Capítulo 1: Comienzo

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Aquel día, nunca pudo comprender cuál era el futuro de su amor, ella estaba indecisa por lo que pasaba, cada vez su lejanía era mucho más notoria, su hijo sufría por su carácter. Pensando profundamente en su pasado,.. Entre el aroma del amanecer , la luz del sol y la lujosa ventana en su habitación.... Marissa Villar, una bella y joven empresaria se preguntaba....
Marissa: ¿Qué voy a hacer? ¿Por qué, por qué sucede esto? Si tan solo mi melancolía tuviera una respuesta. Yo lo amo mucho, pero no sé si él me ame.... No, que digo, debe ser la presión del trabajo que lo tiene así, o tal vez hay algo que no le gusta de mí... o tal vez, simplemente, no sucederá nada más.
Tras meditar en los conflictos de su matrimonio que se estaba haciendo infeliz, Marissa se levantó de la cama, fue al baño, se lavo la cara, se dio una ducha fría y salió, cambiada, bajo a desayunar con la esperanza de que aún su matrimonio estuviera a salvo....

Paralelamente a esto, en un lujoso hotel, una mujer de negro, se vestía lentamente, con un collar de alto valor, pulseras y un reloj, entraría a navegar en su Laptop, buscando el nombre de Marissa, miraría en Instagram, las fotos de ella y su esposo, junto con su hijo, comprobando lo que había planeado. Entonces tomaría su abrigo negro y se dispondría a salir de su hotel, caminando hacía un rumbo desconocido, sabiendo muy bien cuál era su objetivo: "Venganza"....

Era un día normal, Martes por la mañana, común y corriente, como todos los días, Marissa, una mujer de clase adinerada y vanidosa estaba con su esposo, Ángel de la Vega, un hombre calculador, con quién se había casado. Ella vería su rostro y lo saludaría como siempre, tratando de soltar el amor que le tenía, pues él casi todos los días discutía con Marissa por las múltiples diferencias que tenían. Sin embargo, ella quería ver aún su matrimonio feliz. Tras ello Ángel solo le devuelve el saludo, pero no conversan cuando comienzan a comer el desayuno, que ya estaba servido en la mesa, por qué la empleada había salido a hacer unas ocupaciones. Ante la actitud de Ángel, Marissa comenzaría a hablar, ambos comenzando una nueva discusión:
Marissa: ¿Vamos a continuar así?
Ángel: No sé, dímelo tú que empiezas estás discusiones (tomando su café)...
Marissa: ¿Ósea que ahora soy la mala? ¿yo tengo la culpa de todo?
Ángel: Tú haces lo que se té da la gana, no cuestiones mi vida
Marissa: Basta de decir eso, parece que ni siquiera me amas, yo solo quiero que corrijas tu forma de vida, que me trates mejor, pues todos los días vienes del trabajo y no haces nada más que comer y recostarte, ¿dónde quedo todo el amor que me prometiste cuando nos casamos? ¿dónde está el hombre cariñoso que conocí?
Ángel: Eso es cosa del pasado Marissa, yo te digo que te amo, pero no creo que alguien como tú me comprenda.
Marissa: Que me dices de nuestro hijo, Ni siquiera estás con él un momento.
Ángel: Por favor, ese mocoso tiene 15 años, ya está grandecito para exigir un ejemplo de padre, ya sabe lo que hace
Marissa: ¿Y la figura paterna no importa? ¡Él también te necesita Ángel!
Ángel: Como sí eso importará, el tampoco me habla
Marissa: Por como eres con él, frió y sin corazón, no le dices ni un gracias cuando el te compra un regalo.
Ángel: Por dios ni que eso le llegará a afectar a la edad que tiene
Marissa: Ángel, por eso nos casamos, prometimos mejorar, contribuir a una mejor vida y ser ejemplos para nuestro hijo
Ángel: Sabes que, no me hables de eso, que yo no quise tener a ese hijo que solo truncó mi vida (se levanta de la mesa)..
Marissa: No puedo creer que hables así de Osvaldo, él que es un milagro para nosotros..
Ángel: Para mí es diferente, sabes que tengo trabajo, y ya es tarde (revisa su reloj). Tengo que irme, antes de que sueltes tu mal genio...
Marissa: ¿Todo el amor que te doy cada día, las advertencias y los consejos, es un mal genio?
Ángel: ¿Amor? No sé si aún sienta lo mismo (se va)
Marissa: (Triste se sienta en su sillón y llora, pero poco) ... Porque Eres así Ángel... por que....

Tras esto, Ángel se iría de la casa, el hijo de ambos, Osvaldo de la Vega, miraría con tristeza a su madre, pues estaba escuchando lo que pasó, Marissa al verlo, lo abrazaría.
Osvaldo: Tranquila mamá, todo va a mejorar
Marissa: Espero que sí mi pequeño Osvaldo
Osvaldo: Tengo 15 años mamá, no me digas pequeño
Marissa: Te quiero tanto hijo, ve a la escuela o se te hará tarde
Osvaldo: Está bien.
Osvaldo se iría a la escuela, aunque le apenaría dejar a su madre así, Marissa amaba demasiado a Ángel y a su familia, pero se daba cuenta de que ese matrimonio solo habría traído desgracias para ella, su depresión comenzaba a notarse, poco a poco, aunque era leve y podía ser controlada... Necesitaba ayuda.

Mi Vida Es Mejor Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora