Capitulo 14 - El Reino

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Al llegar la mañana, los goblins estaban haciendo los preparativos para irse.
Gobeg declaró que para el mediodía ya estarían en camino.
Al igual que como hice con Uroko, quise nombrar a Gobeg, Lady Goblin.
Bueno, más bien mantenerla en ese puesto.

“Señor Zill, ya estoy muy vieja para esa responsabilidad, en mi lugar quisiera que nombrará a mi nieto Kaixo como el nuevo Lord Goblin.
Estoy segura de que él no lo decepcionará, lo he preparado desde que era un niño para guiar a nuestra gente.”

“Bien, él será el nuevo Lord Goblin, claro si tú estás de acuerdo Kaixo.”

“¡¡Mi señor, juro por mi vida que honraré el título que me ha dado, lucharé en su nombre hasta el final de mis días, seré alguien digno del título Lord Goblin!!”

Eso proclamó, con una mirada firme, aunque no creo que fuera necesario gritar.
Bien, ahora que tengo a Lord Goblin y a Lord Lizardmen me será más fácil gobernar.
No pienso ser como eso idiotas que tienen subordinados inútiles.
Yo era un estudiante, algunas veces dirigí equipos bastante grandes de unas 20 personas, pero hacer eso no es tan fácil como suena.
"Saber delegar tareas es indispensable para un buen soberano".
Un gran consejo en mi opinión.

“¡Confío en ti! Asegúrate de que todos lleguen a salvo...”

Después de eso comenzé a darle las mismas instrucciones que a Uroko.
Les di los mismos objetos y su arma también recibió la corrupción.
Su lanza fue corrompida con huesos y escamas, tomó la forma de una alabarda de un color negro metálico.
¿Y creen que por ser una alabarda no voy a hacerle el nombramiento de caballero?
Pues si lo hice y frente a toda la aldea.
Es la parte más divertida de todo esto ¿Qué esperaban?

“¿Señor Zill, está listo para irnos?”

Preguntó Ferish.
Después de haber salvado a su hermano, quien resultó ser un niño de unos 10 años, que había hecho un trato con un espíritu de rango C después de la muerte de su madre.
Ferish quería pagarme de alguna forma y como pago pedí que me llevara a Lumus, su aldea.
Realmente es sorprendente lo que puede pasar en este mundo.
Un espíritu toma el cuerpo de un pequeño niño y lo transforma en un muchacho de al menos 20 años.
¡¿Acaso no existen leyes que protegen a los niños?!

“Estamos listos.”

“En ese caso, vámonos ya.”

Así, después de haber dejado todo listo, partimos.
A mis espaldas los goblins me despedían.
Lo último que pude escuchar un poco después fué.
"Vamos chicos, tomaremos la siguiente formación:
Los ancianos y enfermos al frente.
Tras ellos los guerreros más jóvenes.
Los niños y mujeres en el centro.
Por último, tres guerreros y yo iremos al final.
¡Practiquen eso, saldremos en unas horas!".
Ciertamente están muy bien preparados, normal en los nómadas supongo.
Los más lentos irán al frente para no retrasar la marcha.
Entre ellos y las mujeres guerreros para proteger ambos grupos.
Al final el líder y algunos guerreros para protegerlos de un ataque por la espalda y tener total visión sobre el resto.
Buena formación.

.

.

.

El viaje a Lumus es bastante corto.
La aldea se encuentra casi a la misma distancia del Lago Kalkal que la aldea goblin.
No es una aldea muy prospera sus únicas fuentes de ingresos son:
Un bosque cercano del que extraen ingredientes para pociones y brebajes. Aunque al no saber prepararlas por si mismos pierden gran parte de las ganancias.
Y una mina de hierro, de ahí obtienen la mayor parte de sus ingresos.
La aldea no tiene campos de cultivo, solo unas pequeñas parcelas que apenas producen suficiente para la mitad del año.
En cuanto a su población, son menos de noventa.
Por otro lado, la aldea se sitúa casi en la frontera, por lo tanto a la mayoría de nobles no les importa que les pase.
En otras palabras, viven con sus propias reglas, por eso algunos desarrollan buenas relaciones con los monstruos.
Aún así, tienen que pagar impuestos al Conde Camvel, dueño de Lumus y gobernador de la ciudad más cercana, Bano-Ren.

Bajo la luz de la Luna I: Ascensión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora