Cuenta Cuentos De Raven

Droga 1

En una ciudad envuelta en sombras y discordia, los Titanes se habían separado debido a interminables discusiones y desacuerdos que habían fracturado la unidad del equipo. Chico Bestia, el único que aún continuaba luchando como superhéroe, patrullaba las calles nocturnas en soledad, recordando con melancolía los días de gloria y camaradería que una vez compartió con sus compañeros de equipo.

Una noche, mientras vigilaba desde lo alto de un edificio, divisó a lo lejos a una joven que le recordaba a Raven, la hechicera de los Titanes y su antiguo amor. La joven, envuelta en misterio y semblante conocido, despertó en Chico Bestia un sentimiento de nostalgia y anhelo que había mantenido oculto desde la separación del equipo.

Decidido a descubrir la verdad detrás de esta misteriosa coincidencia, Chico Bestia siguió en silencio a la joven hasta que esta desapareció en un edificio abandonado. Intrigado y con el corazón latiendo con fuerza, decidió establecerse en un lugar estratégico para vigilar aquella construcción cada noche, esperando volver a encontrarse con la enigmática joven que había despertado en él sentimientos ya olvidados.

Sin embargo, la oscuridad que acechaba la ciudad no permitía distracciones. Una potente droga comenzó a propagarse por las calles, sembrando caos y destrucción a su paso. Chico Bestia se vio obligado a enfrentarse a esta nueva amenaza, dejando de lado por un tiempo la búsqueda de su antiguo amor para centrarse en proteger a los ciudadanos de los efectos devastadores de la droga.

Noches tras noche, Chico Bestia patrullaba incansablemente, combatiendo a los traficantes y tratando de frenar la peligrosa ola de adicción que amenazaba a la ciudad. En medio de esta lucha, una noche, al regresar a su lugar de vigilancia, se encontró nuevamente con la joven misteriosa, que estaba al borde de una sobredosis, en un estado lamentable y frágil que despertó en él una mezcla de preocupación y determinación.

Sin dudarlo, Chico Bestia corrió hacia la joven, consciente de que su deber como héroe estaba por encima de su deseo personal. Con manos temblorosas pero decididas, comenzó a aplicar los primeros auxilios, luchando contra el tiempo y el veneno que amenazaba con arrebatar la vida de la chica desconocida pero familiar.

La joven misteriosa, que en realidad era Raven, estaba consciente cuando Chico Bestia se acercó a asistirla. Sin embargo, su frágil estado debido a la sobredosis que la había consumido la llevó al borde del desmayo en medio de la resistencia y la ira que aún ardían en su interior.

Mientras Chico Bestia intentaba llevarla a su guarida para brindarle ayuda, Raven luchaba con todas sus fuerzas, impulsada por una mezcla de dolor y terquedad que la llevaban a rechazar cualquier forma de asistencia. En el fragor del forcejeo, las secuelas de la sobredosis se hicieron evidentes cuando Raven, exhausta y debilitada, se desplomó en los brazos de Chico Bestia, incapaz de resistir más el peso de la adicción que la había consumido.

Al ver a Raven desvanecerse, Chico Bestia sintió un agudo dolor en su pecho, acompañado de un sentimiento de urgencia y responsabilidad que lo impulsó a actuar rápidamente. Con mano firme pero gentil, la levantó en brazos y se apresuró a llevarla a su guarida, con el corazón lleno de preocupación y determinación de no dejar que la oscuridad reclamara a su amada Raven.

Una vez en la guarida, Chico Bestia trabajó con fervor para estabilizar a Raven, aplicando los conocimientos que había adquirido a lo largo de sus años como superhéroe y el cuidado amoroso que nacía de la conexión profunda que compartía con ella. Mientras el silencio de la noche envolvía la habitación, solo interrumpido por el suave sonido de sus respiraciones entrelazadas, Chico Bestia velaba por el bienestar de Raven, rezando en silencio por su pronta recuperación y su regreso a la luz que tanto anhelaba.
Cuando la mañana iluminó tímidamente la guarida, Raven despertó en un sobresalto, con el corazón golpeándole el pecho y el sudor frío perlado en su frente. La ausencia de Chico Bestia a su lado la sumió en un profundo desconcierto, mientras la urgencia y desesperación la invadían ante la ausencia de la droga que había sido su compañera constante.

Con las manos temblorosas y la respiración entrecortada, Raven buscó desesperadamente en su entorno algo que pudiera aliviar la ansiedad y el dolor que la consumían desde adentro. Fue en ese momento de vulnerabilidad extrema cuando, abrazándose a sí misma en un intento desesperado por contener el torrente de emociones que la embargaba, las lágrimas le surcaron el rostro, llevando consigo el peso de una vida marcada por la adicción y la soledad.

Mientras la angustia amenazaba con ahogarla, Chico Bestia regresó a la guarida y se detuvo en la puerta, presenciando en silencio la escena desgarradora que se desarrollaba ante sus ojos. El dolor y la compasión se reflejaron en su mirada mientras Raven se aferraba a sí misma en un acto de desesperación y vulnerabilidad que lo conmovió hasta lo más profundo de su ser.

Con paso decidido pero respetuoso, Chico Bestia se acercó a Raven, cuyo rostro reflejaba la lucha interna que la mantenía prisionera de sus propios demonios. Sin decir una palabra, se sentó a su lado y la rodeó con un abrazo cálido y reconfortante, ofreciéndole su apoyo incondicional y su presencia amorosa en medio de la tormenta que azotaba su alma atormentada.

En ese momento de encuentro silencioso pero lleno de significado, Raven sintió el peso de la soledad y el sufrimiento disminuir, reemplazado por una chispa de esperanza que nacía de la presencia empática y amorosa de Chico Bestia a su lado. Con las lágrimas aún resbalando por su rostro, se permitió dejar caer las defensas y abrir su corazón a la posibilidad de redención y sanación, encontrando en el abrazo de su compañero de lucha el refugio seguro en el que podía comenzar a sanar las heridas del pasado y a abrazar un futuro lleno de luz y libertad.

Con el abrazo reconfortante de Chico Bestia envolviéndola, Raven logró encontrar un momento de calma relativa en medio de la tormenta emocional que la sacudía. Sin embargo, su mirada aún reflejaba la ansiedad y la desesperación que la atormentaban, evidenciando la lucha interna que libraba contra la necesidad incontrolable de consumir la sustancia que había teñido su existencia de sombras durante tanto tiempo.

Entonces, en un momento de fragilidad compartida, Chico Bestia rompió el silencio tenso que los envolvía y le preguntó con delicadeza a Raven por qué había comenzado a consumir drogas. Raven, con la mirada perdida en el horizonte de sus recuerdos más oscuros, titubeó por un instante antes de confesar en voz baja la verdad que había mantenido oculta por tanto tiempo.

"Chico Bestia, desde la separación de los Titanes, mis poderes se descontrolaron de una manera que nunca antes había experimentado. Cada emoción, cada pensamiento, se manifestaba de forma desbocada e incontrolable, sumiéndome en un caos interno que amenazaba con devorarme por completo. Busqué ayuda, traté de encontrar una solución... pero nada parecía funcionar", reveló Raven, con la voz cargada de pesar y remordimiento.

"En medio de la desesperación y la soledad, me sumergí en un abismo de oscuridad en el que la droga se convirtió en mi única compañera fiel. En un momento de debilidad y desesperanza, probé por primera vez esa sustancia que prometía alivio y olvido, sin ser consciente del abismo en el que me sumergía", continuó Raven, con la mirada impregnada de una mezcla de autorreflexión y dolor.

Al escuchar el relato sincero y desgarrador de Raven, Chico Bestia sintió un torbellino de emociones que lo llevaban de la compasión a la tristeza y la determinación. Con voz cargada de empatía y solidaridad, le aseguró a Raven que juntos encontrarían una salida de ese laberinto oscuro en el que se habían perdido, prometiéndole su apoyo incondicional y su amor inquebrantable en cada paso del camino hacia la redención y la sanación. Unidos por el lazo de la amistad y el compañerismo, Chico Bestia y Raven se prepararon para enfrentar juntos los retos que se interponían en su camino hacia la luz y la esperanza, fortalecidos por la certeza de que, unidos, eran capaces de vencer cualquier adversidad que se cruzara en su sendero de renacimiento y empoderamiento.

Fin