Si Jisoo creyó que los dos meses sin la compañía de Jennie habían sido el tiempo más difícil de su vida, estaba completamente equivocada.
Esos días lo estaban siendo.
Aunque toda la casa intentó cambiar la opinión de Jennie, con respecto al suicidio que deseaba cometer, nadie logró hacerlo.
La omega ni siquiera se desgastó en intentarlo. Ella más que nadie, sentía la convicción de Jennie con respecto a la idea de enfrentar a su tío. No podría convencerla de lo contrario. Ni ella, ni nadie.
Era su última noche en Seúl.
Toda la familia se reunió en la sala de estar, en la cual, Jennie se dedicó a agradecer a cada una de las personas, tomando en cuenta de que podría ser su última noche con vida.
Jisoo comprendió esa noche, al ver a todas esas personas, despidiéndose de su alfa, que había tenido la lotería con el ser humano más lindo que pudo pisar el planeta tierra. Jennie era su ángel. El ángel que no quería dejar escapar, pero que parecía desear tomar sus propios caminos y direcciones. Jennie quería ser valiente por todos, por ella y por su omega. Después de todo, Jisoo siempre sería lo más importante.
La cena fue un desastre total. Las palabras de Jihyo hacia Jennie, habían sido las más fuertes que le dedicaron en toda su vida, para después, derrumbarse entre los brazos de su hija. La idea de una pérdida se sentía en el ambiente. Jennie podría morir, y sus padres lo sabían.
Seulgi también acabó llorando a causa de eso. Y el actual jefe de la familia Kim, no pudo sostener la tensión del ambiente, y simplemente se retiró de la mesa sin decir una sola palabra.
El ánimo de Rosé estaba por el suelo, y había sido su semana más callada hasta ese momento. Lisa y Yeri acompañarían a Jennie hasta el infierno, y como tenían previsto, volverían a casa para descansar de aquello. Tzuyu fue la única que le dio su apoyo totalmente, aunque al igual que el resto de la casa, temía por la vida de Jennie.
Todos confiaban en que volviera a casa.
Jisoo no estuvo en la posición de decir absolutamente. No hablaban directamente desde aquel día en la oficina de Jennie. Ese día que había olvidado tomar el supresor.
Después de descubrir su error, lloró por horas completas, deseando que realmente existiera la posibilidad de estar embarazada. Un cachorro podría cambiar las cosas, pero después de algunos días, y al no sentir ningún tipo de cambio en su aroma, todas sus esperanzas cayeron.
No le había comentado aquella situación a Jennie, y tampoco había vuelto a tomar los supresores. Comenzaba a perder el interés en las pastillas. Comenzaba a perder el interés en todo.
Su alfa iría directamente hasta Japón, a la casa de su tío, y acabaría con él, pero todos sabían que las cosas no eran sencillas. No como las creía Jennie. Tenían contactos, que obviamente, le estaban proporcionando la información necesaria. Contactos que servirían a la hora de cometer un crimen total. La familia estaba en jaque.
Ni siquiera tenía fuerzas para comer. El plato de comida estaba intacto, y lo único que podía ingresar a su cuerpo, era el dulce jugo de frutilla.
—Iré a dar una vuelta. Con permiso.
Se levantó rápidamente del lugar, dejando a todas las personas sorprendidas, menos a Rosé, que decidió seguir sus pasos. Las dos se las arreglaron para salir hacia el iluminado jardín trasero de la casa.
El cielo estrellado se presentaba ante ellas, como un gran espectáculo de esa noche. Las estrellas brillaban con fuerza, y le daban la paz necesaria para enfrentar las horas que se venían.
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INFILTRADA - JENSOO
RastgeleDonde Choi Jisoo se infiltra en una casa con la ayuda de una compañera de trabajo, y termina completamente perdiendo la cabeza por una alfa. O Donde Jennie Kim encuentra a una omega, la cual roba su corazón al instante, causando un sinfín de sentimi...