Broken Memories [YAOI | TAEKEY]

Recuerdos - Capítulo único.

Yacía tendido en mi cama, mientras mi vista divagaba por cada espacio de la vacía habitación en la que me encontraba, lo único que mi mente hace en este momento es recordar cada detalle de ti; tus cabellos dorados, tus labios finos y acorazonados esos que eran coloreados por aquel hermoso tono rosa que lograban enloquecerme con sólo un roce de ellos, tus pálidas mejillas teñidas por aquel suave color carmín que se producía antes mis halagos, tus ojos felinos rasgados de mirada profunda que hacían perderme en ellos siempre, tus delicadas y finas manos esas que siempre me daban calor y me derretían con sólo una caricia, y tu frágil y delicado cuerpo, que parecía que se rompería en pequeños pedacitos si te abrazaba con demasiada fuerza.

Ya no lo soporto más.

Las horas avanzan con demasiada lentitud en mi habitación, mientras aquel "Tick Tack" del reloj me atormenta con cada segundo que pasa. Sintiendo como me ahogo cada vez más en esta amarga soledad, sintiendo como mi corazón va quedando cada vez más vacío y roto, cuanta falta me hace tu presencia, tu cercanía, tenerte junto a mí como solíamos estar siempre.

Abandoné todo lo que tenía por ti.

Mis padres al enterarse de mi condición sexual me echaron de casa sin ninguna compasión. Dejé a mis amigos, mi vida, y nada me importó, porque tú estabas a mi lado.

Aún sonrio pensando en el día que te conocí.

Corría lo más rápido que mis pies me permitían, por aquellos tenues pasillos del instituto; era mi primer día de clases y como siempre yo iba atrasado, no conocía nada de aquel lugar, sólo había tenido la suerte de que un profesor, demasiado amable, me había indicado donde se encontraba mi salón de clases.

Tan concentrado iba en mis pensamientos que no me di cuenta cuando tropecé cayendo sobre ti, mis mejillas se sonrojaron al instante víctima de la vergüenza de haber sido tan torpe y estar tan cerca de ti en aquel momento, mis ojos se dirigieron a tu rostro angelical admirándote con fascinación para luego de unos segundos caer en cuenta de cómo estábamos, me levanté a gran velocidad y el rubor en mis mejillas se acentuó un poco más.

― Yo. . . Lo siento. S-soy un torpe. -Pronuncié disculpándome, mientras extendía mi mano hacia ti, ofreciéndote mi ayuda para que te pudieras levantar. Aceptaste tomando mi mano con mucha delicadeza impulsándote en ella para poder alzarte nuevamente.

― Gracias.~ -Mencionaste y tu voz me pareció lo más hermoso que alguna vez pude escuchar; una vez que ya estabas de pie, sacudiste tu pantalón eliminando de él cada rastro de suciedad visible.

En el momento que alzaste tu rostro nuestras miradas se cruzaron y pude observar con detalle tus gatunos ojos y aquella mirada profunda que me intrigaba. Nos quedamos unos largos segundos de esa forma ninguno de los dos decía nada, solo nuestras miradas bastaban en aquel instante.

Sonreíste.

Y sin darme cuenta ya me tenías a tus pies.

Así empezó nuestra amistad.

Desde aquel día tu sonrisa fue la razón de mi felicidad.

Me siento sobre la cama y cierro los ojos dejando escapar un pesado suspiro, teniendo tu sonrisa grabada en mi mente, no puedo deshacerme de tu recuerdo y no lo haré jamás, tú has sido mi primer, único y más grande amor; se aún somos novios, no importa en el lugar que estés, siempre serás mío, desde el momento en el que me di el valor para declararme ti y aceptaste ser esa parte tan importante de mi vida.

― KiBum. . . Tengo algo que decirte. -Musite, y tus ojos curiosos me miraron expectantes e intrigados.

― Dime, Minnie.~ ¿Qué sucede? -Mencionaste mientras una hermosa sonrisa se dibujaba en tus delgados labios.