Canción: I can see you, Taylor Swift
Al día siguiente fui la última en levantarse.
No podía sentir el calor que hacía afuera porque mi habitación estaba aclimatada al frío del aire acondicionado. Era el día de verano ideal, climáticamente hablando.
Antes de salir de mi cuarto encendí mi celular en el cual había un mensaje de un número desconocido: "buenos días, Isy". Había sido enviado veinte minutos antes de que yo me levantara. Al instante de haberlo leído comprendí de quién era, ya que nadie más me apodaba Isy: Sky.
Bajé las escaleras y fui a contarles a mis amigas lo que acababa de suceder.
—¿Cómo tiene mi número? —pregunté mientras tomaba la taza de café que Lana había depositado en la mesa para mí— Estoy completamente segura de que no se lo dí.
—Me lo preguntas como si supiera —replicó mi amiga mientras se encogía de hombros—. Él es famoso, seguro tiene sus fuentes y lo consiguió por ahí —continuó sin darme la respuesta que quería.
—Pero mira lo que estás diciendo —repliqué mientras me agarraba la cabeza con las manos—. No creo que sea un acosador y tampoco creo que quiera mi número con tanta desesperación. Lo que si se, es que yo no se lo di.
—Tal vez tú no, pero yo sí —interrumpió Katelyn—. Antes de que me mates, te lo explicaré todo: En un momento me quedé sola ayer sentada en el bar y él se me acercó para preguntarme si tenía tu número —hizo una pausa para tomar café y continuó—, me pareció raro, es anticuado que alguien pida tu número en vez de hablarte por tus redes sociales. Pero aún así se lo dí y luego nos tomamos una foto. ¡Es muy guapo! —tomó otro sorbo de café y me acercó su celular para que yo viera la foto que se habían tomado. Todavía no podía asimilar lo que había escuchado; "Katelyn le había dado mi número a un desconocido -muy atractivo- sólo porque era famoso". Esa frase sonó en mi cabeza por algunos minutos y hubiera seguido pensando apoyada sobre la mesa de no ser por el aviso de Sam:
—Ya nos vamos chicas —avisó—, el día está muy bueno para desperdiciarlo. Ayer en la fiesta oímos que hoy habría unas olas increibles.
Sam y John se fueron, y las chicas y yo seguimos la charla sobre Sky. Me había enojado con Katelyn y seguía prácticamente anonadada por lo que acababa de escuchar.
—Katie —intervino Juliette—, no tenías el permiso de Bella para hacer eso, y además ¿sabes que quiere hacer Sky con su número? —hizo una pausa de algunos segundos, como si esperara que Katelyn respondiera— No. Pues creo que no deberías haberlo hecho.
—Gracias, por fin alguien que me entiende —contesté haciendo un gesto con mis manos hacia Katelyn.
—Creí que te hacía un favor —comunicó ella poniendo cara de fastidio—; pero si no lo crees así ya es tu problema, yo solo quería ayudarte.
—A todo esto, ¿por lo menos abriste el mensaje Bella? —murmuró Alana para no interrumpir la conversación que se estaba subiendo de tono— tal vez decía algo más.
Olivia no había dicho ni una palabra desde que comenzó la conversación, se mantuvo escuchando todo sin comentar nada. Sin emitir sonido, me pasó mi celular y lo prendió; el mensaje seguía ahí, "buenos días, Isy". Desbloqueé el teléfono y abrí el mensaje, el corazón me latía muy fuerte y no sabía por qué. Llegó la hora de responderle. No era tan complicado. Olivia me vio la cara de espanto y me arrebató mi celular, ella respondió por mí mientras las chicas miraban, "¡Hola Sky!". Lo envío al instante sin darme tiempo a contestar. Luego continuó escribiendo: "¿cómo estás?"
—¡No! ¡No lo envíes! —chillé.
—Tarde —replicó Olivia con una sonrisita burlona—, pobre chico, ¿lo ibas a dejar así? ¿Siendo tan seca?
—Bueno chicas; dejen de discutir. ¿Por qué no vamos a prepararnos?— dijo Alana levantándose de la mesa— Bella, mientras dormías planeamos ir a recorrer la ciudad en la noche.
Todas nos levantamos de la mesa y ordenamos los platos y vasos que habíamos usado para el desayuno.
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El verano perfecto
RomanceIsabella tiene el plan para pasar el verano perfecto: ir a la casa de su familia en Miami junto a su grupo de amigos para disfrutar de soleados días de playa y mar. ¿Qué podría salir mal? Todo cambiará cuando, inesperadamente, Isabella tenga un...