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La exterminación se acerca, y Castiel comenzaba a entrar en un estado de perturbación.

La desesperación, carcomía su mente, literalmente, se encontraba entre la espada y la pared.

Todo se complicaba, si hubiera escondió el cuerpo de aquel exterminador, nada de eso  habría pasado, pero lamentablemente, no existe un "si hubiera". Lo hecho, hecho está y las consecuencias son lo que vendrían.

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Después de haber recibido esa desagradable platica con Adam, quería despejarse un rato, asi que, decidió dar un paseo en la ciudad. No quería preocupar a Charlie, por lo sucedido.

La situación, si que lo estaba estresando, peino sus cabellos plateados hacia atrás, en un intento de relajación.

Vio la hora en su reloj de bolsillo, y decidió que era momento de regresar al hotel.

Llegó al edificio, entro y con cuidado cerro la puerta. Al instante, cambio su semblante por una sonrisa, dirigiéndose directamente a las escaleras del lugar. Comenzo a subirlas, topandose en el camino a Charlie, quien al verlo, le saludo.

Charlie: Castiel, ¿Te encuentras bien? - pregunto preocupada -

Castiel: Por supuesto, querida - aseguro - Solamente que tú padre, me ha estado mandando  a supervisar otros lugares del anillo - alzó los hombros, para quitarle importancia al asunto-

Charlie:... Mm bueno, vete a descansar un rato ¿Si? ¡Yo me haré cargo de todo! - Se señaló con orgullo-

Castiel: - Acaricio la cabeza rubia- Por su puesto, confío en ti - Y con eso, se despidió, para seguir subiendo los escalones-

Con tranquilidad, caminó por los pasillos, para dirigirse a su habitación. Pero, al dar la vuelta en una esquina, se detuvo abruptamente, al tener un rostro demasiado cerca al suyo.

El peli-plata, fijo su atención a la persona frente a él, percatandose de que era Alastor, quien simplemente sonreía y no daba indicios de quererse mover.

Alastor: ¡Hola, mi querido amigo! ¿Por qué la cara tan larga? - Acercó más su rostro, provocando que sus narices se tocaran -

Castiel:... Simplemente, estoy cansado - Se aparto del contacto ajeno - ¿Me ha estado, esperando?

Alastor: ¡Por su puesto! - se irguió- Eres el único, con el que puedo mantener una buena conversación - Extendió su sonrisa -

Castiel: Es bueno saber eso.  Lamentablemente, no me encuentro de ánimos para pasar tiempo con usted.

Alastor: ¡No hay problema! ¡Una buena plática, alegrará tu día!

Castiel: No, enserio, Alastor. En este momento yo.... - fue interrumpido -

Alastor: No acepto un "¡NO!" Por respuesta - Sujeto los hombros del oji-celeste, y lo comenzó a empujar - ¡Vamos! Te ayudaré, a mejorar tu estado.

El pelirrojo ignoro las quejas del canino, dirigiendolo a un balcon, donde habia una pequeña mesa redonda, con dos sillas. El oji-rojo, lo obligó a sentarse en una silla y él, se acomodo en la sobrante, frente al mayordomo.

Alastor: ¿Que gustas tomar? ¿Té, café o alguna otra bebida? - Apareció una taza de café, en su mano -

Castiel se resigno ante la terquedad del ciervo, y soltando un suspiro, acepto la invitación tan forzada del pelirrojo.

Castiel: Quisiera un poco de café - Recargo su cabeza, en el asiento-

Alastor, hizo aparecer otra pequeña taza de café.

El ángel de la muerte [hazbin hotel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora