𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳; 𝘟𝘐𝘐

304 20 4
                                    

𝘚𝘰𝘮𝘦𝘰𝘯𝘦 𝘖𝘭𝘥𝘦𝘳
꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

𝘚𝘰𝘮𝘦𝘰𝘯𝘦 𝘖𝘭𝘥𝘦𝘳꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⋆。˚𝖶𝗁𝗒 𝗁𝖾𝗋?˚。⋆

Cuando oí la voz de Matteo mil inseguridades y miedos invadieron mi mente como si fuese agua cayendo de pronto. El ambiente estaba tenso, mi hermano apretaba demasiado la mandíbula y estaba más nervioso de lo que jamás pensé llegar a verlo. Entre temerosa a si habitación, la habitación de mi hermano era cálida y cómoda.

De mis mugres preferidos de no ser por esa horrorosa máscara de payaso que cuelga en de su rack, pero en ese momento, no sólo la máscara me atemorizaba, también la presencia de Matteo enfrente. Mi hermano mayor, el que me fotografía ya no estaba, ahora estaba aquel chico que se enoja cada que piso un autobús o cada que repruebo materias. El que me grita y regaña como un padre.

Me pidió sentarme en el sillón, el me miraba recargado en su pared con los brazos cruzados, parecía que quería leer mi mente. Note que mi pierna se movía cuando los ojos azules de mi hermano la vieron, la detuve.

-¿Por qué Enzo y vos estaban en el armario el otro día? Escuché sus celulares, no lo niegues.

Trague saliva. Rápidamente desvíe la mirada al suelo, ¿qué podía decirle? ¿Y si ya enfrento a Enzo? Nos podemos contradecir. Despeine mi cabello.

-Me ayudaba a buscar algo. Vos sabes que Enzo me cae mal y...

-¿Por qué siento que ustedes me ocultan algo?

Soy buena mintiendo, pero ahora definitivamente no puedo y no se mentir. Matteo me conoce mejor de lo que yo me conozco, no tengo idea de lo que voy a decirle. No puedo mentir. O más bien, no se me ocurre cómo mentir.

-Ustedes... ¿están en algo?

Mi reacción fue reír. Reír hasta que Matteo me hizo callar con sus expresiones faciales.

-Ya casi cumples años, Matteo, ¿en verdad no lo relacionaste?

Su cumpleaños es en marzo, va a cumplir veinticinco años. Falta mucho para ese día. Matteo pareció relajarse.

-¿En verdad? Todavía faltan tres meses.

-Ya estas a la mitad de los veinte, Matteo -dije con seriedad -. Consideré que era una fecha especial y le pedí a Enzo ayudarme. Se lo pedí ese día en el armario.

Aunque se había relajado más algo en su mirar me incomodaba y no me gustaba para nada. Parecía creerme y a la vez no. Hemos tratado de no ser obvios pero también podemos cometer errores, ¿en que momento pudo haberlo notado? Dudo que haya sido en el armario.

-Rebecca es buena chica, Regina -murmuró -. No merece que Enzo la lastime, y si algún día lo hace, seré el primero en golpearlo hasta dejarlo inconsciente.

Frunci el ceño.

-¿Qué...?

-Estuve enamorado de Rebecca muchos años, pero... -se encogió de hombros -. Había prioridades a tener una novia. Enzo fue más rápido, solo que el no sabía mis sentimientos hacia ella. Y si tu, estás siendo parte de su dolor, creeme que...

-¿Ponés de prioridad a la wacha que te gusta sobre mi? -me levanté del sillón, herida -. ¿Qué me harías?

-No me dejaste terminar, Regina.

-¿Preferís a Rebecca que a tu hermana? -de verdad me había lastimado -. Tranquilo, no heriré a nadie, vos y Enzo son igual de mierdas.

Eso último fue porque ambos, los dos hombres a los que más quiero, prefieren a Rebecca Rico antes que a Regina Menccina. ¿Por qué es mejor que yo? ¿En verdad no valgo tanto la pena? Recordé que Matteo permitió que Lorenzo me besara y todo cobro sentido. Mi hermano no estaba tan idiota, lo subestime mucho. Quería ver la reacción de Enzo. Mierda. ¿Cuál fue su reacción? Saqué mi celular, estuve a punto de escribirle de nuevo a Enzo pero no sabía que decir.

Matteo me enfrento,
sospecha. Le dije que
organizamos su
cumpleaños.

Fue lo único que supe decirle. Apagué mi celular y me dediqué a dormir. No se cuantas horas dormí, pero me desperté cuando era la noche. Oía voces por los pasillos y las luces de ahí abajo, lo único que iluminaba mi habitación era aquello. Adormilada me levanté, abrí la puerta y seguí las voces, daban al piso de abajo. Encontré a toda mi familia cenando con Enzo, todos me miraron, Matteo con más interés. Evite ver a Enzo.

Mamá me ofreció sentarme y servirme de cenar, pero me negué. Miré a mi hermano, todavía tenía esa chispa de sospecha en su rostro. Retrocedí y subí de nuevo las escaleras, mirando hacia mis puerta espere paciente a que Enzo diera alguna señal de vida pero espere en vano. Enzo no se aparecía.

Vamos a salir, vení.

Me vestí lo mejor que pude y corrí abajo. Estuve a punto de chocarte con Matteo pero lo evite. Use atajos hasta llegar a la salida, Enzo me esperaría dos cuadras adelante de la casa. Corrí tratando de evitar las cámaras, me caí y rodé en mi patio pero nada grave. Finalmente, una vez adentro del auto, me sentí a salvo.

Volvía a estar en ese lugar tan íntimo y privado donde solo Enzo y yo estábamos, como ese día de la fiesta y como el me salvo de ese tipo. ¿Matteo habrá hecho algo al respecto? No, ¿Enzo había hecho algo al respecto?

Le sonreí y antes de poder explotar y desahogarme el me beso. No sabía cuánto lo necesitaba hasta que lo hizo.

Era un beso que sabía a amargura, a miedo, dolor, tristeza y a que algo estaba mal. Tenía algo secreto con un tipo mayor, con el amigo de mi hermano. Enzo podía ser mi hermano incluso. Él tenía novia, yo tenía novio. Eso era tan ilegal pero sabía tan bien.

-¿Estás bien? -asentí pegando mi frente a la suya -. Matteo esta bien, hablamos. Complemente la mentira, Reg.

Volvía a llamarme así luego de semanas. Sonreí y me aferré mas a su cuerpo, ¿podía no sentirme mejor? Enzo acarició mi cabello.

-Deberías volver.

-Te extrañé mucho, Enzo.

-Y yo a ti -me susurró.

Había estado poco tiempo lejos de él pero aquella conversación con Matías había dejado un hueco, un nudo. Algo que difícilmente se podía quitar, si el quería cubrir esa mentira, seguir con ella y no quitarla de encima, ¿por qué razón era? ¿sentía lo mismo que yo? ¿Por qué sus besos y abrazos me parecían más cálidos y diferentes ahora? ¿Había una remota posibilidad?

-Volveré -Enzo asintió -. Nos vemos, Enzo.

-Regina -lo miré, el sacudió su cabello -. ¿Si entendés la importancia de todo esto? -frunci el ceño -. Ya sabes, el que esto solo es por diversión, lo ocultamos porque queremos seguir riendo en la oscuridad, no porque nos importamos. ¿Lo sabes?

Ahí estaba la estúpida respuesta. Me agarré del asiento, force un sonrisa y asentí con la cabeza. Sentía un nudo en la garganta, debía salir de ahí antes de empezar a llorar. Enzo acercó su mano a mi mejilla pero me alejé de ella.

-Somos un juego para el otro, Enzo, lo sé, ambos tenemos pareja y mi familia te considera un hijo más. Se que ocultamos esto y jamás lo diremos porque no estamos enamorados, lo sé.

Quedo pasmado un rato, sacudió su cabeza y asintió rodeando el volante con sus bonitas manos. Suspiró e intentó sonreír, pero al igual que yo, fracaso. Abrí la puerta y salí, di un portazo e inicie mi camino a casa. Enzo me estaba lastimando tanto, pero la verdad, la culpa es mía. Nadie notó que entraba, subí a mi habitación e hice lo que siempre hago cuando estoy destruida, meterme en la bañera. Lloré abrazada de mi un buen rato. Todo se juntaba.

Someone Older // Enzo Vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora