Aún es de noche. Ya hay menos personas caminando por las calles. A aquellas horas solo podrías encontrarte a gente que no va a dormir...
Nidia está pasando por unas calles, sola. Sentía hambre y ya era hora de saciarla.
Nidia estaba tramando algo... Sin embargo necesitaba de una última comida antes de ir a por su objetivo principal.
Ella llegó hasta un bar. Dentro, trataría de persuadir a algún hombre para que se la lleve a algún lugar con privacidad.
Ella caminaba de forma muy femenina. Sus caderas las movía con cada paso que daba, y esto llamaba la atención de muchos de los hombres presentes.—Necesito al que esté más borracho... —pensó Nidia.
Ella se ayudaría con su olfato. El aroma a alcohol estaba muy presente, sin embargo si se acercaba lo suficiente a alguien podría saber que tan ebrio estaba.
Se sentó frente al mostrador. A su costado, había un hombre cabizbajo y con una jarra de cerveza en la mano. Estaba solo aparentemente. La mujer supo entonces quien sería su próxima víctima.—¿Por qué tan tristón amigo? —dijo Nidia con confianza.
El sujeto levantó su cabeza y volteó a un costado para ver quién le hablaba.
—Quiero olvidar el dolor. —respondió el tipo sin mucho entusiasmo.
Nidia sonríe con malicia al escuchar esto. Sus ojos dorados que brillaban más en ese ambiente estaban fijos en él. Tenía una buena oportunidad de hacerlo su presa.
—Oye guapo... —dice ella mientras lo toca en el brazo— Yo te puedo ayudar a sentirte mejor.
El sujeto, que se había vuelto a poner cabizbajo. Levantó su cabeza nuevamente y la miró de pies a cabeza.
Ahí estaba ella, sentada y cruzada de piernas, con una encima de la otra. Con un vestido guinda apretado. Su escote, que mostraba gran parte de su pecho y espalda. Y por último unos tacones, que le daban más imponencia cuando se ponía de pie.
Sumado eso a sus curvas prominentes y atractivo rostro, sería suficiente para atrapar a un hombre en desamor.—Es imposible olvidarla...
—Amigo, la vida es una... —sonrió ella—. Si no aprovechas una oportunidad cuando la tienes en frente... te arrepentirás después.
El sujeto vio que la mujer que tenía en frente era bastante guapa. Aunque igual eso no lo hacía sentirse más afortunado, pues había pasado por una fuerte ruptura amorosa.
—No creo que me harás olvidarla, pero te dejaré intentarlo. —respondió el sujeto
Nidia sonríe con maldad. Ya lo tenía atrapado en su juego...
Ellos salen del bar. Se dirigieron hacia un hostal cercano. La mujer tuvo la gran generosidad de pagar por el cuarto.
Ahora, ya se encontraban dentro de la habitación. Total privacidad, para que pudieran hacer lo que se les plazca.—Entonces... me decías tu nombre? —preguntó Nidia mientras se iba quitando el vestido.
—Raúl... —respondió.
Él estaba en la cama, tirado y mirando al techo. No tenía nada de ropa en la parte superior, solo quedaban sus pantalones.
—Yo, Nidia. Por si lo olvidaste.
—Ajá... Nidia. —balbuceó Raúl
Él sintió como la mujer comenzaba a quitarle los pantalones. Lo dejó desnudo en poco tiempo, al parecer ella tenía experiencia.
Raúl alza su cabeza para verla.
Ella estaba completamente desnuda, a los pies de la cama. Raúl pudo tener una vista completa de su cuerpo.
Sus pechos grandes y firmes, cintura delgada, curvas prominentes, piernas largas y voluminosas, y un culo que lo dejó fascinado...
Ella se subió lentamente a la cama, posicionándose encima de Raúl.
Ahora lo tenía cara a cara. Ella con una sonrisa inquietante, y él con una mirada sumergida en ella.
Nidia ya lo tenía entre sus manos. Si ella quisiera lo podría devorar en ese instante. Pero no quería acabar con él tan rápido. Iba a aprovecharlo para saciar sus 2 distintos tipos de hambre... la fisiológica, y la sexual...
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(VORE) La Mujer que Devora Humanos
Ficción GeneralALERTA : CONTENIDO VORE Una chica capaz de devorar personas enteras y un chico que se enamora de ella. Ellos 2 trabajarán juntos.