[PAUSADA] 𝑨𝒕𝒂𝒅𝒂 𝒂 𝒕𝒊 ➳ 𝖗𝖞𝖔𝖒𝖊𝖓 𝖘𝖚𝖐𝖚𝖓𝖆 ;; 両面宿儺

- veinte -

殺す

X 𝖒𝖆𝖙𝖆𝖗 X

A pesar de la llamada que les había hecho Shoko desde la morgue, comentándoles que las maldiciones que mataron eran humanos alterados pero que murieron por el shock debido a esa misma alteración y que por ende no habían matado a ningún humano, Yuuji y ______ seguían teniendo su vista clavada en el móvil que se encontraba en la mesa ratona, como si les fuera a dar algún consuelo. Kento estaba en otro sillón, piernas y brazos cruzados. 

— Aún así, maté a alguien. —murmuró el pelirrosa.

La castaña se mantuvo en silencio. Sabía que el objetivo de Itadori era salvar a la mayor cantidad de personas posibles, y por ende matar a alguien era casi impensable. Sin embargo, ella no pensaba igual. A decir verdad, deseaba tener la compasión de su mejor amigo, al menos una dosis, pues en ese momento no parecía sentir ningún remordimiento hacia lo que hizo. 

Es más, saber que con tan solo días de entrenamiento se podía volver tan fuerte, le hacía imaginarse cuan fuerte sería en un futuro, y eso sólo le daba ganas de seguir matando y matando maldiciones. 

"Incluso si fueran humanos transformados" dijo para sus adentros. 

Sacudió su cabeza por unos instantes, como queriendo liberarse de esos pensamientos intrusivos. Por Dios, nunca había pensado de esa manera, y de alguna forma le da asco. 

— El enemigo que ha transformado a esta gente es muy astuto. —el rubio se paró, llamando la atención de ambos— Hay que ir a por todo. 

— ¡Sí! —exclamaron al unísono. 

Horas después, luego de recapitular información y grabaciones, Nanami les mostró el sujeto que debían investigar: Junpei Yoshino. 

Bueno, en realidad fue una tarea falsa que les delegó a aquellos dos estudiantes de primer año. Kento ya sabía del paradero del culpable, pues los rastros eran tan evidentes que parecía no esmerarse en ocultarse: más bien, estaba invitándolos. 

Es por eso que decidió ir por su cuenta, en pos de proteger a aquellos dos, con el pretexto de que seguían siendo niños. 

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— Lleva un tiempo sin ir a clases. —comentó Ijichi, quien estaba manejando y actuando de acompañante de _____ y Yuuji.

— Estamos igual. —añadió la femenina, apoyando su mentón en el respaldo del asiento del copiloto, mientras estaban siguiendo a Junpei, un misterioso chico de cabello algo largo y negro, que tapaba la mitad de su cara. 

— ¿Cómo estarán los chicos? —se preguntó Itadori, pensando en sus compañeros tanto de primero como de segundo año. 

Se moriría de la risa si supiera que a Fushiguro lo habían atacado por ser tan aburrido en describir a su tipo de mujer ideal.