Inevitable Atracción

CAPÍTULO 57: CUMPLEAÑOS

TRIXIE

Los meses que duró el proceso de adopción se me hicieron eternos. Aun cuando veía a Frida todos los días en la fundación, nunca fue lo mismo. Después de los días que permaneció en la termo cuna se recuperó de manera estupenda y cinco meses después de largas pruebas y requisitos era oficialmente nuestra hija.

El proceso pareció fácil, pero no. A nivel personal como en nuestra relación de pareja tuvimos que trabajar muchas cosas. Cada uno con su terapeuta y luego hubo sesiones de pareja en la que analizamos muy bien la idea de adoptar a la bebé. Tuvimos que estar conscientes de que era una responsabilidad en todos los aspectos: económico, social, amoroso, para toda la vida. Al final la respuesta fue sí y no me arrepiento porque Frida es un regalo maravilloso.

—Hola, mi amor —susurro, mimosa cuando veo a mi pequeña entrar de la mano de Zack.

Hoy es el primer cumpleaños de Frida y todos organizamos una fiesta enorme para festejar el hecho de que esté con nosotros. Es complicado mantenerla quieta, es una bebé y ahora que está aprendiendo a caminar quiere que la soltemos y sí por ella fuera saldría corriendo. Pero, aún es pequeña y yo soy una mamá miedosa.

—Estás hermosa —musita, Zack al verme.

El cumpleaños es en la playa. Mi esposo tiene unos pantalones cortos, una camisa delgada y unos zapatos. Está cómodo para disfrutar del cumpleaños. Yo opte por un vestido beige de tela fina con sandalias de un tacón pequeño.

—Tú no te quedas atrás —vacilo y me guindo de su cuello para besarlo, él me responde con ganas—. Tú tampoco mi pequeñita —susurro mientras la tomo en mis brazos.

Ella con sus manos pequeñitas me toma de los cachetes y me besa o al menos lo intenta. Balbucea algunas cosas, pero la más clara es ma-ma-ma, sonrío porque amo que me llame así. Apapacho a mi bebé contra mi pecho, pero es revoltosa y se lanza contra Zack quien la atrapa en el aire. Se recuesta en su pecho y no dudo en sacar el teléfono y tomarles una foto.

—Es preciosa —musito, enamorada—. Y tiene sueño —añado al verla fregarse sus ojos y bostezar.

Algo que he aprendido desde que soy mamá es que los bebés pueden estar super activos y luego simplemente dormir. Los primeros días me asustaba ahora conozco a Frida y sus mañas. Se acomoda mejor en el pecho de Zack y él cede a sus movimientos.

—¿Comió? —inquiero.

—Una papilla de banano —me cuenta Zack mientras la mese con suavidad—. ¿Estás lista?

—Sí, pero está pequeña se dormirá en su propia fiesta

—Es mejor, sabes que de igual manera se hubiera dormido en el camino

Asiento, no sé qué clase de magia tienen los vehículos, pero Frida sube a uno y se duerme de inmediato. Ah, pero cuando queremos verla dormida en su cuna nos cuesta una eternidad que ha hecho que desistamos de la idea y al menos por unos meses más la tengamos con nosotros.

Junto la pañalera de Frida y todas las cosas necesarias. La cubro con una manta delgada y salimos a la fiesta. Tener una hija es agotador, pero juntos hacemos un buen trabajo. Lo que dura el viaje al lugar del cumpleaños Frida duerme mientras nosotros conversamos de nuestro futuro.

—Casémonos, Trixie —pide, Zack—. Sé que legalmente estamos casados, pero te prometí una fiesta de princesa y con todo lo que ha pasado lo hemos pospuesto. Frida ya está más grande y podemos organizar nuestra boda.

Tiene razón, la pequeña Frida esta grande y crecerá rápido porque así son los bebés. Él es mi pareja y nos merecemos una boda bonita con todas las personas que nos quieren celebrando a nuestro alrededor como no lo pudieron hacer cuando decidimos casarnos en Las Vegas.