2.10 ADVERTENCIA DE OTOÑO

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2.10 SIENA

—Eso es lo que querías decir ese día, ¿no?

—¿Ese día?

Nick abrazó sus piernas sin mirarme. —Cuando fui a pedirte que vinieras al campamento, si no fuera por el chico bajito lo hubieras dicho, ¿verdad?

—Yo...

—¿Ya no me quieres más? ¿Es eso? —soltó un suspiro. —Sé que tienes cosas con las que lidiar, como Ginger y ahora que te quieres acercar a Elena, yo... yo me siento egoísta. Estuve pensando en esto y no es fácil, sin embargo, respetaré la decisión que elijas hoy.

—¿Por qué de repente me dices todo esto? —sentía un ligero nudo en la garganta. —Nick...

—Siento que has cambiado, Siena.

—¡Es que no soy ella!

—¿Hablas metafóricamente?

Asentí tratando de no fregarla más. —Tienes razón, he cambiado. Lo he escuchado, no soy la misma persona que antes, así que te pregunto, ¿aún te gusta la Siena de hace tres meses? Porque si la respuesta es sí, ella ya no existe más.

"¿Por qué me duele? ¿Está dejando a Siena y no a Kiah?"

—Si te soy sincero, la Siena de hace tres meses me gustaba, sin embargo, creo que me enamoré. Me enamoré por primera vez de ti y mi intención es que eso suceda en unos dos o tres años o más, pero no pondré mis deseos sobre los tuyos.

Asentí. —Pero no puedo dar una respuesta a tu pregunta.

—Estoy bien con eso. —sonrió con ojos lagrimosos.

—Es que... —limpié una pequeña lágrima. —soy un completo desastre.

—Lo sé, me encantas.

—Y no tengo ningún don artístico para pintar.

—Puedo sobrevivir con eso.

—No sé cocinar, mi mamá probablemente me odia, Ginger es mi cielo y quiero ayudar a Elena con lo que está pasando. Son un remolino, Nicolás. —más lágrimas caían por mis mejillas. —No puedo ser honesta por completo y de paso, como si fuera la ganga de mala suerte, soy azul cuando tú estás.

—Yo también te quiero.

—¿Y si llego a cambiar de nuevo, me seguirás queriendo?

—Tesoro, voglio solo essere tuo.

—La tuya por si acaso.

Nick se echó a reír. Tomó mi rostro y, limpiando un poco de lágrimas en él, dejó un beso cálido en mi frente, diciendo: —Ti amo con l'anima.

🍁☀️☀️☀️

—¿Así que casi terminan? —concluyó Vanessa mientras untaba un nacho en guacamole. Las chicas de nuestra cabaña, nos encontrábamos en un tiempo de chismecito. Éramos cuatro: Vanessa, Julia, Cristal y yo. Había invitado a Elena, pero dudaba que viniera. —Eso explica tus ojos hinchados de mapache.

—¡Que no parezco uno!

—Pero estás en camino. —comentó Cristal burlándose de la situación. —Son tan bonitos que provocan náuseas, jajaja.

—Giren esa condenada botella. No tardan en venir a ver si estamos durmiendo.

Asentí ante su comentario. —Voy yo... ¡vaaaa! Qué mala suerte, justo yo misma. OK, sacien su curiosidad.

Me quedé pensando un poco más; Vanessa es mi amiga, sin embargo, no sabía mucho de ella.

—¿Quién te gusta? —soltó Julia. —Quiero ver si los rumores... ¡Oh por Dios, estás roja querida! ¿Es verdad entonces?

"HASTA QUE ME OLVIDES."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora