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Guido's POV
Ya habia pasado medio año desde que conocimos a las Vitela y era increíble pensar en todo lo que ocurrió hasta el momento.
Hacía poco menos de un mes que los programas de chimentos habían dejado de hablar de nosotros porque desde que tocamos en el Cosquín, nos empezó a pasar una tras otra.
Primero se había mediatizado la 'separación' entre Pato y Mila, más que nada por las declaraciones que Sofía había salido a dar, además de la información delicada que se terminó filtrando. Era obvio, o al menos eso se suponía, que mi hermano y mi mejor amiga podían ir contra toda adversidad. Cosa que todos creían y apoyaban dadas las circunstancias que hasta el día de hoy ellos seguían juntos, pero simplemente de mi parte eso era algo que hace unos meses dejé de creer.
Mi relación con Mía nunca mejoró, cuando volvimos a intentarlo ella ya andaba medio en otra y no me quedó más opción que entenderlo. Al principio lloré como un loco pero me di cuenta que la vida se trataba un poco de ese altibajo emocional que te otorgaba el amor. Yo estaba muy enamorado de Mía y no pude hacer nada con todo ese amor cuando ví que no me era correspondido, así que de la misma manera que el amor afloró desde mi corazón, lo volví a guardar quedándome con un vacío tremendo por las próximas semanas. ¿Igual era un poco obvio, no? Mía apenas estaba terminando de salir de la adolescencia, yo creo que le estaba pidiendo mucho pero no fuí capaz de entenderlo hasta un tiempo después.
Mis semanas entre la ruptura y la gira, fueron caóticas, sin embargo la única que estuvo ahí fue Mila. Y no, mis hermanos hacían presencia pero no estaban, eran entes; Y era lógico, realmente no quería reprocharlo porque Gastón estaba ocupándose de Mica y su pancita de cuatro meses que cada día crecía más, mientras que Pato lidiaba con todos los demonios que lo perseguían y le incitaban a portarse mal.
Creo que eso era lo que me sorprendía más, Mila era la única que estaba. No importa como pero ella estaba, al lado o a la distancia, en un abrazo, en un consejo o en una llamada a la madrugada. Pero Patricio que era mi hermano y la pasábamos juntos, no. Irónico porque según él, la relación lo estaba consumiendo, sin embargo Mila que era su contracara, no me dejaba solo.
Yo no les puedo decir cómo paso, ni siquiera tengo un recuerdo vivo o una cosa fugaz que me dé el indicio para explicar cuando, o el momento exacto, pero me había enganchado de la mujer de mi hermano.
Si intentamos buscar una respuesta... Bueno, yo creo que fue progresivo, que se yo. Mila siempre me llamó la atención de una manera diferente, desde ese día que casi la atropello en la plaza hasta que tuve la suerte de conocerla más, ni idea. Los azares de la vida me terminó convirtiendo en su cuñado, y no es que yo era un enfermo que se quería comer a la única chica que tenía prohibida, no.
La realidad es que yo me había enamorado de Mila.
Cada vez que estábamos juntos me sentía tranquilo. Su voz, su manera de ser, sus formas de hablar cuando estaba enojada, triste, cuando hacía chistes, o cuando apenas despertaba. No sé si era su pelo ondulado, su cara angelical, o la suavidad de su piel lo que me atraía. Creo que era todo, me gustaba absolutamente todo de mi mejor amiga, y ese sentimiento no me estuvo dejando dormir en paz los últimos días, mucho menos sabiendo que mi hermano la estaba haciendo sufrir.
