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Hace dos años que su matrimonio había iniciado, su noviazgo había sido uno de los mal lindos que ambos habían tenido, su amor duro tanto que la tan ansiada pregunta del "¿Te casaría conmigo?" Llegó, lo que los llevo a ambos a dar el si en el altar, todo era perfecto, estaban más unidos que nunca y sobre todo la vida les había dado un regalo valioso, el fruto de su amor había llegado, su primer hijo, un pequeño peli plateado que heredó los colores de los ojos de ambos padres, verde y azul. Eran felices, lo tenían todo,no podían pedir algo más pero...no todo es color de rosa.
13 De Febrero
Eran aproximadamente las 6:00 AM cuando la alarma había comenzando a sonar, ambos padres abrieron los ojos con pesadez debido al cansancio, su pequeño hijo estaba en medio de ambos mientras su pequeño pie reposaba en la mejilla de su padre y sus manitas sobre el rostro de su madre, anoche el pequeño no había podido dormir y tuvieron que quedarse depiertos hasta las 4:00 AM que la energía se le acabó y al fin podían tener algo de paz, pero obvio, al ser el hombre de la casa, el rubio tenía responsabilidades.
–Meliodas
Su esposa lo llamo, con su cabello rubio alborotado y con sus ojos verdes aún llenos de sueño se giro a verla mientras acomodaba a su pequeño en la cama para que no estuviera todo torcido.
–¿Si?
–quieres que te prepare algo para desayunar? Yo...
–no tranquila no te preocupes, comeré algo después ¿Si? Quédate a descansar
Sin nada más que decir se levantó para estirar sus brazos, arropó a su pequeño hijo y se acercó a darle un beso en la frente a su amada esposa, para así dirigirse al baño mientras daba un bostezó, aquella mujer de ojos azules y cabello plateado solo lo miro desaparecer por aquella puerta mientras que un suspiro salía de su boca, se quedó recostada mirando el techo de su habitación y los pensamientos comenzaron a invadirla, hace meses que dejaron de hacer muchas cosas juntos y eso estaba comenzando a hacer que se sintiera mal.
Dadas las 7:00 AM Meliodas ya salía con su traje puesto y Elizabeth ya no había podido dormir más, así que la encontró en la cocina preparando café,lo que lo sorprendió un poco.
–Eli amor pensé que dormías
–lo intente, pero no pude hacerlo así que baje,te prepare café ¿Me acompañas?
Con una sonrisa en su rostro el chico se acercó para así tomar su taza, olfateo un poco el aroma del café para después darle un sorbo, lo que hizo que sus mejillas se sonrojaran, varios recuerdos de cuando eran novios habían invadido sus pensamientos, lo que hizo que sus ojos brillarán
