A veces uno se cansa de hablar.
De explicar.
De justificarse constantemente.
Entonces se calla.
No porque no sepa responder o defenderse.
Sino, incluso si hablara nadie lo comprendería.
¿Para que gastar mi energía?.
A veces uno se desespera hasta que no le interesa nada.
Ni siquiera coger las estrellas entre las manos puede llenar el vacío de su mirada.
Es como si algo muriera dentro y necesitara reanimación.
Pero sigue ahogandose en la tristeza y en la depresión.
A veces uno está harto de la soledad que le mata lentamente.
Por el hecho de que nadie comprende cómo te sientes.
De quedarse sola mientras anhela un gesto humano,
una palabra sincera,
una sonrisa de cualquiera.
A veces uno se cansa de todo hasta de su propia alma.
De su destino, de su suerte y de su karma.
Buscando una salida y una solución.
Se queda paralizada en una sola estación.
