Capítulo 44.

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Narrador omnisciente.

Umiko se paseaba por las calles de Wano escuchando historias de 20 años atrás que no parecían morir.

Mediante estás historias recordadas por muchos se enteró sobre lo que tuvo lugar en el pasado cuando Kozuki Oden, su clan y sus camaradas fueron ejecutados.

Si eso era real significaría que Momo, Kinnemon y el resto deberían estar muertos. Segura de que no eran fantasmas o algo por el estilo, asumió que lograron escapar. Sin embargo, había algo que no cuadraba.

Los hijos de Kozuki Oden eran niños hace 20 años y él murió en ese tiempo, así que no tenía sentido la edad de Momo con todos estos sucesos.

La pelirroja suspiró y dejó una moneda de bajo valor a cambio de un periódico. Luego de darse por vencida en el mundo de las geisha decidió vagar usando sus grandes (para ella) habilidades de conversación para obtener información.

"Oh, Luffy llegó a-." Antes de siquiera poder terminar esas palabras que se dijo a sí misma en un susurro, leyó toda la noticia y colocó un semblante incrédulo. "¡¿Huh?!"

Tras unos segundos procesando la información escrita comenzó a reír, llamando la atención de aquellos a su alrededor. En su última risa extendió su abanico de mano y siguió caminando. "Dios... No hay momento que nuestro capitán se detenga. Al menos su presencia aquí debe significar que Sanji está devuelta."

Apresuró su paso, yendo hacía donde creía que estarían sus recién llegados nakamas.

Su caminata se vio interrumpida por una larga fila que recorría toda la calle e incluso amenazaba con dar la vuelta. Curiosa por aquello que todos deseaban con ansías para formarse tanto tiempo, se paró de puntillas en un intento de ver a lo lejos.

Tras fallar abruptamente, decidió volver a usar aquella dulce voz para preguntar a una señorita en la fila, quien contestó amablemente. "Hay mucha conmoción por un vendedor de soba que hace unos platillos maravillosos. Sus clientes dicen que es lo más delicioso que han probado en sus vidas. Su nombre es Sangoro."

"¡Oh! Muchas gracias por la información." Sin preocuparse por su apariencia, la pirata comenzó a correr hasta el puesto con una gran sonrisa.

Cuando por fin logró divisar el puesto, no solo estaba el cocinero, si no también Robin, Franky y Usopp.

Umiko se acercó corriendo una vez más y se lanzó hacía su Sanji en un abrazo. Afortunadamente el hombre la atrapó a tiempo y la giró una y otra vez. Mientras, el resto observaba con una sonrisa y ayudaba a servir la comida para que el par tuviera su reencuentro.

"¡Te extrañé!"

"¡O-Umi-chan!" Saludó él con su nombre dentro de Wano. "¡Yo te extrañé más! Lamento haberme ido y hacerte llorar." Respondió Sanji genuinamente arrepentido.

"¿Quién de los chismosos te dijo que lloré? Sino quieres que vuelva a suceder no te atrevas a irte por tu cuenta para solucionar cosas que podríamos solucionar juntos."

"¡Sí, señora!"

Umiko se separó del abrazo y comenzó a ayudar con el puesto de soba mientras conversaban. El rubio agradeció la ayuda y le indicó al resto que se sentaran.

"Dime, ¿ha sucedido algo nuevo en mi ausencia?"

"No realmente, pero la tripulación se enteró de que mi familia gobierna una isla."

"Bueno, ya era hora que supieran." Sanji contestó riendo.

"Ah... Tengo noticias de mi investigación, pero no le he contado al resto de la tripulación. El único que sabe es Torao y es porque básicamente él encontró toda la información, estoy en deuda con él."

"Ya veo, será mejor que lo cuentes cuando nos veamos. ¿Quién sabe? Tal vez podamos encontrar más información aquí si buscamos juntos."

"Sí, juntos." Sonrió ella.

"¿Qué hay de ti con el estúpido cabeza de pasto? ¿Algo nuevo?"

"No... No quiero decirle nada antes de asegurarme que siente lo mismo."

"Umi... Estamos por luchar contra un Yonkou." Susurró él para no ser escuchado por los clientes. "Algo puede salir muy mal con eso, será mejor que lo digas pronto."

"Tienes razón..."

Interrumpiendo la paz de los mugiwara junto a los residentes de Wano, unos hombres que se hacían llamar parte de la familia Kyoshiro aparecieron y demandaron un pago para ser protegidos en caso de problemas ya que esa era isla era aparentemente de ellos.

"Hace unos días fui llamada al hogar de un hombre llamado Kyoshiro, ellos deben ser sus subordinados. Él parecía ser alguien arrogante y según lo que escuché es líder de un grupo yakuza." Explicó Robin sin soltar su plato.

Sanji rechazó a los hombres diciendo que él era lo suficientemente fuerte para proteger su puesto. Esto pareció hacer enojar a la familia Kyoshiro, pues empujaron todo el soba al suelo, incluido el de una pequeña niña, y gritaron que ahora deberse protegerse de ellos.

Claro está que esto no fue de agrado para el cocinero, quien los dejó en el suelo con un par de patadas y los hizo comer la comida que tiraron.

Tras hacerlos pagar cocinó un poco más de soba para la niña de nombre O-Toko, quien agradeció entre lágrimas y una contagiosa risa. Después de su genuino agradecimiento, se retiró con prisa, excusándose que debía acompañar a una cortesana en el desfile.

"Oh, O-Toko es una kamuro." Señaló Umiko, despidiéndose con su palma de la niña.

Cuando la mencionada se esfumó de la vista de todos, una mujer de gran edad apareció de la nada. Robin la saludó como "maestra" y Umiko simplemente desvió la mirada, avergonzada de no haber servido como geisha.

"Robin, noticias." Llamó la mujer. "Las cortesanas aquí son las mayores celebridades. La única que ha sido escogida para el puesto es Komurasaki, y es conocida como el objetivo de perfección que toda mujer desea ser. Es el sueño de todo hombre, tiene carisma, belleza y es sofisticada.

"Es imposible esa clase de perfección..." Susurró Umiko.

"Oh, eres tu. Escuchen, ya se puede oír la conmoción en las calles. ¡Por cierto, O-Robi! ¿Querías conocer al shogun Orochi? Felicidades, fuiste convocada a su hogar."

Los mugiwara se separaron de la arqueóloga y fueron a dar un vistazo al desfile. Los cuatro se sorprendieron al llegar al lugar, las calles estaban llenas por una mujer y, genuinamente, era hermosa.

[...]

"¿Cómo es que siempre terminamos en problemas...?" Cuestionó Umiko, más para ella misma que hacía los 4 hombres a su lado.

"Ustedes son los problemas." Respondió Law, quien se unió a los mugiwara al toparse con ellos en el desfile, avisando que Sanji estaba siendo buscado por los hombres de Kaido.

Law explicó que no podían permitirse pelear y salir lastimados ni siquiera un poco, pues todo contaría en la pelea final. Usopp, Franky, Sanji y Umiko entendieron, por lonque lo siguieron mientras corrían. Sin embargo, cuando el cocinero escuchó a lo lejos que inocentes estaban siendo atacados en la búsqueda de él, decidió enfrentarse a sus enemigos usando el traje de germa para mantener oculta su identidad.

Umiko, aunque le encantaría ver a su mejor amigo con lo que parecía ser un traje genial, decidió que no era momento de quedarse a ver. Por un momento creyó que sería seguida por al menos el doctor de la muerte, pero resultó que este era fan de los cómics de germa.

Umiko suspiró con una sonrisa y se retiró a paso apresurado. Por suerte correr por las calles no resultaría tan sospechos cuando en realidad estaban casi vacías.

"Me pregunto que estará sucediendo dentro del castillo del shogun. Nadie de los que están dentro han usado el den den mushi." Se dijo Umiko a si misma. Como si el universo la hubiera escuchado, estruendoso golpes y gritos comenzaron a provenir del castillo en el centro de la capital. "Increíble..." Rio ella incrédula.

TERROR || Roronoa ZoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora