Cap 62

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Al ser de madrugada el frío traspasaba su cabellos dándoles escalofríos a las dos mujeres que iban a paso rápido por esas solitarias tierras. De vez en cuando la pelirroja paraba al escuchar el crujido de ramas o hojas a lo lejos.

Su mente estaba alerta, por lo que podía estar a punto de atacarlos y por la mujer que tenía atrás que en cualquier momento podría matarla. Respiro tomando su varita a cada momento, estaba tensa.

-Si vamos por allá podríamos encontrar un pequeño río- volteo tras decir aquello, la peliblanca la miro muy molesta, sobresalían los ojeras de una mala noche. -No tenemos mucha información, sin embargo, se que podremos satisfacer al señor-

-Curioso que después que te acuestas con él no digas su nombre- sonrió al conseguir molestar a la pelirroja. Decidida se acercó, Eris era un poco más alta que Liana -Disfruta tu misión, no quiero pelear- hablo sin mentiras, su cuerpo estaba rígido después de lo de ayer. Tocó su cicatriz que había vuelto a cerrarse.

Liana la miro sorpendida, sacudiendo su cabeza avanzó. El sonido del agua las dejó descansar un momento. Ninguna hablo mientras aseguraban su campamento. Eris escucho un gemido, en alerta tomó a Liana bruscamente del brazo empujandola hasta dejarla tras su cuerpo, de unos arbustos salió un mapache herido.

-¡Lo hiciste a propósito!- se levantó Liana limpiando sus pantalones al haber caído por el empujón.

-¡Creeme mi propósito es abandonarte aquí!- sintió una puñalada de dolor en su cabeza, los rastros de alcohol seguían martillando su mente, aunque aquellas palabras de Adhara era la apuñalada que ardía. Se dejó caer acomodandose en las raíces de un gran árbol -Tom no hace las cosas sin pensar, me sorprende que nos uniera-
Una fogata las calentó, Liana se encontraba acostada dándole la espalda a la peliblanca con un solo pensamiento. Más tarde cuando una hermosa Luna llena salía, Eris sin poder dormir salió a caminar, amaba el bosque por su otra parte. Aquella que anhelaba salir, reprimió el deseo.

Recordó las palabras de McGonagall. Su bota salpico agua llamando su atención, el agua cristalina estaba muy helada, se inclinó metiendo la mano. Las hondas eran aquella distracción que tanto quería. Intento quitarse la chaqueta para sumergir mejor los brazos, se detuvo al escuchar un aullido que le congeló la sangre.

Un segundo después un grito.

Corrió empujando lo que tuviera adelante, al llegar cerca donde Liana dormia vio que la fogata estaba apagada. Un nuevo grito más lejos le sirvieron de guía.

Arrepintiendose al ver aquella criatura encima de la pelirroja que lloraba muerta de miedo. La saliva caía justo en el pecho de Liana que mantenía los ojos cerrados.

Eris la odiaba, la tipa tenía algo quno quería tener cerca. Más su corazón no estaba dispuesto a que esa odiosa mujer tuviera una muerte tan cruel o peor vivir siendo algo que repudia la gente. Tomó una piedra lo suficiente grande para golpear la cabeza de el hombre lobo, con su varita pronunciaria el hechizo para desmayarlo.

Al levantar el brazo, los pelitos de su nuca se erizaron tras sentir un cálido aliento detrás de su espalda. Sintió asco de sentir un nauseabundo olor, con un movimiento tan lento vio el compañero de la criatura. Su cuerpo supo reaccionar al ver cómo ese nuevo individuo casi alcanzaba su cuello con su afilados dientes.

Trato de levantarse para noquearlo, su aliento se corto tras sentir todo el peso del hombre lobo sobre su espalda. Tembló al sentir su aliento muy cerca, no viviría siendo uno de ellos, se transformó. Giro alcanzando a morder la pata de la enfermiza criatura.

Se separaron quedando cara a cara. Levanto sus orejas al escuchar un no de Liana, como pudo logró huir del lobo para ir a la ayuda de su compañera.

Llegó justo a tiempo al ver como casi le mordía la pierna a una muy cansada Liana. Salto atrapando el hombro del hombre lobo clavando sus dientes sin abrir la piel.

Gruño cubriendo el cuerpo de la pelirroja, no baj la cabeza marcando que esa mujer era su presa. Con alivio vió como el hombre lobo gimio inclinándose para retirarse con su compañero detrás. Siempre atenta revisó si olfateaba algún olor a sangre. No había, movió la cabeza de la mujer con su hocico sin recibir respuesta alguna.

Con un gruñido tomó el cuello de su abrigo y comenzó aarrastrarla hasta una cueva. Volvió a ser humana y espero.

Liana despertó dos horas después, se levantó alarmada golpeando su cabeza con una rama.

-¡Me abandonaste!- grito sobandose la frente, Rellish que estaba de frente apoyando su espalda en la fría y húmeda pared de la cueva fruncido el seño.

-¿Por que estamos aquí exactamente?-

-¿De que hablas?- se puso rígida cuando la peliblanca se levantó tomándola del cuello -Me lastimas-

-¿Por que Tom nos hizo venir a un territorio repleto de hombres lobo?- acerco su rostro a la de Liana, la pelirroja comenzo a llorar.

-¡Vamos a morir!- sus lágrimas caían más y más. Sujeto la muñeca de Eris con fuerza -¡Dijo que era muy importante!-
-¡Eres una idiota Liana!- la soltó empujandola, se pasó las manos por el pelo. Respiro profundamente viendo la entrada de la cueva con temor. -¡No moriré aquí, no a tu lado!-

-¡Dijo que cuando sea el momento adecuado un traslador nos llevaría a casa-

Eris la miro atentamente, sintió como algo corría hacia ellas. Tomó a Liana.

-Escuchame, esas cosas vienen por mi y por ti- la tomó de la barbilla al verla comenzar a temblar -Podemos escapar hasta que el traslador se active-

Sin soltarla corrieron, las ramas las lastimaban. La pelirroja cayó varias veces sin poder seguirle el paso a la peliblanca, se detuvieron detrás de un gran roca.

-Nos olfatearan- quito su chaqueta tirandola, estaba por hacer lo mismo pero Liana la detuvo. -Tenemos que distraerlos, al tirar las prendas nos dará tiempo de correr-

-¡Maldicion!- tembló tras sentir el frío aire. Eris Alejo lo que pudo las chaquetas, tomó hojas y lodo.

-Lo siento tanto querida- la nombrada estaba por preguntar, cuando ahogo un grito tras sentir aquel frío lodo ensuciar su cuello, cara y brazos. -No siento tu olor-

Tomó para ella y hizo lo mismo. Corrieron más y más hasta encontrar una casa abandonada, entraron, sus pechos se movían muy rápido. Se observaron viendo el daño en sus ropas.

Algo tembló dentro del suéter de Liana. Una moneda empezaba a brillar, Eris feliz intento acercarse pero la puerta comenzo a sonar de los golpes que daban. Al distraerse fue su fatal error, estaba por decir el nombre de su compañera cuando está tomó la pata de una silla rota, con mucha fuerza golpeo la nuca de Rellish.

Con una sonrisa muy marcada tomó la moneda desapareciendo.

Por fin Eris Rellish estaría muerta.

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