Capitulo 41.

150 23 0
                                    

Narrador omnisciente.

"Luffy y el resto ya debieron llegar a Whole Cake, ¿no?" Cuestionó Umiko, girandose sobre su cama improvisada en un cuarto vacío junto a sus nakamas.

"Probablemente llegaron hace un par de horas, la isla de Big Mom no está tan lejos como Wano." Contestó Robin.

"Será mejor que nos apresuremos a llegar a Wano. Para tantear el terreno y eso, no queremos que nos tomen las cosas desapercibidos."

"Aunque tienes razón, Umiko, conociendo a Luffy lo más probable es que se lance directo a los problemas tan pronto llegue." Comentó Usopp, suspirando de solo pensar en las acciones de su capitán. El resto rió y asintió de acuerdo. "Ahora que lo pienso, el reverie será en un par de días. ¿Creen que algo importante surja de esa reunión?"

"¿Importante? Lo único que ha provocado esa reunión por años son conflictos entre países. Los idiotas de la realeza siempre están tan en la nubes que cualquiera que los mire a los ojos merece la pena de muerte."

Zoro la miró con una ceja alzada y habló. "Tu eres parte de la realeza."

La pelirroja giró los ojos y negó con la cabeza, tomando asiento mientras se estiraba. "No, yo solía representar a mi gente, solo eso. Aunque sí, mi madre es la 'reina'. Hablando de ella, me pregunto si podrá toparse con buena gente."

"Pareces preocuparte mucho por ella, Umiko." Señaló Usopp.

"Bueno, es la única familia directa que me queda y temo que sufra lo mismo que mi antigua tripulación." Ante el repentino silencio que sus palabras causaron, ella se forzó a reír, continuando sus palabras. "En realidad no me preocupa lo que le suceda en el reverie, ella es bastante temible. Su mirada puede ser dulce, pero en su momento fue comandante de las fuerzas armadas de la isla. Y esto es un pequeño secreto, pero conoció a mi padre cuando lo salvó de unos piratas."

"¡Oh, se escucha como una persona bastante interesante, me encantaría conocerla."

"Algún día tal vez."

[...]

"¿Torao?" Llamó Umiko, tocando cuidadosamente la puerta de lo que parecía ser la oficina del capitán. Sin recibir respuesta, de un momento a otro apareció dentro del cuarto con Law sentado frente a ella en un escritorio sin levantar la mirada para recibirla. "Perdón que te moleste estando tan ocupado preparando el plan para Wano, pero, ¿podemos hablar sobre lo que discutimos en el barco camino a Zou?"

El hombre por fin alzó la mirada cansada y observándola asintió. "En realidad me tomé el tiempo de buscar unas cuantas cosas en archivos copiados de la biblioteca de Doflamingo."

La cara de la chica se iluminó ante sus palabras, asintiendo a la información mientras tomaba asiento frente al escritorio donde se encontraba su contrario. "¿Y bien? ¿Encontraste algo?"

"Sí." Trafalgar abrió un cajón a su lado y sacó un par de papeles cuidadosamente acomodados que contenían los datos que ella buscaba. Tras cerrar el cajón, comenzó a extender las hojas como si de cartas de juego se trataran, pretendiendo dejar toda información a la vista para que pudiera ser fácilmente digerida por los ojos de su contraria.

"Esto." Señaló ella con un dedo a una de las hojas extendidas. "Dice que actualmente es el logotipo de unos mercenarios que trafican armas. ¿Entonces que eran antes?"

"Según lo que encontré, Doflamingo solo comenzó a tener contacto con ellos hace un año y medio, por lo que él no pudo haber estado involucrado en el incidente. Sin embargo, me pareció extraño que contactara con unos mercenarios con los que nunca tuvo relación y en los que no podía ciegamente confiar."

"¿Entonces? ¿Por qué él tomaría ese riesgo?"

"Porque parecen ser muy buenos en su trabajo. El tráfico de armas es tan eficiente que no muchos conocen su nombre a menos que esten involucrados en el bajo mundo, no dejan rastro de sus pasos y no forman enemigos sin razón."

"¿Por qué atacaron a mis nakamas? Nunca estuve relacionada con el tráfico de armas o las guerras. Solo era una pequeña pirata que tuvo la mala suerte de hacerse conocer."

"Yo me preguntaba lo mismo, ¿por qué unos exitosos mercenarios masacraron la tripulación de una joven pirata? Bueno, no siempre fueron exitosos mercenarios." Entre Law más hablaba, más Umiko perdía la paciencia por saber la verdad. "Hasta hace dos años que comenzaron a estallar de éxitos en el bajo mundo, eran un grupo de cazarecompensas que iban por piratas pequeños e insignificantes."

Umiko rió, no sabía si sentirse ofendida o estar incrédula. Law entendió que sus palabras sonaron incorrectas, por lo que aclaró su garganta y añadió. "Antes de tu tripulación."

"¡¿Entonces un grupo de perdedores cazarecompensas decidieron un día que estaban hartos de solo atacar a piratas principiantes y me escogieron a mí cómo su gran reto?! ¡¿Justo cuando me aleje de ellos?!"

"Eso parece." El doctor frunció el ceño ante los gritos, pero a pesar de su disgusto por todo lo ruidoso, no se atrevía a interrumpir a su contraria. Entendía el dolor de perder a las personas más importantes a su alrededor, no se imaginaba perderlos a todos a la vez. "Aún así, era sospechoso como repentinamente obtuvieron el poder para acabar con tu tripulación. Según lo que sé, tus nakamas eran bastante hábiles."

"¿Hay una tercera parte involucrada?" Cuestionó Umiko, bajando el tono de voz nuevamente. "¿Quién?"

"Vergo." Ante el conocido nombre de aquel hombre que Law venció hace tan solonunos días, ella abrió los ojos sorprendida. "Parece ser que ellos no estaban enterados de estar siendo usados como conejillos de indias, pero Vergo les entregó prototipos de la fruta Smile."

"Ya veo. ¿Sabes si siguen con vida?"

"Deben estarlo, las transacciones con Doflamingo se detuvieron solo un par de semanas antes de que nosotros atracaramos en Dressrosa, pero desconozco su ubicación."

"Entiendo, muchas gracias por tu ayuda, Torao. Solo esperaba que rebuscaras en tu mente algún recuerdo, pero saliste de tu camino para revisar a detalle. Eres un gran aliado." Admitió ella con una gran sonrisa y sus ojos cerrados. Tomó los papeles que le dió su contrario y sonriendo nuevamente se despidió.

Al salir su semblante agradecido se esfumó y su mirada se tornó sin vida. Apretó la mandíbula tan fuerte que podía jurar que escuchó algo tronar.

Estaba furiosa, lista para destruir a los involucrados en su miseria.

TERROR || Roronoa ZoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora