Capítulo 24

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SILVIA

Llevo aquí una semana, y ha sido la peor semana de mi vida.

Siempre seguíamos la misma rutina; me despertaba, me daba poca comida para desayunar y... follábamos. Por la tarde, igual, hasta que llegan las ocho de la tarde y ya me deja en paz y no vuelve a aparecer hasta el siguiente día por la mañana.

Las veces que lo hacíamos no podía evitarlo, era el triple de grande y fuerte que yo y era una cosa inevitable.

Cuando llegan las ocho de la tarde y estoy sola me pongo a pensar, en muchas cosas. Pienso en mi abuela, cuando estoy con ella se me olvidan los problemas y la vida suena mejor, pienso en Sofia, la mejor amiga que he tenido y tendré en mi vida. Pienso en los chicos, sobre todo en Hector, me estoy dando cuenta de lo mucho que le quiero, y cada día que no paso a su lado más, seguramente estén moviendo cielo y tierra para buscarme.

O no...

Quito los pensamientos de mi mente e intento dormirme, y tras varios largos minutos lo consigo.

Me despierto al día siguiente por el odioso ruido de la puerta abrirse y lo primero que veo es a Luis con una bandeja y mi "desayuno" en ella.

Me lo extiende en la cama y puedo ver lo mismo de siempre; unas tostadas calentadas, sin más.

—Date prisa— me ordena y saca su movil del bolsillo para ponerse a hablar con alguien.

Cojo una tostada mirándole, se me está ocurriendo un plan.

Estas loca

Funcionará.

Termino mi tostada y le extiendo la bandeja en la mesita de noche y él mueve su cara y posa sus ojos en mi.

Ahora toca... eso...

***

Me sonríe malvadamente y deja su movil en el primer cajón de la mesita de noche cerrándolo con fuerza.

Se acerca a mi lentamente y se tumba entre mis piernas. Empieza a darme besos por el cuello y finjo que me da placer, sino me hace pasarlo peor...

Mueve sus manos desesperadamente por todo mi cuerpo y me empieza a quitar la ropa quedando en ropa interior frente a él, que ya había venido con solo unos pantalones.

Y pues bueno... pasó.

Se levanta de la cama dejándome a mi con unas pocas lágrimas en los ojos y se dirige al baño.

Hora de poner el plan en marcha.

Me limpio las lagrimas de las mejillas y me acerco a la mesita de noche sentándome en el borde de la cama, abro el cajón en donde se encontraba el movil sigilosamente y lo saco.

Lo enciendo y pongo la contraseña, seguía teniendo nuestra fecha.

Qué patético

Marco el número rápidamente del primer teléfono que de me viene a la cabeza.

HECTOR

Ha pasado una semana desde la desaparición de Silvia, ya era oficial.

Me encontraba con Sofía en la cocina desayunando.

Sofía se había venido a vivir con nosotros temporalmente ya que en la casa sola no quería estar, y como no tenemos ningún problema, aceptamos que se quedara con nosotros

Estábamos hablando sobre los Silvia ya que su cara a vuelto a aparecer en las imágenes de la tele con un "Se busca".

—No soy consciente de lo mucho que la necesito, y ahora que no está, me he dado cuenta de lo mucho que la quiero— confieso mirando su imagen.

—Ella también te quiere mucho, Hector— dice y deja de mirar la tele para mirarme a mi— te quiere mas de lo que piensas.

Iba a responder cuando suena mi móvil, me están llamando.

Me extiendo a cogerlo para ver quien era pero no le tenía agregado.

Nunca cojo los números que no tengo agregados, puede ser publicidad o una fan, pero algo dentro de mi me dice que lo coja, y eso hago.

—¿Quién es?— digo al ponerme el movil en la oreja.

Escucho desde la otra línea una respiración agitada y frunzo el ceño.

—Hector— dice la voz de una mujer que reconozco al instante. Se escuchaba que estaba asustada y me apresuro en responder.

—Silvia— digo anonadado y Sofia abre los ojos como platos — ¿Dónde estas?, ¿estas bien?, ¿te han hecho daño?— digo rápido, estaba muy nervioso, tanto, que no le había dado cuenta de que estaba de pie.

—Hector, ayuda, estoy con...— dice pero otra voz se escucha.

—¡Qué coño haces con mi móvil!— dice la voz de un chico.

—Luis...— dice Silvia para finalmente colgarme.

Me quedo unos segundos flipando cuando Sofia me ayuda a volver a la realidad.

—¡Hector!— dice y me pega una suave torta en la cara que hace que me espabile—¿era Silvia?— pregunta preocupada.

—Si...

—¿Y cómo está?, ¿dónde está?— pregunta nerviosa.

—No sé, solo he escuchado que necesita ayuda, estaba asustada y se le notaba en la voz— hago una pausa— luego la voz de un chico que el qué hacía con su movil y finalmente Silvia me dijo un nombre.

—¿Qué nombre era?.

—Dijo Luis...— digo y Sofía abre los ojos, le pilló desprevenida.

—No puede ser, si está con Luis está de todo menos a salvo.

—¿Era su exnovio, no?— pregunto y ella asiente— tenemos que ir a la policía.

SILVIA

—¡Qué coño haces con mi móvil!— me grita Luis acercándose a mi rápidamente. Cuelgo la llamada y me echo para atrás para alejarme de él pero recuerdo que tenía la pared atrás y poca escapatoria.

Me arrebata el movil de las manos de un manotazo y me agarra del cuello estampándome la espalda y cabeza fuertemente contra la pared.

—¿Qué haces con mi movil?, a quién llamabas, zorra— me grita muy cerca de la cara.

Yo me armo de valor y le respondo:

—Me van a encontrar, y vas a ir a la puta cárcel por secuestrarme y violarme, ¡gilipollas!— grito encarándole.

Me suelta del cuello y se pone de pie llevándose las manos a la cabeza nervioso. Se echa el pelo hacia otras y me mira.

—No si nos vamos antes— dice, me agarra de la muñeca y me obliga a salir de la habitación con él.

𝙲𝙾𝚂𝙰 𝙳𝙴𝙻 𝙳𝙴𝚂𝚃𝙸𝙽𝙾 (1 y 2) || 𝐇𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐅𝐨𝐫𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora