Capítulo 15: ¿Mi sapo azul?

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Capítulo 15: ¿Mi sapo azul?



Esto no le podía estar pasando.


Sólo tenía 16 años, su pá y su padre siempre le dijeron que nunca saliera solo, sin sus chaperones, pero no era la primera vez que se escapaba a dar una vuelta y tomar el aire en soledad. Nunca le había pasado nada... nunca hasta ahora. Aunque claro, siempre se había escapado al centro de la ciudad, nunca había tomado un bus a un pueblo alejado en la costa, pero él quería ver el mar, era tan hermoso y la arena tan fina.


Nunca pensó que algo así le podría pasar. No a él.


Colin Malfoy forcejeó con toda su alma y fuerzas, tratando de sacarse de encima al hombre que lo tenía contra la arena, la que tenía en las orejas, en su fino cabello y hasta en su boca por culpa del forcejeo, por tratar de que ese hombre no arrancara su ropa.


Colin gritó con desesperación cuando aquel hombre logro desgarrar su túnica a la altura del pecho. Tenía 16 años, pero no era ningún imbécil y sabía que ese hombre quería violarlo y si lo lograba, su vida estaría pérdida.


-¡¡¡Papá, papito!!! –gritó con desesperación, forcejeado.


Sin embargo, aquel asqueroso hombre, con aliento a tabaco y rostro hosco, era mucho más fuerte que él y en la playa no había nadie. O eso pensó en ese momento, lo creía todo perdido, pero cuando su atacante empezaba a subir su asquerosa mano por sus suaves muslos, metiendo sus manos bajo su túnica, mientras lloraba con desesperación, fue que llegó; llegó una persona, cual príncipe azul de brillante armadura en un corcel blanco a defenderlo y salvarlo.


Eso le pareció a Colin, cuando aquel hombre apareció, sacándole de una patada a su asaltante de encima y yéndose contra el tipo. Al que golpeó fuertemente, haciéndolo escupir un diente. Espantándolo.


Pero la ilusión se rompió en cuanto el mencionado príncipe se volvió hacia él, con una mirada fulminante, y se arrancó la chaqueta para arrojársela con brusquedad a la cara.


-Cúbrete –gruñó y Colin lo hizo avergonzado.


Su túnica estaba rasgada a la altura del pecho y subida levemente hasta sus rodillas. Se cubrió con la chaqueta del desconocido, sintiendo mucha vergüenza. Ella olía a cuero y madera, un olor que se le hizo agradable, aunque su príncipe más que un príncipe parecía... un sapo. Es decir, no que no fuera guapo, lo era y mucho, cabello negro con mechones que le acariciaban las orejas, que no iban más abajo, rostro fuerte pero guapo y ojos oscuros. Lo que lo hacía parecer un sapo era la expresión de que se acababa de tragar un limón sumamente agrio.


Tampoco tenía una brillante armadura, si no unos vaqueros negros y una camiseta del mismo color, con una de esas chapas militares con tu información y tipo de sangre colgando de su cuello. Y el corcel blanco, no era ningún corcel blanco, sino una motocicleta negra y roja hecha para correrla en montañas, fangos o, en fin, lugares no muy planos.


El hombre se acercó, tomándolo del codo y obligándolo a levantarse, sin ninguna delicadeza.


Alborada (Harry Pottter, Slash Fiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora