Blossom | Soojun |

-Blossom.

"¿Crees que las galaxias albergan variantes de nuestra realidad?"

"Oh, por favor, no me preguntes estas cosas. Eres tú el inmerso en el mundo de todas las teorías del universo... "

Es mil novecientos sesenta en Reino Unido, la cúspide de distintas revelaciones luego de un caos que hace más de diez años había culminado, la actualidad surcaba entre las novedosas modas, nuevos estilos de vida y beneficios para una sociedad entera. Reino Unido, la ahora bella Inglaterra, una ciudad dicha en edificaciones y pasado en sus viejos caminantes.

Soobin es un surcoreano que ha viajó hace muchos años a Inglaterra junto a su familia, los conflictos con respecto a las dos Coreas divididas adicionado a las crisis sociales, políticas y económicas que, recién años más tarde, buscaban acentuarse. Los motivos suficientes para que trágicamente abandonaran su hogar.

Cuando tenía solo unos nueve años, la oportunidad dichosa se le había presentado a su padre, un noble trabajador, siendo recibido por antiguos socios en una de las casonas más populares y nuevas de Inglaterra. La vida de Soobin para los diez años ya era distinta y se sumaba al extenso apogeo de la sociedad común. En Inglaterra para aquellos años, ya no era poco común que la gente de otros países viajara por simple turismo o acentuarse de por vida en ese país. Nada parecía resultar significante más que la industrialización que cursaban.
Para Soobin, muy aparte de que su temprana edad lo haya ayudado a no sufrir de los cambios drásticos de contexto y su propia transición, el reto de una nueva vida no fue algo difícil de pensar para la familia que velaba por él, aunque posiblemente haya sido en su momento algo más complejo.

Aún así, Soobin fue un chico totalmente dedicado en su hogar, el bello encanto de su madre, el orgullo de varón de su padre. Pese al rostro estoico de Soobin, la delgadez de su rostro, rasgos delicados y bien definidos, ojos con el suficiente encanto en aquella grasa de bebé; Choi Soobin era descrito como alguien curioso, por sus amigos y conocidos, el chico emanaba un tipo de aire secreto con el que muchos estaban de acuerdo en no reconocer o saber por completo.

"Deberías... leer un poco de vez en cuando, tu padre lo querría".

"A nadie le interesa lo que quiera mi padre en este momento".

El ceño de Soobin se frunció, mirando hacia su costado mientras se inclinaba en aquella baranda del mirador hacia el dichoso océano.

"Yeonjun".

El chico solo un poco más bajo que él, que miraba con una sonrisa en sus ojos el panorámico paisaje.

"¿Qué desea el honorable Choi Soobin?".

Juguetón.

Era una bella mañana en las costas de Inglaterra, mil novecientos sesenta, la brisa que saludaba a dos hombres admirando nada más que lo que percibían frente a sus sentidos.

Choi Soobin cerró la boca en cuanto quiso señalar e indicar algo más en modo de molestia, simplemente se quedó callado y guió su mirada hacia el frente.
Yeonjun es el que ahora rio, sin apartar su mirada del sol que ascendía desde la línea del mar.

"Te centras en el más allá, Choi Soobin, tratas de ver las posibilidades y partes del mundo mucho más allá de lo que puedes percibir con tus vastos sentidos de humano. ¿Qué pasa conmigo? Al contrario, soy fiel literario y pensador, pero creo que mientras unos hombres buscan nadar junto a las estrellas, otros deben concentrarse en los vientos de la realidad palpable".

Y como si ninguna otra expresión hubiera salido de los labios de ambos, callaron respirando hondo y sintiendo el olor del balneario. Playa, brisa, humedad, frío y dos copas de vino en mano. Para cuando Choi Soobin tomó otro trago, Yeonjun ya había terminado. El hombre era tan solo un año mayor que él, un compañero que últimamente había encontrado paseando por las costas.

Si la gente decía que Choi Soobin era curioso, entonces Yeonjun lo era mucho más, porque aparte de la bella brisa que impregnaba un temblor en el cuerpo, Yeonjun impregnaba la verdadera duda de descubrir qué más podría significar una sonrisa. Choi Soobin lo conoció descendiendo de los muelles, justo cuando se estaba por encontrar con los nuevos socios a solicitud de su padre, un hombre de la temporada junto a muchos otros hombres de la temporada mayores que él.
Yeonjun fue presentado como el hijo único de los socios de su padre, una familia que constaba solo de padre, madre e hijo. No evadió las tareas más importantes, en ningún momento. Choi Soobin era un decente acompañante, por cumplir los veinte años cuando se topó con los primeros retos de su vida antes de ser un adulto.

Muchas veces han dicho que la gente de las costas es pasajera. Así que, no tomes la mano de la gente de las costas para siempre porque solo vienen y van.

Choi Soobin no supo, en ese entonces, por qué cuando conoció a la digna familia y vio a Yeonjun, recordó automáticamente la lección que alguna vez se le fue dicha.

(C&C)
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Guardado en 2023.