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Dos semanas llevaba cerrado el emporio de Rosie, dos semanas en las que nadie en el circulo canibal habia vuelto a verte
Pero eran semanas comprometidas en tu búsqueda, todos mantenían la esperanza de encontrarte.
En especial Rosie.
- ¿la encontraste? Por favor dime que si.
Preguntó con aflicción Rosie cuando llegó Alastor a la habitación de la mujer, él estaba ayudándole a buscar en cada rincón del infierno, y aún sin tener resultado.
- Lo lamento, querida...
Ella suspiró cansada mientras tomaba asiento en la silla más cercana, llevaba días sin poder consiliar sueño.
La angustia en su pecho le impedía cualquier tipo de descanso.
- Rosie... Tal vez ella.
- No, Alastor, por favor no digas eso, aún no es momento para siquiera pensarlo.
Su voz era temblorosa, Alastor sintió cómo ella hacía su mayor esfuerzo para no desmoronarse, todos sugerían lo mismo al momento en el que llegaban a su habitación.
Nadie traía noticias buenas.
- Aún no hay cuerpo.
Ese era su argumento más firme, el único con el cual podía sostener toda la esperanza que tenía.
Aún siendo el único al cual se aferraba con miedo después de dos semanas desde el exterminio, esa maldita depuración, maldecia a todos los ángeles de ese día.
Pero a quién más menospreciaba era a ella misma.
- La vamos a encontrar, Rosie, tranquila.
Apoyó Alastor acercandose con una taza de té que invoco para ofrecerla a la mujer, que con manos temblorosas la aceptó mientras él tomaba asiento en una silla del lugar.
- Aún... No sé, no logro entender cómo todo esto fue posible - soltó - Adelantaron cuatro horas el exterminio de este año, Alastor. No nos dijeron nada, simplemente bajaron sin aviso alguno.
Alastor asintió.
- Tomó a la mayoria desprevenidos. Supongo que este año debían hacer una depuración a fondo, por eso la adelantaron esas cuatro horas.
Rosie negó mientras fruncia su ceño, aún se encontraba sin poder asimilarlo.
-Fue mi culpa, si le hubiera insistido para que volviera más temprano...
- No fue tu culpa, de nadie lo fue, Rosie - Revatio Alastor - de no haber sido porque estaba en el hotel también me hubieran exterminado, todos los que se pudieron salvar fue por pura suerte.
Rosie bajo la mirada, negándose a imaginar que no habías tenido la misma suerte que los demás.
Negándose a imaginar que habías sufrido ese día al no encontrar refugio.
