Matrimonio sin sentimientos. (TERMINADA) ✔️

CAPITULO 49: Llantos y tristezas.

CAPITULO 49: Llantos y tristezas.

ALEXANDER HARRISON.

Después de tanta charla, nos damos un fuerte abrazo. Me da las buenas noches y yo salgo de su habitación con una sonrisa y un sentimiento extraño en el pecho.

No pensé volver a ver y sentir a mi padre como era antes, antes de la muerte de mi mamá. Voy hacia mi habitación y me doy un baño poniéndome mi pijama y después de un rato llega Martha con mi cena. Le cuento toda la conversación con mi padre.

— Me alegra mucho, niño Alexander. Yo sé que las cosas con su padre se solucionaran, y volverán a ser padre e hijo como antes. — asiente teniendo fé en sus palabras.

Ceno en silencio después de que Martha salga de mi habitación para irse a dormir. Prendo mi televisión para ver una película y también la uso como distracción para no dormirme. Li dijo que iba a llamarme.

Al final el suelo me gana y caigo en una pesadilla, aunque quisiera decir que solo era eso, pero era realidad.

— ¡No! ¡Niño Alexander!—fueron los primeros gritos desgarradores de Martha los cuales me levantaron para vivir está pesadilla hecha realidad.

Me levanto de la cama apresuradamente, salgo de mi habitación descalzo y voy hacia la habitación de mi padre, se ahí es donde se escuchan los gritos y llanto de Martha.

Mi nana.

Nada me hubiese preparado para ver tal escena desgarradora. Me quedo paralizado en la puerta viendo el cuerpo de mi padre colgando por los aires y su único sustento era una cuerda la cual estaba alrededor de su cuello.

Bajo la mirada y veo a Martha llorando tratando de levantarlo para que no siga colgado, ahí es cuando recién reacciono y la ayudo. Dejo el cuerpo de mi padre en la cama y poco a poco voy sintiendo las lágrimas mojar mis mejillas.

Pareciera que todo sucediera en cámara lenta, mi vista se va tornando borrosa y en mis oídos ya no escucho los llantos de Martha sino un pitido fastidioso.

Papá, no te vayas. No ahora.

— ¡Papá, despierta!—grito varias veces desgarrandome la garganta.

Muevo su cuerpo varias veces esperando que abra sus ojos y jamás lo hace. Acuesto mi cabeza en su pecho como cuando era niño pero ya no escucho más sus latidos.

Sollozo en su pecho abrazándolo.

No no no, no lo acepto. Mi papá va a despertar, él lo va a hacer.

— ¡Papá, despierta! Al menos gritame, pero abre lo ojos. Tú no me puedes dejar.— siento los brazos de Martha por detrás y siento que no hay nada para poder calmar estos puñales que parece estar recibiendo mi corazón ahora mismo.

De mis ojos no dejan de brotar lágrimas, una tras otra. Y en la oscuridad de la noche mi padre fallece a causa de su suicido.

Poco a poco siento los brazos de Martha desapareciendo para salir de la habitación.

Levanto mi cabeza y quiero despertar de esta horrible sueño.

Sus palabras... Sus palabras fueron una despedida.

Me limpio los ojos y veo un pequeño papel en el suelo. Lo levanto y sollozo fuertemente mientras leo cada palabra que está escrita por mi padre.

" Lamento que tengas que ver esto, hijo querido. Todo lo que te tenía que decir ya lo hice. Esto nada más es para decirte lo mucho que te he amado, eres mi único hijo. Mi heredero, lamento todo lo que te hice sufrir. Nada justifica mis actos, perdón hijo mío. Ahora podré estar con tu madre, seguramente me regañara por dejarte solo, pero, yo sé que eres un hombre fuerte y ahora ya tienes a alguien.