Una taza de té muy cara | Parte II |

Distancias

"¿Has hecho ya tu maleta?... Omen... No toques ahí... Me hace cosquillas" Cypher suprimió una leve risa. Su espectro había estado especialmente cariñoso durante los últimos días. No se había separado en ningún momento y había estado asegurándose de que comiese todas sus comidas bajo el pretexto de que estaba más delgado. "Omen..." el vigía alargó su nombre, sintiendo aquella excitación que llevaba tanto sin sentir y que por mucho que ansiara, tenían un plan en marcha. Una fuga que terminaría siendo doble al tiempo.

"No quiero... Ven conmigo..." protestó de vuelta, envolviendo más fuertemente al otro en sus brazos mientras jugaba con su lengua, rozandola activamente por el cuello del otro. Hace apenas unos días Cypher le comentó otra de las sedes principales de Hourglass, la organización de Iso, y su posibilidad de retención de información sobre su pasado. Podía conocer parte pero estaba lejos de conocer toda su vida pasada. "No puedo irme sin ti... No otra vez" susurró, enterrando ahora su rostro en el cuello del más bajo.

El centinela sonrió tiernamente, acariciando la parte superior de la cabeza del más alto, comprendiéndole en su totalidad. Habían pasado por una crisis ambos y tal vez lo último que necesitaban ahora mismo era separarse durante más tiempo. Con esta idea o plan, Cypher pretendía dos cosas, aliviar la angustia del otro agente en cuanto a su pasado y tomarse unas leves "vacaciones" en las colinas de Escocia a su lado. El problema era el permiso, no lo tendrían y por lo tanto, planeó una fuga, la de Omen. Omen sería el primero en partir y con el pretexto de ir a buscarlo, sería él mismo quien fuese en su supuesta búsqueda.

"Habibi... Solo será un día... Enviarás el mensaje a Brimstone y al día siguiente iré a buscarte. Serán unas horas. Prometo que estaremos juntos de nuevo" prometió el vigía con genuina seguridad. Le había costado mucho que volviesen a estar juntos y no pensaba soltarlo tan fácilmente. Todo era por el bien de su plan, de la fuga y por Omen, su descanso y su verdad.

"Confío en ti Amir..." murmuró el fantasma, elevando su rostro para mirarlo fijamente a los ojos. No dejaban de impresionarlo y cada pestañeo que hacía lo inundaba en una suave calidez que parecía revolotear en su estómago. Sabía que este era su sitio, al lado de ese hombre, cuidándolo y amándolo hasta el resto de sus días. "Adiós..." pronunció la despedida como si de un gran peso se tratase, eran palabras que no quería pronunciar nunca más y menos dirigirlas a su vigía.

"Hasta luego, Omen... Es un hasta luego" Amir dijo a meros centímetros de sus labios, tomándolos en un beso lento y gentil, esperando que fuese lo suficientemente reconfortante para hacer aguantar al otro agente por algunas horas más. "Mantenme informado si hay alguna complicación. Hourglass puede estar operando..." el informático manifestó su preocupación. Era el primero en alentar a Omen a continuar con el plan pero sus actos y palabras parecían querer retenerlo un rato más.

"Tendré cuidado..." aseguró de forma firme y desapareció tal como una ágil y silenciosa sombra.

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El resto del plan fue sobre ruedas. Omen se había fugado, dejando un mero aviso a su capitán como muestra de ello. Brimstone por su lado no tardó en hacer sonar las alarmas de su cabeza. Era muy protector con sus agentes y sabía bien la situación de su controlador, temía por su estado y sobre todo por su bienestar, tanto, que al primero en llamar fue a Cypher, acto que hizo sonreír al centinela con picardía. Su plan tal y como había planeado.

Su misión ahora era encontrar a Omen y simplemente dejaría pasar unas horas para evitar sospechas. No podía simplemente decirle a Brimstone que sabía el paradero del agente en apenas unas pocas horas de su fuga. Hubiese sido muy obvio y también estúpido por su parte. Sencillamente dejó que el tiempo corriese y las piezas del puzle se colocaran solas en su lugar mientras sonreía ampliamente.