Capítulo 3

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Capítulo 3

"Un mar de recuerdos, que bañan las costas de mis sueños"

Esa hermosa figura formada por la perfecta complejidad de su sonrisa. Ese bello resplandor incrustado en el centro de la ventana de su alma... Esa imperfecta perfección facial que rodea su espléndida dentadura. Esas perfectas y alineadas hileras de cabello que armonizan con su expresión de júbilo. ¡Esa voz tan tierna y cautivadora, que hechizaría al crítico más severo!

Tiene ese don especial en sus caricias para envolverte en la grata sensación de quedar atrapado; de no poder ni querer salir de ese hermoso ensueño... Como si el ocaso se congelara para que ese momento mágico perdurara eternamente.

¡Su piel! Ese suplicio que turba mi visión, altera mis sentidos, agita las palpitaciones de un enamorado corazón... Ella, dulce sueño vuelto real. ¡Ella!, mujer inalcanzable para cualquier hombre; no por su belleza o carisma, sino por los sentimientos que inspira...

¿Cómo describir su belleza, cómo plasmar su casi perfección? Tan bella, que me quedo estático observándola... Tan fascinante, que su imagen no se aparta de mi mente; cada sentido mío queda impregnado... ¡Sus vivaces recuerdos se me aparecen como espectros en mi rutina!

Su fragancia, tan deliciosa que ni el manjar más exquisito me distrae. Su voz, tan tenue que ni el más cercano grito perturba mi ensimismamiento... ¡Su mirar, tan dulce y tierno! Sus manos, tan delicadas que solo pensar en ella eriza mi piel...

Pero, ¿de quién estaré hablando? Ahora sí, de una mujer específica. Ella dulce suplicio, que solo perdura en el recuerdo... ¡Escalante pagano que mora en mi corazón y se adueña de mis pensamientos!

¡Hermoso castigo impartido por Dios para perturbar mi razón! La única que logra dejarme sin palabras; la única cuya evocación me impulsa a escribir estas líneas... Tal es mi amor por esa dulce flor con espinas, que ignoro el daño de cada púa y pienso solo en sus pétalos.

No hay coherencia en mis pensamientos al recordarla. No hay continuidad en mi concentración al observarla... Ahora no es más que un recuerdo. Pero cada vez que la evoco, es volver a vivir...

¿Quién puede arrancar tales palabras a un hombre? Pues te la presentaré...

Ella, su nombre es incógnita.

Su cabello oscuro cual noche, se mimetiza en rizos que ondulan su impecable belleza. Rodean sutilmente su faz, desde la raíz hasta su seductora curva posterior...

¡Ocultando una mirada ambarina, incrustada bajo su oscuro dosel capilar! Una mirada desbordante de perversión, disfrazada tras un halo de inocencia... Como es de esperar, solo yo he descubierto esas ignotas tierras. ¡Hablando estrictamente de su mirada!

Tiene unos labios tan delicados y prominentes, que provocan besarla infinitamente... Describiría la irrelevancia de su voz, pues no podrán oírla. Pero pueden figurarse su belleza con sólo el rostro...

¡Sus carnosidades tan tentadoras, que incitan insoportable ansia! Amarla es inevitable...

¡Su cuerpo, su cuerpo! Dulce e ineludible tentación ante la indiferencia de tus gestos. ¡Tan bella, tan delicada!... Tus curvas no conocen límite, tu esbeltez no se empaña. ¡Tu sonrisa contagia al más apesadumbrado! Tú me colmas de gozo de mil maneras... Aunque lo único que provocas es que mi mente enloquezca. ¡Justo ahora, que te escribo! Pierdo la coherencia...

¡Sí, tan enamorado de ti estoy! ¿Por qué? Porque fuiste lo mejor que me ha pasado... Tú, sí eras tú.

Lector o lectora... Seguramente quieres saber más sobre ella. ¡Pues no es mi esposa, aunque pudo haberlo sido! Tampoco ya mi corresponsal de amor, aunque lo fue... Hablo para quienes han tenido al amor de su vida y han sido abandonados.

¡Los demás no entenderán esta sensación! Pero déjenme explicarles...

Ella probablemente nunca leerá esto. Pero si lo estás leyendo, sabrás que hablo de ti al leer: "La distancia une más a quienes se quieren". Si aún no sabes que eres tú: "Las risas compartidas por cosquillas nos llevaron a nuestro primer beso". ¡Ahora fui muy claro! Lector, si ignoras qué son cosquillas, ¡búscalas en Google!

Volviendo... Mi tiempo se fue de tu lado, mi corazón habitó tu alma, mis pensamientos orbitan en torno a ti. ¡Todo en mi vida gira sobre tus recuerdos! Nunca olvidaré cada momento juntos, pues una bella historia de amor siempre se escribe en el alma...

Toda verdadera historia tiene un comienzo, pero nunca deja de escribirse.

"Ausencia tatuada en el alma"

Tu partida abrió un abismo de añoranzas, un túnel del tiempo donde mi mente aún transita buscando tu rostro. Cuando el amor alcanza cierta profundidad, tenerte a mi lado se tornó indispensable como el aire. Pero no bastaban nuestras manos entrelazadas para cancelar tu viaje sin retorno...

Sé que allende los mares te aguardaban inciertos senderos que acaso te condujeran a una vida más digna. Que nuestra despedida, lacrimógena y desgarradora, no era el punto final de nuestra novela inconclusa. Que dos almas predestinadas hallarán la forma de reencontrarse más temprano que tarde...

Pero mientras transcurren los años y aguardo nostálgico tu regreso, intento sobrevivir a esta ausencia inoculada en las venas, que se alimenta de nuestros recuerdos más célebres. Añoro tus caricias furtivas, el brillo cómplice de tu mirada, el dulce embrujo de tu voz susurrándome poemas de eternidad...

Sé que el tiempo todo lo diluye, que acaso hayas rehecho tu vida con otras ilusiones y otros brazos cálidos donde guarecerte. Mas sé también que algunas heridas siguen supurando bajo la piel más curtida, que mi sombra te acecha en secreto tras cada esquina, reclamando silente lo que un día nos perteneció sin clemencia...

Quizás la distancia termine por resquebrajar del todo este vínculo tenaz, acaso hallemos almas gemelas que mitiguen esa ausencia intolerable. Pero mientras exista recuerdo, mientras aliente este corazón expatriado, una parte de mi esencia continuará arañando los muros de tu memoria, susurrándote cada noche, fiel e insomne centinela, que ni el tiempo ni la muerte han tenido jamás la última palabra sobre nosotros...

"Amar con gratitud, recordar sin añoranzas"

Tras desencantos y desamores, llegas tú a mi vida cual bálsamo de paz en hora exacta. Sanando heridas con tu bondad sin límites, alumbrando con tu sonrisa inocente los rincones tenebrosos. Tuve que tocar fondo para comprender que no estoy hecho para transitar solo por la vida...

Llegaste sin aviso y te abriste paso por las grietas de mi coraza, germinando un sentimiento que creí marchito. En los momentos más sombríos me tendiste tu mano sin esperar recompensa, me levantaste del fango con inquebrantable fe en mi resurrección. ¿Cómo no iba a enamorarme de ese espíritu de luz?

Junto a ti he reconstruido los pilares del nuevo hombre en que me he convertido. A tu vera, la abundancia y la gloria dejaron de ser espejismos para materializarse día a día. Tu amor incondicional me recordó que no estoy solo en esta travesía sinuosa a la que llamamos destino. Que rendirse no figura en el diccionario de los visionarios...

Mas por intenso que sea este amor naciente, en el cofre de mis recuerdos se conserva aún el eco de un gran amor pasado. Aquella que hubo de partir para no retornar, legándome nostalgias dulces y amargas en simultánea dicotomía. Tú mejor que nadie comprendes que los amores que de verdad nos marcan jamás se olvidan del todo, aunque el tiempo difumine sus aristas...

Por eso te amo con esta gratitud tan infinita, por haber aceptado ese bagaje emotivo sin intentar borrar el pasado. Por dar sin aguardar recompensa, por creer en mí cuando otros hubieran bajado los brazos. Contigo a mi lado sé que ninguna estrella se me resistirá, que nuestra historia conjunta apenas comienza a escribirse con letras doradas. Y si en el azaroso devenir de la vida tu memoria se desdibujara algún día, ten la certeza de que habrás dejado en mí una honda huella imborrable...

Ahora no eres más que un recuerdo. Uno que cada día se incrusta en mis pensamientos, pensamientos que solo se centran en ti... Ya no soy libre del amor hacia ti. Donde quiera que estés, te deseo lo mejor. ¡Te amo!

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