OUT OF PLANS || Winter Soldier - Bucky Barnes

Capitulo 12

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Alrededor de una semana y media había transcurrido desde que Lyra desapareció. Sus padres estaban desesperados, las personas más cercanas a ella no la habían visto y Steve y Natasha se encontraban en la misma situación que su hija. Se les acababa el tiempo, la paciencia y las opciones.

— Lyra no desaparecería sin decirnos nada Tony, por favor piensa — insistió Pepper.

— Estoy haciendo lo que puedo, pero solo me quedo con más dudas mientras busco soluciones.

— ¿Natasha y Steve?

 — Siguen sin responder. Debemos tener paciencia Pep.

— ¿Paciencia? — frunció el ceño, incrédula — Ya he tenido suficiente paciencia — estaba bastante alterada — ¿Y si le pasó algo Tony? ¿Y si esta herida? ¿O si ya no está con nosotros?

— No digas eso, estoy seguro de que ella está en algún lado y sigue viva, solo ten fe – murmuró Tony para tranquilizarla — Iré a ver a Rhodey para ver qué tal van con la vigilancia, tómate algo para los nervios y ten calma. Tanto estrés te hará mal.

La dejó en su oficina para bajar al Lobby a encontrarse con Rhodey.

— Tony.

— Rhod, ¿cómo va la búsqueda?

— Lo siento amigo, no hemos tenido éxito...

— Estoy preocupado Rhodey. Esa niña lo es todo para mí y ya lo arruiné todo con ella cuando no la reconocí como mi hija... — se frotó la frente — Y ahora que las cosas iban medio bien...pasa esto *deja caer sus brazos con un ruido sordo — De verdad no puedo creerlo.

— Tony — llamó el coronel y su viejo amigo — No dudes que tengo al mejor equipo buscándola. Lyra es una excelente persona y una gran amiga — trató de reconfortarlo — La vamos a encontrar, te prometo que ella va a volver con nosotros.

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Estuve todo un día entre pruebas y pruebas para averiguar la razón por la cual mi telekinesis no se activaba por voluntad propia. Intentaron de todo. De pie, sentada, en la mañana y en la tarde, en ayunas y después de comer, pero nada servía, el bloque no se movía ni un poco.

 — ¿Qué sientes? — preguntó Baxter anotando en su tabla.

   Ganas de suicidarme.

— Nada. Estoy normal.

— Debes sentir algo. Estás estresada, triste o algo parecido porque si no ya hubieras movido un poco el cubo — reflexionó el cintífico en voz alta — ¿Qué te relaja?

— No lo sé...la música me encan...

— ¡Eso es! Música — exclamó interrumpiéndome y llamando a un ayudante que le extendió un tocadiscos antiguo.

Me centré en la melodía del piano mientras cerraba los ojos he imaginé cómo el cubo se arrastraba por la mesa hacia el otro extremo. Volví a abrirlos. Me centré únicamente en el objeto que tenía al frente, lo imaginé moviéndose, pero no seguía quieto. Concentré todas mis energías y en eso sentí como se empezaba a arrastrar pausadamente. Fruncí el ceño y poco a poco el cubo se movía hacia el otro extremo de la mesa.

El doctor Baxter quedó fascinado y con los ojos muy abiertos.

— Fascinante, simplemente fascinante. Excelente, señorita Stark —volvió a anotar sobre su tabla — Puede regresar. Nos veremos mañana.

Me escoltaron de vuelta a la celda.

El dolor en mi cabeza era insoportable, como si algo la estuviera aplastando. Los mareos me golpearon de inmediato, y por un momento, todo parecía dar vueltas. Estaba desorientada, pero de alguna manera logré llegar a mi celda. Me apoyé en la pared para luego recostar mi espalda contra elconcreto y dejarme resbalar hasta el suelo, buscando algo de alivio.