Capítulo 83.

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Después de haberme puesto un vestido corto con manga de encaje, de escote en pico y de color rojo, me calzo mis tacones color dorados.

Me hago una coleta alta y lisa en el pelo y me maquillo bastante más cargada de lo normal para mi. Aunque debo confesar que me veo bastante bien y bastante guapa.

Estos días atrás hemos estado organizando la casa, haciendo compra en especial para llevar hoy a la cena a casa de mis tíos. También hubo un día que quedamos a merendar con Martina y Diego, después de la discusión en la discoteca, Caleb se sentía mal por haber tratado de aquella forma a Martina y organizó una merienda sorpresa en una terraza de La Rambla, aunque nos hizo un poco mal tiempo, no nos importó mucho ya que nos lo pasamos bastante bien. Caleb al final consiguió apuntarme a ese trabajo y actualmente puedo decir que estoy trabajando, pero de verdad, en un puesto serio y con nómina laboral real.

El trabajo es sencillo, demasiado monótono y a veces aburrido, pero no puedo quejarme, actualmente es perfecto para la situación en la que estamos y es dinero que entra en casa, así que es ideal para mí.

Caleb ha estado también buscando trabajos por internet pero no le han llamado de ninguno, él dice que ser quien es no ayuda, la gente en Barcelona ya que le conoce y no precisamente por cosas demasiado buenas. Al principio, pensé que lo que decía eran tonterías, pero ahora, empiezo a creer que puede llegar a tener razón con eso.

Sé que Caleb no ha hecho cosas buenas y que la mayoría de las veces, pierde los papeles con todo lo que hace. Pero no me parece justo tampoco que la gente le juzgue a la hora de un trabajo. Pero cada uno decide a quien contrata en su negocio y es respetable.

Me encantaría poder haberle conocido y haberle ayudado a ser mejor persona desde hace más tiempo, pero una parte de mí, cree estar segura de que justo aparecí en su vida en el momento adecuado y en el momento que él más me necesitaba. Y por otro lado, creo que cuando yo también le necesitaba a él.

Ambos nos hemos ayudado, a crecer como personas y a madurar. Nos hemos encontrado y las casualidades no existen, sé que todo lo que hemos pasado y lo que estamos viviendo actualmente, es por algo.

-¿En qué piensas?

Caleb está en la habitación. Estaba tan embobada pensando en todo que no me había dado cuenta de que ya no estaba sola en la habitación.

-Vaya...No me había dado cuenta de que estabas aquí, perdona.

Me giro para mirarle y no puedo alucinar más de ver lo guapo que está.

-Caleb, no...-hago una pausa- No hacía falta.

Caleb se ha puesto traje. Jamás pensé que se iba a arreglar tanto por ir a cenar con mis tíos.

-¿Te gusta?-me pregunta acercándose a mi.

-No.

-¿Qué?-me pregunta arqueando una ceja.

-Me gusta mi novio, el que lleva camisetas básicas negras y pantalones vaqueros, el que va despeinado y no le importa su apariencia. No quiero que aparentes ser algo que no eres, no tienes que hacerlo.

Caleb me coge de las manos y apoya su frente en la mía.

-No lo hago por ellos, lo hago por ti, sé lo importante que es esta cena para ti, quiero estar a la altura.

-Caleb, te quiero y eres increíble, pero solo hay un momento de mi vida en el que quiero volver a verte en traje y es el día que nos casemos, así que ponte el vaquero más cómodo que tengas y esa camiseta desteñida que es tu favorita y nos vamos.

Le beso para que no me diga nada más. Sonrío y él hace lo mismo. Caleb sale de la habitación y oigo como habla con Leti para terminar de ayudarla a vestirse.

No podía dejar que Caleb fuera incómodo a la cena, sé que todo lo de hoy no es agradable para él y lo único que quiero es que dentro de toda la situación, esté lo mejor posible.

Yo me enamoré del Caleb despreocupado por su aspecto físico y del qué jamás se dejaría llevar por la opinión de alguien. Así que es lo mínimo que puedo hacer por él. Ayudarle a mantener su esencia y dejarle que sea siempre él mismo.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora