Primer día

11 3 0
                                    

Layla

Me quedé mirando a los chicos mientras se saludaban y después Mary me cogió del brazo y me acerco a toda la gente.

-¡Chicos!-todos pararon de hablar y se quedaron mirándola- esta es Layla. Ella vive con nosotras , la casa era de sus abuelos.

Poco a poco la gente se fue presentando y la verdad es que parecían bastante simpáticos. Después de hablar un poco en la puerta entramos y nos sentamos en una mesa junto a la ventana. 

Hablé con Helena un rato y me dijo que estaríamos estas semanas juntas ya que una de las cenas de Navidad sería en su casa.

Las paredes del bar eran de madera pero eso no fue lo que llamó mi atención. Entre dos de las tablas de una de las mesas del fondo asomaba un pequeño papel. Estuvimos varias horas hablando y tomando una copa tras otra. 

Yo seguía con la intriga de que pondría en aquel papel doblado escondido al otro lado del bar.

Antes de que me diera cuenta yo ya había bebido demasiado y me acercaba hacia aquella pared para descubrir que ponía el papel.

Cuando me acerqué lo suficiente, iba a levantar mi mano y alguien me cogió el brazo una mano, miré a los ojos del chico, era Juanito.

-No deberías tocar nada de este lugar, vamos-los ojos de Juanito se posaron en los míos.

Tras eso me llevo hacía la mesa. Nos volvimos a sentar y seguimos hablando. 

-Bueno chicos, nosotras dos nos vamos-dijo Mary mientras se levantaba.

-Nos vamos todos-dijo Nico mientras se levantaba.

Nos acercamos a la barra y pagamos, despues nos despedimos de Helena e Isa, que se iban en otra dirección.

-Bueno, hoy me voy con Crist-nos dijo Lidia.

-Entonces nos vemos otro día-le dije 

Continuamos el camino con Nico y Juanito. Nico era un chico alto y guapo con el pelo corto rizado, él estaba muy fuerte y parecía realmente simpático. Juanito también era un chico alto y muy divertido. Mary siempre estaba peleándose con él, pero aún así eran mejores amigos.

Volvíamos hacía la casa de Mary mientras hablábamos de como les iba.  Mary además estuvo contándome las cosas que habían hecho todos juntos cuando eran mas pequeños.  Las demás no vinieron ya que estaban muy cansadas. Llegamos a casa de Mary, la puerta de madera le daba un ambiente acogedor y nada mas llegar caímos rendidas a dormir.

Nunca te voy a dejarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora