El plan de Kat

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Cerca de la Ciudad de Buenos Aires, cruzando las vías del ferrocarril, se encuentra el barrio Línea de Rikers, un barrio fundado por narcotraficantes y empresarios extranjeros involucrados en la política del país. Es un Barrio modesto donde vive gente de clase media-baja, pegado al asentamiento de villas La Matanza. Al sureste de la ciudad las casas tienen aspecto humilde y en la mejor zona del barrio hay casas que recuerdan a la arquitectura europea del siglo XX con tejado rojizo y un amplio jardín en la entrada.

En una oscura habitación de una casa familiar de dos pisos, se encuentra una muchacha recostada en el piso en completa soledad. El color de sus mejillas ha desaparecido, su pelo rojizo y rizado está totalmente enmarañado y con un hilo de voz le reza a Dios para que perdone sus pecados.

—Padre nuestro, que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dénosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación. Más líbranos del maligno. —acaba el padre nuestro y se desmorona, pero lejos de responsabilizarse de sus acciones, busca a alguien sobre quien poner esa carga.

—Todo es culpa tuya... Nacho —dice sollozando —¿Por qué tuviste que engañarme?

Vuelve a rezar el padre nuestro, con la mente en blanco, esperando a que el tiempo apaciguara su dolor y la libere de la culpa que siente a raíz el acto criminal que ella misma cometió hace dos días. Macky se resigna a quedarse allí en la miseria absoluta pero tres personas llegan como un huracán a interrumpir la sombría atmósfera de su habitación. La primera voz que oye es la de Kat.

—¡Macky tenemos un plan para revivir a Cupido!

Cris se sorprende al verla en ese estado y recuerda el vídeo y lo que le dijo Facu en la Plaza de Mayo: Que ella se siente mal por haber matado a Cupido.

—No me jodas, era cierto lo del asesinato. —sin embargo, está seguro de que su prima entró en un trance de locura y mató a un pobre enano vestido de bebé.

Macky se levanta sin emoción alguna, ella ya no cree que puedan revivir a Cupido, ya no cree en el amor, ya no cree en santos, ya no cree en nada. Se limita a repetir las palabras al padre nuestro sin siquiera pensar que eso fuera a ayudarle en algo. La terquedad de Kat le permite hacer la vista gorda del estado emocional de Macky y continuar hablando como si no pasara nada.

—El plan es este: debemos tomar el lugar de Cupido y hacer todo lo que hacía él, cuando estaba vivo. Recuperar el propósito del amor: unir parejas heterosexuales, unir parejas homosexuales, unir zoofílicos con animales, unir pederastas con niños y unir vivos con muertos.

Cris ignora cada palabra y Macky no parece entusiasmada. La única que participa activamente de la discusión es Sofi y con su tierna ingenuidad le formula todas las preguntas que no hacen los demás.

—Pero Kat, dentro de poco empiezan las clases y nuestros padres nos obligarán ir a la escuela, no tenemos poderes ni todo el tiempo del mundo para enamorar a tanta gente.

—Por supuesto que pensé en eso. Vamos a hacer todo el trabajo en un solo día, el día de San Valentín —responde Kat, con total seguridad. Pero aquello es tan absurdo como suena y no termina de resolver sus dudas.

—Pero San Valentín es hoy y ya son las 11 de la mañana. ¿Como vamos a hacer todo esto en lo que resta del día?

—Eso también lo pensé. Como no tenemos un trineo como Santa Claus, no podemos teletransportarnos como Gokú, ni podemos volar como Jesús, entonces nos vamos a concentrar en restaurar el amor en solo algunos lugares. Y para que llegue a todo el mundo, filmaremos nuestras hazañas y viralizaremos los videos en YouTube para que la gente en todo el mundo pueda ver que aún hay esperanza.

Sofi parece ser la única que entiende de lo que habla—Es lo mismo que hicimos para matar a Cupido, pero a la inversa.

—¡Así es!

Cris pregunta sin ganas: — ¿Y a donde piensas filmar esos videos?

—Hice una lista con los lugares donde debemos ir, teniendo en cuenta el riesgo y la necesidad de amor que requieran.

Kat agarra una mochila negra con pines de Naruto y alguna serie yaoi genérica, de la misma saca un cuaderno manchado y descuidado, lo abre en una página y enseña un listado a sus compañeros.

✪ Escuela de los Condenados

✪ Hospital Patíbulo

✪ Congreso de la Nación

Kat, sin mediar discusiones al respecto, le explica a su hermano sus verdaderas intenciones.

—Cris, aquí es donde necesito de tus poderes de dealer. Debes conseguir permisos para entrar a esos lugares antes de las seis de la tarde.

Cris le esboza una sonrisa y empieza a reír, le parece mentira que fuera tan estúpida para pensar en algo tan absurdo.

—¿Y tú crees que voy a molestar a gente jodida y pedirles permiso para que vos puedas hacer tus pendejadas? —Kat se le acerca con una cara sombría y lo amenaza forzando una voz infantil.

—Si no lo haces, voy a revelar tu secreto —en Sofi se enciende su instinto de vieja chusma y pregunta—: ¿Cual secreto?

Cris cambia su postura al instante y trata de callar a su hermana cediendo a sus exigencias.

—Está bien, tendré los permisos antes de las tres de la tarde.

Kat y Sofi celebran dando un salto hacia el techo, chocan los cinco, se abrazan y empiezan a entonar una balada que nada tiene que ver con el tema de discusión.

Vamos, vamos Argentina,

vamos, vamos a ganar,

que esta barra quilombera,

no te deja, no te deja de alentar.


Ambas se tranquilizan y Kat le da una orden a Macky.

—Macky, dile a tu mamá que nos vaya guardando galletas y luego guárdalas en tu bolso así yo no me las como. Hoy va a ser un día muy agotador y necesitamos reponer fuerzas.

—¿Quién les dijo que yo voy a ir? —Kat explota de la ira, aprovecha que su prima está débil para agarrarla del dobladillo de su camisa y la levanta a la altura de sus ojos.

—Escúchame perra colorada olor a culo de pescado. Hace dos días me arrastraste a los rayos del sol en pleno mediodía para buscar a un enano borracho y la terminaste cagando. Ahora si yo te digo que vienes conmigo y me dices que no. Yo te llevo a las trompadas —Macky la empuja y adopta una actitud defensiva.

—¡Que me vas a llevar a las trompadas! tu...machorra de mierda! —Cris no hace nada, solo espera en silencio a que se desate una pelea y se destrocen entre ellas para poder escapar. Sofi intenta separarlas, en el momento en que interviene su amiga, Kat se da cuenta de su error y trata de calmarse.

—Bueno está bien, me precipite un poco —Sofi con su buena actitud se dirige a la muchacha, cuyo nombre sigue sin recordar.

—¿Enserio no quieres venir con nosotros? Míralo como una oportunidad para hacer las cosas bien. Si te quedas encerrada aquí, no vas a resolver nada, solo vas a perder el tiempo —Macky suspira para relajarse, reflexiona, se da cuenta de que tiene razón, no iba a lograr gran cosa estando encerrada, por lo que acepta.

—Bueno, está bien.

Sofi y Kat rodean a Cris y a Macky con sus brazos y vuelven a entonar la misma estrofa de la última balada con más entusiasmo.

Vamos, vamos Argentina,

vamos, vamos a ganar,

que esta barra quilombera,

no te deja, no te deja de alentar.


Y así, cuatro adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires se preparan para la aventura de sus vidas que cambiará el mundo... o simplemente decepcionarán a sus padres, al demostrar que prefieren invertir tiempo de sus vidas haciendo pendejadas en lugar de trabajar o de prepararse para hacer cosas productivas como lo haría cualquier adolescente normal.

Corazoncitos de chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora