Una habilidad trampa lo cambia todo

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Los vientos gelidos del invierno, azotaron mi rostro, mi cabello blanco camuflado entre la densa nieve y mis ojos rojos, me confundirán seguramente con algún conejo. No es el caso.

Mi nombre? Bell Granel. Mi situación? Varado en medio de la nada. ¿Que estaba haciendo aquí? hace poco me desperté de un largo sueño del que pensé nunca iba a despertar.

Admitiendo mi error y mi falta de coraje, espere una muerte que nunca llegó

A pesar de que mis amigos y las personas que amaba murieron en ese campo de batalla, yo seguí luchando.Lo intenté una y otra vez, pero lamentablemente mi presente y futuro estaba escrito.

Ni si quieres "eso" me permitió cambiar lo ya escrito, aquella habilidad trampa que me había echo arrogante o incluso pensar que era invencible, fue lo que me destrozó por completo.

Una y mil veces, por más que lo intentará, lo único que cambiaba era mi muerte, la muerte de mis amigos no podía ser cambiada, fui castigado al verlo morir más de 100 veces distintas a cada uno.

Ver cómo poco a poco el brillo de sus ojos se apagaba, y como con su ultimo aliento una sonrisa me brindaban.

Incluso cuando mi falna ardía ante la perdida de esa, incluso cuando mi diosa desató su poder divino con tal de ayudarnos a ganar, nada cambio.

Todos morimos ante el <Sekigan no Kokuryū> aquella bestia que habia desatado el terror en los corazones de cada uno de los aventureros más fuertes del mundo, había diezmado a la que alguna vez fue mi familia.

La familia <Hestia> desapareció después de este fracaso, y <Orario> fue hundido en lamentos después de la muerte de la familia de <Héroes>.

<Orario> corrió la misma suerte.
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Cuando desperte estaba en este paisaje nevado, mis recuerdos eran escasos, mi mente estaba traumada después de ver la muerte de mis amigos suceder ante mis ojos una y otra vez y no poder hacer nada para cambiarlo.

Con fuerza me levanté del suelo, tomando mi espada que estaba clavado a un lado mío. Verifique que no estuviera herido.

La herida en mi estómago causada por sus garras ya no estaba, mi brazo completamente calcinado, estaba curado. Más importante estaba vivo.

Me sentía sumamente agotado, como si un goliat hubiera caminado sobre mi, con las pocas fuerzas que me quedaban y mi falna sellada. Me dispuse a caminar entre el extenso camino nevado.

/Salto/

Las pocas fuerzas saque me quedaban se han ido, me encuentro agotado sin fuerzas para seguir caminando. No se donde estoy, ni que tan lejos estoy de la civilización.

Camine recto esperando encontrar algún pueblo o camino al que seguir, fue una tonta decisión pero cuando recapacite ya estaba a varios metros de camino.

Seguí el camino recto, con suerte encontraría un pueblo donde podría comer, los gruñidos en mi estómago se hacían más evidentes con cada paso.

Cuando perdía mis esperanzas, a lo lejos logré ver humo, algo se estaba quemando cerca de mi posición. Camine con las pocas fuerzas que me quedaban.

Cuando llegue no era lo que esperaba.
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Aquella esperanza se convirtió en cenizas, como lo estaba haciendo este pueblo.

El pueblo había sido atacado por bandidos al parecer, si los cuerpos de los ciudadanos con heridas de arma blanca era un indicio claro de lo que había sucedido aquí.

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⏰ Última actualización: Feb 15 ⏰

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