(26)

6 0 0
                                    



Era como una rosa porque estaba tan rota que cortaba.

Y no podía evitarlo.

Cuanto más me dolía más la sujetaba.

Porque mi tacto satisfacía su soledad.

Y si para amarla tenía que clavarme sus espinas, me pasaría toda la vida sangrando.

—Blanca Párraga.

Todo aquello que nunca dije, lo escribíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora