Capítulo 11

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Después de abrir la puerta a un nuevo mundo, Lin Sen no podía parar.

Después de desayunar, Su Lan solía darse un baño antes de irse a la cama.

Lin Sen puso agua en la bañera, y luego llevó a Su Lan al baño. Puso al ligero perezoso en la bañera, y luego lo siguió dentro.

La cara de Su Lan era ingenua. "Pero... abarrotado..."

Lin Sen pasó la mano por algún sitio y sonrió con picardía. "Aquí también está abarrotado".

Su Lan se congeló durante cinco segundos y reaccionó: "Tú... eres... travieso...".

Jugar en el baño complació a Lin Sen.

En este punto, el árbol estaba realmente lleno.

Al final, Su Lan, que tenía sueño y estaba cansado, se quedó dormido en la bañera. Lin Sen le ayudó a limpiarse, tarareó una canción y se lo llevó al dormitorio. Lo puso en la cama y se tumbó a su lado para tomar al pequeño perezoso en brazos.

Sus latidos, pacíficos y amorosos, golpeaban y se fundían.

Una escena similar a la de hace mucho tiempo.

El viento cálido y húmedo se extendió desde el cielo, agitando la selva tropical.

La copa del árbol fue aplastada por el viento, haciendo que sonara como si el árbol milenario estuviera cantando una balada.

El pequeño perezoso tumbado en el árbol escuchó este sonido y cerró los ojos con tranquilidad. El pequeño corazón hizo un sonido "pum-pum" en la cavidad torácica.

Pum-Pum...

Pum-Pum...

Pum-Pum...

Desde aquel día, el latido del antiguo árbol y el latido del pequeño perezoso empezaron a resonar en silencio...

La historia comenzó a partir de ahí, y se fue escribiendo silenciosamente en las hojas con tinta invisible de trazo en trazo.

Los años eran cálidos y el tiempo silencioso.

- FIN-

Un p3r3z0s0 y un 3spírltu 4rb0lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora