¡Cuidado!, ¡Cupido está borracho!

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Cupido se tambalea mientras agita sus pequeñas alas, que no llegan ni a la mitad de su tamaño. Desde una perspectiva lejana parece una abeja pálida y desnuda.

Una paloma se estrella contra él, cupido la maldice e insulta con su voz ronca y perezosa de adulto alcohólico.

El hombrecito aterriza en una casa, se asoma por la ventana y espía con sigilo a un adolescente que se encuentra en una habitación oscura y solitaria, autocomplaciéndose con el vídeo de una hermosa mujer acariciando sus genitales femeninos en forma de un pene y dos testículos. Cupido agarra su flecha, calcula el tiro con sus manos temblorosas, pero al soltarla el sonido del timbre lo distrae, haciendo que la flecha impacte contra un perro que cruza la calle. El perro, mareado, aterriza la vista en la pierna de una persona que camina frente a él y se enamora de la pierna. El perro corre tras la persona, quien se asusta creyendo que lo iba a morder, se defiende torpemente del animal, pero eso no evita que el perro lo tire al piso y termine violando su pierna.

El adolescente se sube los pantalones y se levanta a atender con mala cara a los visitantes.

En la puerta lo esperan un muchacho rubio, corpulento, de ojos pequeños, acompañado de una bella joven de buen culo.

—¿Cómo estás Tom? —dice la culona con simpatía —Ven a mi casa que mi mamá está preparando empanadas.

El fortachón aprovecha la frase para sacarla de contexto y burlarse de Tom—: a vos te vendría bien una buena empanada.

A lo que responde Sarcásticamente —Muy gracioso. —aunque en el fondo lo acepta. Tom necesita probar la empanada de una mujer para sacarse las ganas de coger, o en su defecto, debutar con un travesti. Pero lo que más quiere en sus húmedos sueños es debutar con chicas inalcanzables para él, tales como la hermana de su mejor amigo, Kat. O con Sofi, la novia del fortachón de 70 kilos que está parado frente a él y probablemente lo deje ciego a las trompadas. Aunque según su mamá, las pajas lo iban a dejar ciego antes de que eso pase.

Cupido piensa: «¿Quién mejor pareja para un nerd-enclenque y masturbador-compulsivo que una rubia bonita, sexi y tonta de buenas nalgas que sale con un rugbier de mal genio?» Parece una idea que podría terminar muy mal, pero para Cupido "el amor supera fronteras", así que decide intervenir para que el deseo entre ambos sea mutuo.

Los tres caminan unas pocas cuadras hasta llegar a la casa de Sofi. Planean almorzar en su casa y salir junto a otros amigos por la tarde, aprovechando que el celoso padre de Sofi no está en casa para que los muchachos puedan pasar sin tener que soportar su carácter territorial.

Al entrar a la casa, se siente un calor sofocante pero el aroma es irresistible, una mezcla caliente de carne molida y comino. La madre de Sofi los recibe con amabilidad.

—¡Adelante!, siéntense muchachos —la mamá de Sofi es una mujer de cabello rubio teñido pero descolorado, voluptuosa y de caderas anchas, muchos aseguran que de joven era igual a su hija, pero con senos más grandes, figura que le dio la posibilidad de triunfar como Vedette en los 80, pero ahora, su figura está lejos de ser esa joven atractiva que conquistó la pantalla de la tv popular.

Cupido observa todo desde la rama de un árbol que da una vista perfecta hacia la sala, su plan es esperar a que el fortachón salga de la sala para darle un flechazo a su novia y de ese modo se enamore de la primera persona que viera, Tom, o en su defecto, de su propia madre. Al fin y al cabo, a Cupido le da lo mismo el resultado con tal de que fuese efectivo.

Sofi se dirige insegura hacia su joven novio.

—Facu, ¿Podemos hablar?

—¡Pues habla! —le responde con gesto gruñón, dándole poca importancia al asunto.

—Es sobre... nosotros...

Facu se levanta de mala gana preparándose para una fuerte discusión por alguna estupidez, y junto a Sofi van juntos hacia otra habitación para estar solos.

Mientras la madre de Sofi se agacha para sacar las empanadas del horno, Cupido ,apresurado por actuar antes de perder de vista su objetivo, dispara contra Tom y éste recibe el flechazo en su hombro. Al parecer los efectos son inmediatos. A su víctima le recorre por el cuerpo una sensación de escalofríos, siente pesadez y cosquilleo en el estómago acompañado de un leve mareo. Se apoya contra la mesa mirando atontado para todos lados. Su mirada se detiene en un punto fijo que está frente a él, el culo de la madre de su mejor amiga, en la perfecta posición para ser pintado. El amor surge entre el culo y Tom. Siente que ese culo lo es todo para él, que a pesar de ser un par de nalgas algo flácidas y arrugadas que protegen el templo conectado con las tripas de esa mujer: podría compartir su vida con ellas, viviría momentos hermosos y nada ni nadie podría separarlos, porque estarían juntos en las buenas y en las malas, en la pobreza (y más que nada en la pobreza), en la salud y en la enfermedad. Haría todo lo que fuera por hacer posible ese amor, no hay nada que le haga más feliz que tener ese culo en su vida.

Cupido observa desde la ventana el mamarracho que acaba de hacer, la cara de "enamorado" de su víctima se hace cada vez más evidente mientras se va acercando al culo de aquella mujer. La madre de Sofi, ignorando los gestos acalorados del muchacho, se pone de pie y se voltea para colocar la bandeja de empanadas sobre la mesa, Tom se libera de la hipnosis, pero aun así siente deseos de volver a ver las posaderas de esa mujer, así que con disimulo (aunque siendo honesto, ni siquiera lo intenta) Tom gira a su alrededor y se inclina para contemplar a su amado trasero cada vez que su dueña se voltea.

—Ups, la cagué de nuevo —Cupido hace un gesto de picardía y se marcha volando aleteando con rapidez sus alas, como un colibrí.

«Pasó una hora desde que salimos», piensa Kat mientras observa la hora en su celular. Está aburrida y tiene que llegar a casa de Sofi al mediodía, bebe un largo trago de agua de la botella que lleva consigo cada vez que sale. Se pone a imaginar el recorrido que hicieron desde que salieron de su departamento, caminaron hasta la Plaza de Mayo, la rotonda que estaba a solo unas 3 cuadras de In-Corporation.

Macky se detiene al encontrar las formitas de chocolate tiradas en la calle y da aviso a Kat —¡Mira!

Si bien ella parece emocionada, la expresión de Kat al verlo es de completa indignación.

—¿Quién puede ser capaz de desperdiciar tanto chocolate? ¡Esta clase de maldad no tiene perdón! —Macky saca una servilleta y recoge el corazón llevándolo a la altura de la nariz de su compañera.

—¡Kat! ¿Sabes qué significa esto?

—Que hay gente idiota y egoísta que no le importa tirar comida. Si no tienen apetito, ¡que me lo de a mí!... yo me los como hasta vencidos.

—¡NO! —Macky toma un par de segundos de silencio y responde: —Cupido estuvo aquí.

Corazoncitos de chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora