-Dios no...-
-No se precipité pero si quiere verlo...-
-Por favor llévame con el...-
-Dale mis saludos Yami...-Ambos subieron al auto al llegar el abuelo, ya lo estaba esperando con una enorme sonrisa.
-ABUELITO!-
Atem corrió a abrazarlo con mucho entusiasmo.
-Por los dioses que susto me diste, no vuelvas a asustarme así quieres?-
-Perdon Yami procuraré no volver a hacer lo...-Sin embargo la piel de Atem se puso más pálida que el algodón.
Seto lo tomó en brazos antes de que pudiera caer al suelo...
-Mi pobre nieto... Esto es culpa mía...-
-No... No es culpa de nadie, Atem no durmió mucho está semana, por que cuido de usted y usted haría lo mismo por sus nietos... Ahora venga conmigo los llevaré a casa...Nadie cabía del asombro de la actitud de Seto Kaiba, pero ahora ya tenía un pretexto perfecto para que Yami tuviera una deuda con el.
Al llegar a la casa Yugi comía tranquilamente mientras veía la televisión.
A la semana siguiente regresaron a clases, dónde Yami como siempre estaba encabezando la lista de los más aplicados. Un día como tantos otros, fueron molestados por el grupo de matones de la escuela hasta que por fin Atem les hizo frente, y aquel encuentro termino en una llamada de atención por parte del director y lo peor vendría en la casa del abuelo.
Quién los recibió con una mirada fulminante, Yami trago saliva nervioso mientras que Yugi estaba como si nada.
-Me llamo el director...-
-Yo puedo explicarlo...-
-Atem supe que te agarraste a golpes...-
-Si pero yo... Lo hice para defender a...-Atem hizo una reverencia de arrepentimiento, una que solo usaban los esclavos cuando pedían piedad por fallarle a su amo... Ahora ver a un faraón hacer algo tan humilde era perder por completo su orgullo. Pero aún así el coraje era enorme.
-Ambos están castigados, Atem estoy muy decepcionado de tí...-Yami sintió como aquellas palabras rompían algo dentro de el, más de lo que el abuelo hubiera imaginado, Yami, se levantó con la mirada baja, haciendo una reverencia, camino hacia su cuarto como si hubiera sido sentenciado a muerte. Cuando se fue, Yugi escupió la verdad.
-Esos bastardos tenían, molestando nos, varios días, el único que les puedo hacer frente es quien recibe los peores regaños... Les dijimos a los maestros y no hicieron nada. Están mal los adultos o acaso está bien que nos vean la cara de imbéciles y dejar que nos molesten. Atem se llevó la peor parte por protegerme a mi y a Tea... Y si ya se estoy castigado por un mes pero sabes algo, lo haría de nuevo, se sintió bien golpear a esos perros.-
El abuelo avergonzado suspiro, rato después, el abuelo los llamo a comer, pero Yami no bajaba, el abuelo subió a ver cómo estaba pero al verlo sentado frente a la ventana, y llorar en silencio era algo que en definitiva no esperaba ver.
-Hijo... Ven a comer...-
-No tengo hambre gracias...-Contesto con un hilo de voz, el abuelo se acercó un poco, al verlo, Atem esquivo la mirada.
-Yami perdóname... No debí de haberte dicho eso, anteriormente no tenías opción de equivocarte, fuiste educado para ser perfecto...-
El abuelo se acercó a Yami, quien al sentir el abrazo, lloró amargamente.
-Perdóname pequeño... Perdón por haberte dicho esas cosas tan feas, Yugi tenía razón, solo ustedes saben cómo batallan en la escuela y aparte... Pues aunque no estoy de acuerdo con los golpes, debo de admitir que a veces no te dejan de otra... Es un error, pero no es el fin del mundo de acuerdo... Ahora ve a comer que te hará daño traspasarte las comidas.-
-De acuerdo...-El abuelo beso la coronilla de Atem y ambos bajaron, pero al sentarse frente a la mesa sus manos comenzaron a temblar sin control.
-Que pasó Yami? Se te olvidó como usar los cubiertos...-
Yami se disculpó y salió corriendo al baño, donde después de unas violentas arcadas, regurgito. El abuelo preocupado, le ofreció un té y una comida ligera.
Al día siguiente era sábado, pero Atem bajo de su cuarto pasado el medio día, se preparó su desayuno, pero apenas y podía comer... Era un proceso lento y difícil de asimilar.
Atem era muy exigente consigo mismo, así que ser castigado o regañado, era un trago muy amargo.
Sin embargo aquella pelea marcó un antes y un después, ya que nadie los molestaba una de esas tardes de escuela, Atem y Yugi recibieron la noticia de que el abuelo estaba en el hospital, al parecer lo habían asaltado...
Al llegar al hospital, ambos miraron aterrados al abuelo. Estaba lleno de golpes, Atem sintió como la rabia recorría todo su cuerpo, como un veneno que se esparcía por todo su ser, quería acabar con esos perros que le hicieron daño, pero ahora había una situación más compleja, y era cuidar del abuelo...
Yami volvió a desvelarse y a pasar noches enteras sin dormir por cuidar del abuelo.
-Yugi... Hace tiempo que no veo al otro tu... La escuela fue mucho estrés para el?-
-No... Ahora mismo está en el hospital... El abuelo... Sufrió un asalto... Está muy grave...--Yugi!-
Le llamo la castaña, Yugi giro su cabeza para ver a Tea, en ese instante Seto se había ido. Sin dudarlo mucho Seto salió directo al hospital dónde estaba Atem dormido sentado en el suelo mientras estaba recargado en el asiento de una silla. Al verlo lo tomó en brazos, acunando lo, cual niño pequeño.
-Abuelito no me dejes... No me dejes...-
Murmuraba Atem entre sollozos, la noche fue larga para ambos, pero al menos Atem pudo dormir.
El abuelo estaba bastante delicado pero, pudo sobrevivir, Seto volvió a pagar la cuenta de forma anónima. Era con la escusa de cobrárselas al faraón, pero está vez lo había hecho gustoso, pues sentir la calides de Atem mientras dormía y como se acomodaba en sus brazos era agradable.
Mokuba y Ronald ya tenían la sospecha de que algo tramaba Seto. Sin embargo el castaño estaba cansado de ser el último en saber lo que tenía su rival, así que optó por espiarlo, colocando micro cámaras en la casa Muto, en especial en el cuarto de Atem y en el cuarto de baño...
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La decisión de Atem
ФанфикYa la había escrito anteriormente pero se me borró así que, vamos a ver qué pasa. Gracias a @Yami 217 por refrescarme la memoria.