𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒔𝒆𝒙𝒕𝒐.

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—Supongo que éste es el lugar. —habló Angus, revisando nuevamente la dirección que tenía anotada en un pequeño papel. En frente de sus ojos, se encontraba aquel estudio dónde habían sido citados. Se encogió de hombros. Guardó la hoja en el bolsillo de su pantalón, levantó su guitarra del suelo y caminó hasta la entrada.

—Esperanos un segundo. —le pidió Malcolm, apurandose a colgar en su hombro la correa que tenía la funda donde su instrumento se encontraba.

—Veo que está emocionado. —rio Bon, acercándose al omega para caminar a su lado. Realmente no creyó que el hermano menor de ese chico fuera tan enérgico sabiendo lo tranquilo y callado que era el ojiverde.

—Sí, creo que sí. —suspiró un poco cansado, había tenido una mañana pesada. Había aceptado que Scott lo llevara a él y a su hermanito hasta el centro para evitar esforzarse más de lo que quería hacerlo. Con su celo tan cercano, le dolía demasiado el cuerpo. Ya había empezado a sentir pequeños calores durante la noche, así que lo esperaba para cualquier momento.

Apenas entrar al lugar, se encontraron con el menor de los Young aguardando por ellos en el pasillo. Aparentemente, todavía no había ingresado al lugar. Al verlos a su lado, abrió la puerta que los llevo a un pequeño vestíbulo. Allí relucía un escritorio de granito y un sofá de cuero puro. Detrás del recibidor, una joven mujer los observaba con una sonrisa cálida.

—Buenas tardes, ¿Tienen cita? —preguntó ella, colocando una libreta encima de la mesada.

—Eh, no. Sólo nos invitaron a venir. —explicó Malcolm, rascándose la nuca un tanto nervioso. —Phillip Rudzevecuis nos pidió que vinieramos.

—Ah, sí. Phil Rudd. Suban la escalera, en el segundo piso y en la primera puerta a la derecha. Él está esperando desde hace un rato junto con su novio.

Los tres agradecieron. Esta vez, el mayor de los omegas no le permitió al otro adelantarse. Angus no se quejó, la breve tensión en relación se había tranquilizado de alguna forma; Malcolm le había ofrecido una porción de torta de chocolate y una salida juntos al centro comercial, eso fue suficiente para el más joven.

El sonido de las notas de un bajo confirmó dónde estaban los otros dos miembros de la banda. Malcolm tocó la puerta cerrada. Pronto, Phil abrió recibiendolos con una gran sonrisa.

—Vamos, pasen. —se hizo a un lado, dejando lugar para que entraran. La sala era como una de ensayo cualquiera, aunque ninguno de los tres llegados lo sabía. No era precisamente grande, pero tenía el lugar suficiente para una batería y varios instrumentos más. —Él es Clifford, el bajista del que les hablé. —se refirió a su pareja, quien se levantó del pequeño sofá donde estaba sentado y dejó su instrumento apoyado en la pared.

—Es un gusto. —saludó a los demás con un apretón de manos y esperó a que se presentarán con él.

Malcolm notó lo radiante que era. Además, era bastante alto para ser un omega. Los pantalones acampanados de terciopelo azul rey remarcaban tan bien sus piernas, aparte su suéter blanco de cuello de tortuga se ajustaba a su cuerpo. No pudo evitar dar un pequeño vistazo a los exuberantes pechos con los que contaba. Inhaló curioso por el olor que sentía, era bizcochuelo de vainilla bañado en chocolate blanco y relleno de mermelada de cerezas; aquello le indicaba que era un omega de aroma exótico.

Angus prácticamente saltó a un lado de su hermano, él también quería forma parte de la conversación que Cliff estaba comenzando.

—Supongo que tú eres Ronald, ¿Eh? —preguntó el baterista, acercándose un poco más al otro alfa.

—Así es. —sonrió, apretando sus dientes un tanto disgustado por el aroma tan fuerte. Se vio obligado a soltar sus feromonas pesadas, no iba a dejarse intimidar.

𝑳𝒊𝒗𝒆 𝑾𝒊𝒓𝒆 ~ 𝑩𝒐𝒏 𝑺𝒄𝒐𝒕𝒕 𝒙 𝑴𝒂𝒍𝒄𝒐𝒍𝒎 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora