repitió pero mirando a Pablo.

—Es mi novio.— aclaró Cayetana.

—Tengo el coche fuera.— habló el chico.

Después de un rato de varias carcajadas, Violeta y Chiara llegaron a casa de la pelirroja.

—A casa como las princesitas que son casi las doce eh.— dijo apoyándose en la ventanilla del copiloto para mirar a su hermana.

—Que sí Vio, si yo mañana tengo clase y un examen de matemáticas que suspender por supuesto.— resopló.

—No te quejes tanto Tanita. Kiki y yo te recogemos, acuérdate.

—Se me olvidaba que contigo aquí no puedo ni coger un bus a casa.

—Hago mi función de hermana mayor, evitar que te magrees con Pablito después de clase en vez de estudiar matemáticas.

—Eres estupida.— rió la pequeña.

Violeta la imitó al ver la cara de Pablo, no podía ni mirarla a los ojos de la vergüenza.

—Te quiero.— dijo dejando un beso en la frente de su hermana.

—Y yo Vio, y mira a ver que tu amiga se cae.— rió.

Violeta giró la cabeza y vio a Chiara sentada sobre la maleta con la cabeza caída y los ojos entrecerrados, efectivamente en cualquier momento se caía y de bocas. —Voy a cogerla que se me abre la cabeza. Hasta mañana peque.

ES POR TI || KiviWhere stories live. Discover now