1

3.8K 258 5
                                    

Taehyung

Lo más común es que cuando una pareja se encuentra frente al altar, es porque están profundamente enamorados. Pero nosotros somos la excepción que contrae matrimonio por obligación. Sin embargo, si tuviese que expresar mis sentimientos, diría que me llena de emoción estar aquí junto a la persona que considero el amor de mi vida y necesito su cercanía tanto como el aire que respiro. Pero si debiera describir los sentimientos de Jeon Jungkook, diría que esto es un infierno y preferiría enfrentar lo que fuera antes de volver a amarme.

Antes todo era diferente que aún no logro entender cómo acabamos así, porque sus ojitos de Bambi eran mi universo y mis caricias su paraíso.

Desde que tengo ocho años, he sabido que un día me uniría en compromiso con el azabache, quien en ese entonces solo tenía once años. Aunque mi familia posee una situación económica estable, para mí no se trata de una obligación estar en el altar, sino de un acto de amor. Amarlo con la intensidad con que lo hago, me lleva a concederle este gran privilegio.

Espero impaciente a que mi futuro esposo pronuncie un simple "Sí, acepto", pero él observa hacia los invitados, quizás con la esperanza de que alguien se levante o entre por la puerta y grite un "Me opongo" y esas son situaciones que no ocurren.

Él se vuelve lentamente hacia mí y cuando nuestras miradas se cruzan, percibo la tristeza que empaña su rostro y esos hermosos ojos que luchan por contener las lágrimas.

—Sí, acepto —forzó una sonrisa de felicidad.

Lo conozco demasiado bien para saber que él querría tener la valentía para huir tan lejos de mí como fuera posible.

—Repita después de mí.

—Yo, Jeon Jungkook, te recibo a ti Kim Taehyung, para ser mi esposo, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe.

"Mi ingenuo corazón late apresurado por aquellas palabras".

—Yo, Kim Taehyung, te recibo a ti Jeon Jungkook, para ser mi esposo, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe —expreso con absoluta sinceridad en cada una de mis palabras.

—Pueden intercambiar sus alianzas matrimoniales.

Él sostiene mi mano con suavidad mientras coloca el anillo lentamente en el dedo anular.

—Kim Taehyung, acepta esta alianza como símbolo de mi amor y devoción hacia ti.

Le sonrió antes de tomar su mano; él me devuelve la sonrisa, aunque su rostro no se ilumina de verdadera felicidad.

—Jeon Jungkook, recibe esta alianza como testimonio de mi amor y compromiso.

—Los declaro maridos. Puede besar a su esposo.

¿Besarnos? Hace tanto tiempo que no lo habíamos hecho y cuando sus labios suaves se unieron a los míos, sentí una conexión profunda y no quise separarme de él.

—Te amo —confieso con la voz temblando, porque son mis sentimientos los que están en juego.

—Quiero ir a casa —me dice, desviando la mirada como si el peso de mi confesión fuera demasiado para él.

—Está bien, solo mantengamos las apariencias unas horas más —le ruego, sabiendo que nos espera una enorme fiesta de celebración.

Jungkook solo puede verme como un fantasma de nuestra juventud compartida que ahora parece una pesadilla constante. Nuestra relación se desmoronó con el tiempo y ahora solo queda un corazón intentando sobrevivir, porque él sí siente amor.

Después De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora