CAPITULO 37: Nadie se mete con la dueña de mi vida.

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CAPITULO 37: Nadie se mete con la dueña de mi vida.

ALEXANDER HARRISON.

Guardo en la mochilita los dibujos y las chocotejas. Serán un pequeño regalo de disculpa por no hacerle caso e ir a su casa a almorzar.

Me miro una última vez en el espejo y satisfecho con mi aspecto salgo de mi habitación, me despido de Martha quien me desea suerte.

Conduzco hacia la casa de mi prometida. Toco la puerta dos veces y miro confundido a la señora que está a mi delante.

¿Será la abuela de mi Li?

— ¿Usted es?—me pregunta.

— Buenas tardes, soy Alexander Harrison. Prometido de Linda. —estrechamos manos.

— ¡Es un gusto! Mi hija me a hablado muy bien de usted, adelante. — con una sonrisa ingreso a la casa y me encuentro con mi suegra ayudando a hacer la mesa.

— Buenas tardes. —nos saludamos con una sonrisa.

— Linda ya debe de estar regresando. — asiento, aún es un poco temprano para que ella esté por aquí.

Pero, tenía la leve esperanza de ya verla aquí.

Tomo asiento en uno de los sofás negros y veo cómo rápidamente la abuela de Linda se sienta a mi lado con una sonrisa.

— Así que Harrison...

— Si.

— ¿Cómo es qué un chico tan guapo está comprometido con... Con Linda?

— Bueno, estoy en enamorado de ella, eso es lo que pasó.

— Pero, ¿Linda no te parece muy poca cosa? Eres un chico muy apuesto, estoy seguro que han chicas más guapas y hermosas. Además, Linda puede ser muy insoportable cuando se lo propone.

¿Que le pasa?

Me pongo rígido en mi sitio y le hablo fuerte y claro.

— Seguramente. Pero, Linda para mí y para muchas personas es la mejor mujer del mundo, y la poca cosa soy yo. Estoy agradecido que una chica como Linda si quiera haya volteado a mirarme y estar comprometida conmigo.

— Te vas a aburrir de ella, solo te digo esto para que no la hagas sufrir.

— La única que me hace sufrir eres tú abuela, y ya deja de hablarle a mi prometido. Alexander, ven. —volteo sorprendido hacia Linda.

¿En qué momento llegó?

— Vamos.—insiste y me levanto sin dirigirle la palabra a su abuela. Agarro confundido su mano y me lleva hacia unas escaleras.

¿Vamos a su habitación?

— Cierra la puerta —me ordena y le hago caso.

Miro como me da la espalda, estoy por acercarme a ella pero habla deteniéndome.

— ¿Por qué viniste? Te dije que no quería verte.

— Estaba preocupado.

— ¿Por qué? No deberías estarlo.

— Por ti, cuando quieres que me aleje no me lo dices con ese tono de ayer.

— No me importa, aquí no pasa nada. Quiero que le digas a mi madre que tienes un inconveniente y te tienes que ir urgente.

— ¿Por qué? Hace unos segundos parecía todo lo contrario.

— Mi abuela no sabe que esto es falso, mi madre solo le contó que somos felices  comprometidos y prefiero que siga así para ella.

Matrimonio sin sentimientos. (TERMINADA) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora