¿Cuándo llegaron?

432 45 1
                                    

Adivina quién es~ —Murmuré en su oído, cubriendo sus ojos.

Ella saltó al principio.
Pero luego de escuchar mi voz se relajó.

¿Quién más podría ser si no es mi chica? —Sonrió y besé su mejilla antes de mirar al rededor, nunca deja de sorprenderme la gran tecnología del estudio. —¿Qué haces aquí?

Caminé hacia ella y me senté en sus piernas.
Sus manos me sostuvieron y me incliné a besar de nuevo su rostro.

Te extrañé~ —Sonreí. —Además, sé que a veces te estresas por mucho trabajo y por lo poco que duermes así que quise sorprenderte

Una risa escapó de sus labios.
Sus ojos brillaban, se veía más hermosa de lo normal.
Sus manos me acariciaban en la espalda.

Estoy bien hoy, gracias por venir

Estoy más que encantada —Sonreí. —¿Dónde están las chicas?

Fueron por comida

¿Debería irme? —Pregunté tímida pero no pude evitar sentirme feliz al ver que negó.

Claro que no... —Susurró inclinándose hacia mi. —Te quiero justo aquí

Sus labios chocaron junto a los míos en un tierno beso.
Era un baile perfecto.
Rodeé su cuello en un intento de juntar más nuestros cuerpos.

Su aliento era mentolado.
Sus manos acariciaban mi cuerpo.
Su corazón latía contra mi pecho.

Atrapé su rostro entre mis manos y sonreí entre el beso.
Sabía que las chicas podían entrar en cualquier momento, pero estaba tan perdida entre sus besos que no lo notaría.

Sus abrazos me hacian sentir a salvo.
Y ni hablar de sus apasionados besos...

Estábamos en nuestra pequeña burbuja.
Nadie más existía.
Nada podía arruinar el momento.

O eso pensamos...

Ni cuenta me di cuando Rosé estaba encima de mi en el sofá.
Ninguna se había fijado en lo subidos de tono que comenzaron a ser los besos.
Excepto por las chicas.
Sus risas eran fuertes, pero no lo suficiente para interrumpir.

Venían conversando con tranquilidad hasta que vieron aquellos cuerpos en el sofá.
Hablaron varias veces pero ninguna volteó.
Lo único que logró separarnos fue cuando Jisoo tocó el hombro de mi novia.

¡Unnie! —Rosé sostuvo su pecho y yo me escondí en su cuello. —Me asustaste, ¿cuándo llegaron?

Hace un momento, se habrían dado cuenta si no se estuvieran tragando a la otra

Rosé soltó una risa y me abrazó.
Aunque a las chicas les guste molestarnos por nuestras muestras de amor o por nuestra ternura, sabemos que están felices por nosotras.

Y qué mejor muestra que escuchar las palabras de mi novia.
Acompañadas de su hermosa sonrisa.
Y de su mirada encantadora.

Te amo

También te amo, Rosie~

Imagina Con RoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora