23. Mataré monstruos por ti.

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Cuando era más joven (no recuerdo si fue antes o después de perderte) vi a un cuervo comiendo las tripas de una ardilla que todavía seguía viva. La ardilla chillaba y el ruido era molesto. Esperaba que muriera de una vez para que dejase de sufrir y para dejar de oírla, sin embargo, no murió al instante, sino que siguió chillando incluso si el cuervo se comía su pequeño hígado enfrente de ella.

No pude evitar acordarme de ti en ese momento. Tú eras el cuervo y quizás yo era la ardilla, ¿o puede que la ardilla fuese ese hombre que invitaste aquella noche?

— Iré a trabajar. Tú te quedarás aquí, como siempre — me dijiste antes de salir de casa. El tablero de Go todavía seguía en la sala —. Recuerda, Yoongi, yo siempre sabré dónde estás; así que, no puedes huir de mí.

Te miré con el semblante inexpresivo, pero tú ya habías captado que comprendía la gravedad de tu amenaza. No iba a huir, aunque era lo que más quería. Había aprendido desde la primera vez, que no era tan fácil engañarte; si trataba de hacerlo, el que resultaba cayendo en una trampa sería yo. Sin embargo, también era verdad que, para ese entonces, ya podía correr y defenderme mejor que aquella vez.

Pero no podía huir. Como te había dicho, Jimin, yo también podía jugar a ese sucio y macabro juego.

Cerraste la puerta, pero no oí que tus pasos se alejaran. Supuse que te quedaste un rato en la puerta porque desconfiabas de mí.

No era una opción desobedecerte. Por mucho que quisiera, decidí acatar tus órdenes y volví a la sala para echarme sobre el sofá. De vez en cuando, observaba mi pierna y me preguntaba si algún día volvería a caminar correctamente; después, mi vista se desviaba a la televisión y recordaba la película snuff que todavía seguía en el reproductor DVD, pero siempre volvía a divagar en mi mente acerca de la misma pregunta: ¿por qué ya no podía oírlos? Recordé que esa mañana había vuelto a tomar la medicina que me dabas diciéndome que eran para los dolores que me ocasionaban la lesión que tú mismo me habías causado.

Al principio, como bien te he contado, mi intención era hacerte pagar por lo que le habías hecho a Chaeyoung y también a mí. Todo cuanto nos habías hecho, era inhumano. Sin embargo... Aquello que me retumbaba en mi cabeza como un eco siniestro.

«¿Le habré hecho yo algo a Chaeyoung?». Mi vista se dirigió hacia la cocina. Podía ver el congelador desde la sala. Sabía que ella ya no seguía allí, pero, de todas formas, me acerqué y miré en su interior.

No recuerdo cuándo fue, creo que tampoco me había dado cuenta, pero te la llevaste a algún lugar. Me dijiste que su cuerpo ya no soportaría estar allí, aun si estuviera congelada. Tarde o temprano, tendrías que deshacerte de su cadáver, pero ni siquiera me permitiste despedirme de ella.

A diferencia de los demás pacientes, yo sí me acerqué al cadáver de la ardilla al día siguiente, cuando el cuervo acabó con ella y la dejó expuesta y destripada cerca de los arbustos próximos al muro. Había pasado tanto tiempo desde que te había perdido que comenzaba a olvidarme de todo, menos de ti. Hasta entonces, que yazco al lado de tu cuerpo en la nieve, sigues siendo mi único pensamiento, Jimin.

Creo que he escuchado a los médicos decir que los pacientes de Alzheimer tienen un momento de lucidez antes de morir u olvidar todo para siempre. Así con la mayoría de los pacientes terminales, ¿cómo lo llamaban? ¿Lucidez terminal? Sí, creo que es ese el nombre que aquel enfermero utilizó cuando el señor Kang, un anciano con esquizofrenia y Alzheimer, de repente comenzó a recordar a su familia y era consciente de que padecía una psicosis. También te pasó a ti, antes de que me dedicaras tu último suspiro como persona, pues, tras eso, dejaste de serlo... O, quizás, nunca lo fuiste. Puede que jamás hubieras sido real. Y no me refiero a la idea tan misericordiosa que tenía sobre ti, sino tu propia existencia era producto de mi imaginación. Después de todo, yo siempre he visto lo que he querido ver... Como ahora; que tengo tu rostro delante de mí y no puedo reconocer tu mirada.

AC (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora