V. Pasado amargo, presente dulce.

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"Nadie nos advirtió que extrañar, es el costo que tienen los buenos momentos"

- Mario Benedetti.

Madeline.

Marzo del 2018.

"–Tenemos que hablar, hace tiempo que las cosas no son lo que esperábamos.

–Sabes que no es sólo por eso, hay alguien más y tú lo sabes-dijo gritando- ¿almenos ella se irá contigo?

–No puedo llevarla, estará mejor aquí, contigo- dijo con lágrimas en los ojos.

–¿Mamá, que pasa?- había preguntado en un susurro al verla llorar- ¿mami?

–Ahora no, Maddie- dijo alejándome suavemente de ella- debemos hablar, pequeña ¿bien?- dijo dándome un beso en la frente.

–¿Qué pasa, mami?- había dicho tratando de contener el llanto que ese feo presentimiento en el pecho me hacía sentir.

–Pequeña, debo irme por un tiempo ¿si? Sólo será un poco y prometo que no estarás sola, te visitaré siempre Maddie- había dicho entre lágrimas.

–Maddie, ven aquí–dijo mi padre al ver qué comenzaba a llorar- todo estará bien, te lo prometo."

Desperté entre lágrimas como siempre que entre sueños, recordaba todo lo que pasó hace años...

Aún me dolía haberme quedado ahí, sóla.
En ese infierno que decía ser un "hogar", en ese infierno dónde no era más que "una linda niña".

La peor parte de todo esto había sido decepcionarme tanto del hombre que debía cuidarme e hizo lo contrario.

La familia para mí era algo tan preciado y doloroso a la vez, pues gracias a todo ello hoy soy lo que soy.

Todas esas experiencias me habían llevado a permitir cosas desagradables en mis relaciones posteriores, y ahora... ahora no sabía quién era después de tratar de remendar tanto mi corazón.

Me han dicho que "al menos eso me hizo más fuerte", pero yo no debía ser fuerte. Era una niña.

Habían pasado años y aún dolía como el primer día; el dolor no se va, sólo aprendí a vivir con él.

Estaba cansada, pero debía seguir.

Mis ganas de levantarme de la cama eran nulas, no quería enfrentar el mundo y todos sus vaivenes.

Había quedado de ir a casa de Hannes para hacer de nuevo el proyecto que Lucas y Patrick habían tirado aquel día. Nuestra nota dependía de ese proyecto.

Me duche y me vestí para salir de casa, pero justo antes de salir me encontré con mi madre.

La amaba tanto a pesar de todo. Siempre quise entenderla, pero aún no podía.

La amaba más que a nadie en todo el mundo, y ella lo sabía.

–¿A dónde vas, Maddie?- había preguntado suavemente.

–Con Hannes, mamá- le dije acercándome a ella- te llamaré cuando esté con él, ¿bien?

–Esta bien, Maddie- dijo dándome un beso en la mejilla- te quiero.

–Te quiero también- había mencionado abrazándome a ella.

Salí de casa con calma, respirando el aire fresco de la mañana. En realidad me gustaba caminar sóla, me daba espacio para pensar en todo lo que me abrumaba.

Saqué el móvil y reproducí una de mis playlist favoritas. En los auriculares sonaba Bonsai de Alan Sutton, esa canción me traía tranquilidad, me recordaba a ella, a quién fue mi salvación muchas noches.

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⏰ Última actualización: Feb 17 ⏰

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