Si le hubiera dado más señales.
Si le hubiera dicho que era justo el tipo de hombre que quería para mí. Mi hombre de honor.
Si cuando nos hicimos más cercanos le hubiera dicho que quería más de él.
Si en vez de reírme, después de coquetearle, me hubiera mantenido normal, para que supiera que era en serio.
Si cuando me encontró en las tumbas le hubiera dicho que lo único en lo que pensé durante ese tiempo, encerrada en aquel cuarto oscuro, era en lo bello que sería que sus ojos fueran lo último que viera. Que pensaba en que lo único que lamentaba era no haberlo besado nunca, no haberlo abrazado, no haber podido sentir sus brazos rodearme con fuerza.
Si lo hubiera besado...
Él habría dudado, y entonces, habría reaccionado, sosteniéndome firme entre sus brazos; me hubiera ayudado a ir a través de mis demonios, de mis fantasmas. Quizá no hubiera durado mucho (nada bueno dura tanto desde que el mundo se fue a la mierda), pero cada minuto habría valido la pena.
Si le hubiera dicho que lo amaba, hubiéramos sido felices. Tuve tantas oportunidades de decirle que lo amaba.
Pero no lo hice.
*-*-*
Debo estar muerta, pensó. Podía ver a Sophia junto a Lizzie y Mica sonriéndole en un hermoso jardín.
Escuchó aquella familiar voz que reconocería entre un millón, pero prefirió ignorarlo, por ahora. Estiró la mano para alcanzar a sus niñas pero las tres negaron con la cabeza mientras sonreían.
-Por favor, no, no te vayas, quédate conmigo. Te amo. No me dejes, por favor, te necesito. –Escuchó la voz de Daryl, pero no era de la misma forma en que solía oírlo. Nunca lo había escuchado llorar, ni siquiera después de Merle, y sabía, por su voz, que lo estaba haciendo.
Estaba soñando. Siempre, siempre soñaba con Daryl diciéndole que la amaba, o tal vez en el paraíso en el que podía ver a sus hijas se cumplirían todos sus deseos, incluyendo a Daryl diciéndole aquello que ahora sonaba tan lejano.
Una serie de imágenes invadieron su mente.
-Vamos, Dixon, tú sabes que soy casi tan buena como tú rastreando y cazando. –bromeó, provocando esa media sonrisa casi imperceptible en Daryl. -¿Tengo que usar otras técnicas para convencerte? –empujó un poco más. Le gustaba eso de Alexandria una vez que ya estaban un poco más seguros acerca de su lugar en la comunidad después de la muerte de Pete y Reg, se sentía casi como antes, en la prisión, cuando podía tener un momento para relajarse y simplemente intentar ser ella de nuevo.
Daryl se sonrojó, como siempre, pero respondió, sorprendiéndola. –Como si necesitases hacer algo para convencerme. Vamos, ve a prepararte. No saldré contigo en esas fachas.
Carol sonrió complacida y se dirigió a su casa. Había estado deseando pasar tiempo fuera de Alexandria. Ya estaba relativamente acostumbrada a la comunidad, y sabía que su gente no era mala, sólo débil, pero todavía no estaban lo suficientemente cómodos como para que ella decidiera sacarse su disfraz, por lo que la mayor parte del tiempo que estaba dentro de esas paredes, se sentía ahogada y encerrada en una Carol que ya no existía.
Podía salir sola, podía pedirle a Rick, Michonne, Glenn, Maggie... a cualquiera de su grupo que la acompañara a dar un paseo a las afueras de Alexandria, pero quería hacerlo con Daryl. Extrañaba tanto el tiempo que solían pasar juntos. Ya no eran los mismos, y mientras ella intentaba adaptarse a la cotidianeidad de la comunidad, Daryl parecía hacer todo lo posible por pasar la mayor cantidad de tiempo fuera, y ella no podía culparlo. Él se veía tan incómodo ahí. Y le dolía no tenerlo cerca, como antes. Ya hace tiempo se había dado cuenta de que de todas las "Carol" que habían existido, la que más le gustaba ser, era aquella que salía a flote con Daryl. Y con él era con quien más ella se sentía.
Extrañaba aquellas horas interminables de compañía que, aunque pasaran en completo silencio, eran las mejores horas de sus días.
Entonces decidió pedirle que salieran juntos a cazar.
Y salieron. Tratando de ir tan lejos como pudieran, siempre y cuando les diera tiempo para regresar antes de que el sol se pusiera, lo que les daba un total de 9 horas para relajarse en el bosque.
Siguió a Daryl sigilosamente mientras caminaba con seguridad hacia un lugar que quería mostrarle. Se encontraron un par de caminantes mientras lo hacían, pero nada que ellos no pudieran manejar.
-¿Seguro que no te perdiste? Estoy segura de que ya he visto ese árbol. –se burló, sabiendo que era mentira y que si había alguien en el mundo que era imposible que se perdiera en el bosque, ese era Daryl.
Él resopló. –Ya llegamos.
Carol miró a su alrededor y todo parecía lo mismo; árboles y más árboles. -¿Qué es aquí?
-No aquí, allí.-señaló unos arbustos y caminó más allá de ellos, Carol lo siguió y quedó impresionada con el bello paisaje de un pequeño lago un poco más allá de los árboles.
Estuvieron gran parte del día ahí, disfrutando del agua y de su compañía hasta que la necesidad de volver fue urgente; si no volvían pronto, iban a tener que caminar por el bosque sin luz.
Cuando iban llegando a Alexandria, vieron una gran cantidad de walkers yendo en la misma dirección y podían escuchar balazos desde el lugar.
Se miraron el uno al otro y Carol asintió, entendiendo lo que él quería decirle. Tenían que alejarlos de Alexandria, y para eso tenían que poner su atención en ellos, atraerlos con ruido. Corrieron en dirección contraria, hacia el norte, alejándose de la zona y cuando pusieron una gran cantidad de distancia entre ellos y los walkers, Carol disparó su arma, esperando que el ruido los atrajese.
Daryl tomó su mano y rápidamente corrieron, ahora hacia el oeste, esperando que todos los walkers caminaran hacia el lugar del disparo sin notarlos mientras corrían hacia aquella cabaña que usaron de punto de reunión en más de una ocasión.
Sintió un ruido tras ella, y después algo agarrando su mano. Mientras Daryl tiraba de su mano para arrastrarlos hacia la seguridad que pudiera ofrecerles la cabaña, ella se volteó y vio un caminante agarrándola furiosamente, y ella usó todas sus fuerzas para tirar su mano y liberarse.
Y entonces todo se volvió negro...
Pero no había ya más oscuridad. Sólo estaban sus niñas sonriéndole y esa voz que la llamaba a lo lejos.
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Pero no lo hice
Hayran KurguPequeña historia de 3 capítulos. Daryl sale con Carol de Alexandria para cazar y un accidente lo lleva a tener el peor día de su vida. Carol está al borde de la muerte. "Si le hubiera dicho que la amaba todo este maldito mundo de mierda hubiera teni...