Oh, querida Rosie.

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Todo era un simplemente fachada al público.

Las conversaciones triviales delante de extraños o conocidos, las negociaciones, la manera de actuar y hablar en reuniones importantes entre Overlords.

A pesar de que siempre toman asientos al uno al otro tampoco es algo relevante como para que surgiera una sospecha o genere alguna curiosidad en las retorcidas mentes de aquellos Overlords.

Pero esas miradas cómplices entre bailes y canciones, esas sensaciones nerviosas que se convierten en tranquilidad cuando sienten el tacto de la otra persona más la cercanía de sus rostros que ellos mismo se podían permitir. Sus charlas privadas, las noches oscuras donde relevaban sus deseos más íntimos, y lo que más significaba para ellos dos era su lealtad, ya que en el infierno que vivían nadie podía meter su mano al fuego por alguien, es un tesoro valioso que no se podía encontrar en esta vida infernal.

Ella es su más valioso tesoro.

Entonces se casaron.

Se casaron al momento en que los sentimientos de Alastor fueron relevados en una noche donde Rosie estaba dando su paseo nocturno por su gran jardín de flores, es algo que ella hace a diario, mas cuando son días estresantes, sus paseos nocturnos le transmite algo de paz a su vida tan ocupada. En la caminata se quitó su habitual sombrero dejando a vista libre su cabello tan corto y delicado a su vez.

Querido Alastor! — Rosie no tuvo dificultades para reconocer la presencia de su gran amigo Alastor a su alrededor, hubo muchas aventuras, noches, canciones y bailes compartidos durante décadas para acostumbrarse a la presencia del otro. La caníbal primero volteó su cabeza antes que su cuerpo para confirmar lo que intuyó.

Mi querida Rosie! Me sorprende cada vez que que sepas que soy yo sin que voltees ¿Cómo le haces? — Preguntó con ingenuidad Alastor ampliando más su sonrisa donde mostraba sus dientes amarillos mientras editaba su filtro de voz a una más serena y no tan penetrante ni tan ruidosa, mayormente modificada su voz cuando esta con personas que les agrada. En cambio Rosie, solo se rió ya que la pregunta era tonta. Ella mantuvo su sonrisa gentil pero sin mostrar sus dientes.

¿Qué te trae por acá, cariño? Mayormente estás de visita los fines de semana, y hoy es Miércoles. — Preguntó Rosie curiosa a su repentina visita, sabiendo aún más que Alastor es un persona ocupada a lo igual que ella, por eso los fines de semana son donde menos donde están tan cansados o estresados por sus ocupaciones.

Una dama como tú me está corriendo? — Dijo divertido Alastor.

Por favor Alastor, no seas ingenuo.

Solo bromeo, cariño. — Rosie lo miró extrañada cruzándose de brazos, mayormente el siempre va directamente a lo que él quiere, y cómo Rosie siempre confía en su intuición y por lo que escucha ¿Alastor estaba nervioso? El demonio de la Radio respondió ahora con una sintonía un poco descarrilada pero sin modificar el filtro de la voz. — Hoy el día estaba muy espléndido y entretenido, querida. Hice un montón de cosas que resultaron maravillosamente bien y eficaz! — Alastor empezó a juguetear con su bastón mientras se acercaba un poco a Rosie quien solo lo estaba escuchando con una gentil sonrisa —Termine temprano mis ocupaciones así que decidí terminar mi día visitándote, querida Rosie!

Oh, y esas ganas de querer verme, Alastor? Estoy realmente fascinada por lo que dices. —Dijo Rosie llevando uno de sus mechones de su cabello detrás de su oreja izquierda — Después de tantos años juntos, es bueno saber que aún sigo siendo alguien de tu agrado.

Pero por supuesto Rosie! Compartimos tantas similitudes mi hermosa dama. — Asintió Alastor y Rosie a la vez con su cabeza, dándole la razón a Alastor en ese punto. Mientras que el continuaba jugueteando con su usual bastón, a la vez el trataba de aligerar su grande sonrisa.

Tanto tiempo a tu lado, Rosie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora