Capítulo 20

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Ji-won

-¿Creen que esté viva?

-Pues claro que está viva, si no, no estaría respirando, ¿no crees?

Escuchaba voces a lo lejos pero no las reconocía. Me sentía exhausta, me dolía la cabeza y no podía ni si quiera abrir los ojos.

¿Había sobrevivido?

-Por ahora llevémosla a casa, no podemos dejarla aquí inconsciente en el bosque-una tercera voz.

¿Bosque?

Hasta donde recuerdo, estaba en el salón de química, recibiendo clases.

Alguien me tomó en sus brazos y me levantó, activando una alarma en mi cabeza.

¿Qué estaba haciendo? ¿A dónde me llevaba?

Escuché a alguien decir que me llevarían a su casa. Aquello me hizo entrar en pánico. Lo peor del caso, es que no podía moverme, no podía zafarme y salir corriendo, tampoco pedir ayuda. No tenía la menor idea de qué hacer en ésta situación. Sin embargo, aun si supiera no podría ejecutarlo. Me invadía la impotencia. No solía ser alguien negativa ni quería pensar en el peor escenario pero, me sucedía lo que llaman los psicólogos el efecto rebote, mientras más evitaba pensar en ello más se repetía en mi mente. Como cuando te dicen, no pienses en un elefante rosa y es precisamente lo que terminas haciendo, pues para negar algo, primero se debe pensar en ese algo.

Supongo que aún no me había recuperado bien ya que después de ese momento de lucidez, perdí la conciencia de nuevo.

Abrí los ojos lentamente, temerosa de lo que pudiera rodearme. En realidad no quería ni si quiera abrirlos. Si mi destino había sufrido una desgracia, no quería enterarme de ello pero, sabía que debería enfrentarlo tarde o temprano, solo esperaba con todo mi ser que no fuera el caso.

Me asusté cuando me di cuenta que estaba en una habitación desconocida, recostada sobre un lecho, igualmente extraño. La ventana estaba abierta y a través de ella se colaba la luz del sol, quería decir que era de día. Observé rápidamente mi vestimenta y al darme cuenta que tenía puesto un vestido que no era mío comencé a entrar en pánico.

Tragué saliva con fuerza.

No, no, no pienses en lo peor Ji-won, recuerda que tu ropa estaba sucia por el humo...

Pero, aún así, si tenía puesta otra ropa, eso quería decir que alguien me había quitado la mía y puesto esta. Según recuerdo, las voces que escuché hace un rato eran todos hombres.

El simple pensamiento me mortificaba.

No había manera de que supiera lo que sucedió conmigo mientras estaba inconsciente.

Sin darme cuenta, lágrimas rodaron por mis mejillas. Empezaba a hiperventilarme. Añadiéndole a eso, el dolor de cabeza que persistía.

Me negaba a creer lo que las señales a mi alrededor indicaban. Una y otra vez agitaba la cabeza de un lado en negación y estrujaba con fuerza la cobija.

El momento justo en que estaba perdiendo la cabeza se abrió la puerta de la habitación, salvándome de enloquecer, calmando mi preocupación y mi ansiedad. Atravesó el umbral una señora de cabello castaño y cálida sonrisa junto con una niña pequeña, como de un metro de altura, de ojos grandes e inquisitivos. Se asustaron cuando me vieron llorar. La señora dejó la bandeja que traía con comida en una mesa y corrió hacia mí.

-¿Qué te sucede querida? ¿Por qué lloras? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?-preguntó genuinamente preocupada.

Verlas me calmó y mis miedos se disiparon de inmediato. Era poco probable que me hubiera sucedido algo malo estando inconsciente habiendo una mujer y una niña en la casa, en especial viendo la manera en la que había reaccionado la primera.

ICE SKATER [ENHYPEN - Sunghoon - FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora