Este año no he conseguido ninguna pareja en la aldea para pasar San Valentín. Tampoco han venido viajeros ni forasteros en los últimos días.
El festival es como el de todos los años: venden alimentos caseros, dulces, cerveza, ron e hidromiel, mucho hidromiel. Algunas jóvenes consiguieron parejas y la feria está llena de señoras vendiendo comida, viejos alcoholizados y jóvenes que sí la pasan bien. No como yo...
Me siento en la fuente, alisando mi vestido arrugado, y me acomodo el corsé. Encuentro la faja tan apretada como siempre, haciendo que mi suspiro salga entrecortado.
—Lo que daría por estar con alguien hoy —susurro y arrojo una moneda de vellón a la fuente.
Decido apartarme del camino de la feria y me alejo del festival, saliendo de la aldea e internándome en el bosque colindante. Es un lugar donde se respira un aire puro y suele haber niebla a esta hora de la noche, pero siempre encuentro la manera de estar tranquila aquí. A veces pareciera como si la energía de este bosque quitara las nieblas de mi mente.
Ahora, sin embargo, no hay signos de dicha niebla y permanece la calma, sin ningún sonido perceptible, ni siquiera de animales, lo cual me parece extraño.
De pronto, siento que me observan y un hombre que parecía oculto detrás de un árbol se deja ver. Cuando me acerco, noto que tiene las orejas puntiagudas, el cabello negro y largo, y su porte es alto y atlético. Sus ojos de color azul incandescente me escrutan y su cuerpo despide un halo del mismo color. Entonces me habla:
—Hola, humana.
Siento a alguien a mi espalda y, al voltear, otro elfo igual de alto me observa de cerca. Este es rubio y sus orbes son del color esmeralda del bosque insondable.
—Hace tiempo que te observamos —susurra.
—Haremos tus deseos realidad —agrega el pelinegro.
Abrumada por la presencia de estos seres con tanta magia y masculinidad sólo puedo mirarlos a uno y a otro. Cuando se acercan suavemente, su perfume huele a tierra mojada del bosque y su aliento a viento otoñal. Pero una vez que tocan mi cuerpo ya no me sueltan.
El pelinegro va por mi boca y la besa con ansias, mientras el rubio decide atacar mi cuello, provocando en mí un jadeo de sorpresa. Me empujan hacia el árbol y quedo aprisionada entre ellos y el mismo. No tengo escapatoria y me encanta. Siento como me recorren el cuello y bajan por mi hombro. El rubio muerde allí haciendo que se me escape un gemido más alto de lo normal. El de los orbes azules presiona más sobre mi boca y me toma del rostro, su lengua se introduce y juega con la mía, efectuando una danza húmeda con sabor a lluvia de verano. Con su otra mano me sube el vestido a la par que su compañero. Mientras uno recorre mis piernas hacia mi trasero, el otro se decide por mi sexo.
Mi cintura se ve envuelta por el brazo del rubio a la vez que sigo sintiendo su lengua y dientes en mi cuello y hombro. De pronto, me aprieta el trasero, lo cual me hace sobresaltar, y el de los ojos azules se abre camino entre mis pliegues hasta mi zona más erógena, haciendo masajes circulares. La temperatura de mi cuerpo aumenta y siento el sonrojo intenso en mis mejillas, la humedad se escurre entre mis piernas y las rodillas me empiezan a flaquear, producto de sus besos y sus caricias ansiosas. Cuando el de los ojos verdes nota que me estoy cayendo, aprieta más fuerte mi cintura contra su cuerpo y aquello me permite sentir su miembro duro.
Entonces, el sonido del trote de un caballo se escucha cada vez más cerca y frente a nosotros aparece un centauro. Es moreno, con su torso desnudo y trabajado. Su cabello largo ondea salvaje.
—Una humana necesita un lugar cómodo para yacer. Los llevaré a un castillo.
Y así, sin más, el elfo del cabello azabache me toma por la cintura y me sienta sobre el lomo del centauro. Puedo apreciar su ancha y musculosa espalda. Parece tallada por el mejor escultor del mundo. Y él parece notarlo.
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San Valentín en el bosque
FantasyEs San Valentín en la aldea y ella está sola, pero hay seres en el bosque que la quieren hacer sentir viva. Relato +18. Abstenerse de leer si no te gusta este tipo de género. Todos los derechos reservados. Prohibida la copia total o parcial de mi tr...