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Speakerman estaba enamorado perdidamente de Cameraman, mejor dicho o̵̥̣̩͙̥̞͎͛͋͒̌̿̽́̎͜b̷̢̢͉̗͓̘͚͙͈͝ͅş̴̡̼̤̱̯̑e̴̩̼̦̣̼͇͉̘̥͂̓̆̀́͐̾͝s̸̘̥̝̋̍̅̌̑̔͝ͅi̷̯̮̽͑͗̆̓̏͛͘͝ỏ̵͉̤͔̠̈́̃͆͐̓̅͂ǹ̸̺̄͛͊͊̍͒̽͛́ͅa̸̡̼̗̺͎̞̯͓̾̎̈́̈́̊͋̈́͘͝d̴͇̭̺̼̰͙͝ǫ̷̡̠̯͕͙̻͍͈͗̈̄̊̈́͌.
Decidió que sería buena idea declarársele en San Valentín. No podía esperar a que aquel lindo cameraman correspondiera sus sentimientos y se volvieran pareja. Estaba emocionado de sólo pensarlo, era imposible que lo rechazará, según él. Siempre lo trataba bien y hacía reír, lo escuchaba y comprendía no como otros idiotas.
Era ＩＭＰＯＳＩＢＬＥ Que lo llegará a rechazar.
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Se había preparado lo mejor que pudo para este día, tenía que ser perfecto y nadie se lo arruinaría sin pagar.
Fue a buscar a la persona que amaba, no fue difícil ya que sabía que este estaría ayudando a los científicos con informes y entre esas cosas.
—Camera!— El llamado se volteó al escucharlo.
—Uh? Speaker que necesitas?.— Interrogo el pequeño cameraman que estaba haciendo unos informes en un escritorio. Se sintió un poco sorprendido al ver a su amigo.
—Necesito que vengas conmigo a un lugar por un rato, puedes?.
Sonó bastante emocionado cuando hizo la pregunta parecía un lindo niño pequeño, tan inocente que nunca dañaría a alguien.
—Bueno...Veras es que tengo que terminar unas cosas.
—Por favooooor.
—Speaker.
—Porfis?.— suplicó intentando verse lindo y adorable frente al menor. El contrario suspiro, eso siempre lo derrotaba, era una de sus debilidades.
—Está bien tú ganas, pero no tardemos mucho.— Se levantó de su asiento no sin antes dejar las cosas acomodadas.
—Jeje no prometo nada camarita.— Su tono fue juguetón al decir aquellas palabras, pero recibió un golpe en el hombre.
—No me llames por ese apodo.
—Porque.— Pareció confundido ante el reproche del menor.
