Izan.
Despierto y sin abrir los ojos sonrío al sentir la mano de mi esposa en mi pecho y mis brazos rodeándola.
Desde que volvimos de Santorini y en el viaje en general estuvo durmiendo todo el tiempo, su cuerpo le pedía un descanso a gritos y me alegro que se haya tomado un descanso al volver.
De principio no quería hacerlo pero después de que se lo pedí -un montón de veces- accedió y estaremos en casa sin trabajar por al menos dos semanas.
Cuando se cumplan esas semanas le diré que tome otras dos y así seguiré.
Sigo sin poder evitar la sonrisa que aparece cada vez que recuerdo la boda. Fue una celebración con pocos invitados, no más de los necesarios pero no significa que no haya quedado todo hecho un desastre al pasar las horas.
No estoy seguro si Luca fue quien más se emborrachó o fue Evan pero parecía como si estuvieran compitiendo por quién aguantaba más los tragos.
Ninguno aguantó.
En cuanto a mí...
Sabía a lo que iríamos a Santorini y apenas puse un pie en el aeropuerto ya estaba planeando los siguientes pasos.
Nos quedamos en uno de los hoteles de Millane y por el vuelo al quedar agotada se quedó dormida enseguida junto a nuestros hijos pero quedaba alguien más que no dejaría sola pero también dudé en llevarla conmigo por temor a que estropeara mi plan.
Caminé a la puerta y Emma se hizo notar aclarándose la garganta.
-¿A dónde vas? -Preguntó.
-A comprar.
-¿Qué cosa?
-No es importante.
-¿Puedo ir?
-¿Para qué quieres ir?
-¿Puedo ir? -Insiste entrecerrando los ojos.
-No, no puedes.
-¿Millane lo sabe?
-No...
-Entonces le voy a decir.
-¡No!
-Entonces llévame.
Guardo silencio y respiro profundamente para calmarme y le hago una seña para que salga y obedece felizmente.
La primera parada es conseguir un auto que directamente compro y nos dirigimos a la tienda la cual busqué la dirección desde que veníamos en la mitad del vuelo.
-¿Qué hacemos aquí? -Pregunta Emma cuando entramos.
-Quiero comprar algo.
-¿Me compras un collar?
-No.
-Entonces ¿Por qué estamos aquí?
No respondo y está a punto de volver a preguntar cuando ve que me detengo a observar una de las vitrinas.
-Ya entiendo.
-Si, a eso vine.
Pega su cara al vidrio observando los anillos más de cerca y yo vuelvo a concentrarme para buscar el indicado hasta que segundos después detengo la vista en uno al mismo tiempo que Emma lo apunta.
-Perfecto -Susurramos al unísono.
Sale de la tienda saltando como si el vuelo y la hora de viaje en auto no le hubieran afectado en absoluto.
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Más de ti #2
Teen FictionHace cuatro años que supe la noticia de que mi madre estaba viva. Me quedaba un año en la universidad y pedí un intercambio para estar cerca de ella y saber que fue lo que pasó, necesitaba tiempo y aunque la universidad me puso trabas para irme ya q...